Rafael Navarro González
Descubrir el origen de la vida y contribuir a su preservación
En los inicios de nuestro planeta, las condiciones atmosféricas fueron muy distintas a las que existen actualmente. El nitrógeno atmosférico no podía incorporarse espontáneamente a la materia orgánica para formar la vida o ser asimilado por las primeras células vivas. Para eso fue necesaria una fuente de energía que hiciera reaccionar el nitrógeno con otros elementos y dar lugar a las primeras moléculas orgánicas nitrogenadas.
Las fuentes de energía tradicionales para desencadenar esa reacción han sido la luz solar, las tormentas eléctricas y los impactos de cuerpos del espacio exterior con la atmósfera, como los asteroides. Sin embargo, el doctor Rafael Navarro González (México, DF, 1959), investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, plantea una fuente de energía novedosa que resulta más importante y muy eficiente para convertir el nitrógeno inerte en compuestos reactivos bajo las condiciones de la Tierra primitiva, lo que podría dar un nuevo giro a las preguntas y respuestas sobre el origen de la vida.
"En esos tiempos ųexplica el investigadorų había una gran actividad volcánica en la Tierra. Los mecanismos de emisión de lava fueron muy explosivos y producían grandes nubes de ceniza, la cual estaba cargada eléctricamente e inducía la generación de hasta 100 relámpagos por minuto en la zona de los cráteres. Esas chispas, al entrar en contacto con gases reductores como el hidrógeno y el monóxido de carbono emanados del interior del planeta, producían una gran cantidad de nitrógeno reactivo, como el óxido nítrico, esencial para constituir las moléculas que dieron origen a las primeras formas de vida."
La aportación del doctor Navarro y sus colegas, incluido el doctor Mario Molina ųpremio Nobel de Química 1997ų, fue diseñar un experimento en el que se recrearan por primera vez las mismas condiciones de la Tierra primi- tiva y los relámpagos producidos por erupciones volcánicas explosivas.
"El objetivo de la simulación fue estudiar un microambiente que pudiera ser propicio para la formación de las moléculas precursoras de la vida como el óxido nítrico, el ácido cianhídrico, el amoniaco y algunos compuestos orgánicos como los aldehídos, y establecer las condiciones del origen de la existencia."
Navarro plantea que la dificultad experimental recayó en reproducir adecuadamente esas condiciones ambientales y diseñar un sistema sensible de detección para los productos formados. Por esa razón utilizó en sus experimentos gases que emiten los volcanes hawaianos, ya que provienen de una región primitiva y profunda del interior de la Tierra.
El investigador, quien realizó sus estudios de doctorado y posdoctorado en la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, y recibió la beca sabática Mario Molina en ciencias ambientales, al igual que la distinción Universidad Nacional a Jóvenes Académicos 1998 en investigación en ciencias naturales, advierte que la construcción de un equipo especial para esos experimentos ųcuyos resultados han sido comentados en las más prestigiadas revistas internacionales de cienciaų también sirvieron para estudiar la composición química de intermediarios atmosféricos en urbes contaminadas como la ciudad de México.
"En la atmósfera hay una cantidad considerable de compuestos aromáticos, como los que se encuentran en la gasolina, que se descomponen con la luz ultravioleta del Sol y resultan nuevos intermediarios que producen mayor contaminación ambiental y ozono. Esas reacciones no se han estudiado, y con el aparato que diseñamos se pueden detectar los radicales que llevan a cabo ese proceso.
"También tenemos un proyecto para monitorear compuestos orgánicos que están en la atmósfera, como los pesticidas, que tardan mucho tiempo en descomponerse, se acumulan en los seres vivos y ocasionan trastornos a largo plazo. No hay ningún estudio sobre el transporte atmosférico de esos compuestos. El objetivo es ver cómo se mueven y varían sus concentraciones. Esas líneas de trabajo ųconcluyeų son una forma de contribuir a la ciencia básica y encontrar a su vez una manera de aplicarlas a otros proyectos." (Mirna Servín) (Fotos: Marco Peláez)
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