La Jornada 17 de enero de 1999

Conocencias, lectura que recorre imágenes de antaño

Raquel Peguero Ť Un hermoso, divertido, nostálgico y amoroso recorrido por un México que ya no existe más es lo que nos regala la memoria del desconocido Enrique Fernández Tellaeche en un voluminoso y singular libro. Seguramente el nombre no le dirá nada, y quizá lo piense dos veces antes de correr a conseguir el grueso tomo que recoge sus memorias.

Lo cierto es que vale la pena repasar esas páginas por donde deambulan personajes tan nostálgicos como La Gatita Blanca (María Conesa), la despampanante tiple Lupe Rivas Cacho, el Panzón Soto, el Cuatezón Beristáin, la gran Virginia Fábregas, la cantante Esmeralda, y la primera actriz María Teresa Montoya, entre una larga lista de comediantes, cantantes, actores y directores del género chico y no tan chico, de la escena nacional revolucionaria y posrevolucionaria.

Pero también aparecen impresas las historias de otros personajes entrañables, como los añorados Manolo Fábregas, José Gálvez, Antonio Espino Clavillazo, Roberto Cobo Calambres, sin faltar -por cierto- el descubrimiento de los primeros pasos de una personalidad que ha poblado la pantalla grande contemporánea: María Rojo. En ese enorme abanico de historias que rodean a esos artistas, lo más sabroso es la narración que se da, no sólo en el hecho de que está contado en primera persona -lo que le imprime una característica especial, pues nos enteramos de los entretelones de la farándula-, sino porque el tejido de las palabras que le dan vida, hacen que nos topemos ``de manos a boca'', como él mismo dice, con el inefable Cachirulo.

Y es que el gran protagonista de las hazañas es ese curioso personaje de rizado y encendido cabello anaranjado, cuya espigada figura y tipluda voz creó un mundo de fantasía y humor para todos los niños ``y los papás de los papás de los niños''. Enrique Alonso, el ya verdadero nombre de Enrique Fernández Tellaeche, es el autor de Conocencias, el volumen que aquí nos ocupa, y cuya lectura se convierte en una travesía llena de imágenes de antaño.

Escritor, actor, director, todas las facetas escénicas fueron transitadas por don Enrique, quien da cuenta cabal de sus correrías, sueños, esperanzas, triunfos y fracasos, con el mismo desparpajo y alegría con que puso en los foros del país tantas historias que han hecho soñar a su público. Aquí conocemos de su familia, de sus amigos, de sus enemigos -que los tuvo, aunque usted no lo crea-, de su lucha sindical en la desaparecida Asociación Nacional de Actores Independientes (ANDI), de su relación con la música y lo que mejor sabe hacer: contar cuentos, en el experimento que lo llevó a Bellas Artes junto con la Orquesta Sinfónica Nacional, para recrear Pedro y el lobo.

Su memoria es prodigiosa y ni los más pequeños detalles se escapan de su mirada tierna. Las casi 60 crónicas que integran Conocencias fueron publicadas a partir de 1991 y hasta hace muy poco tiempo, en la colaboración semanal que Enrique Alonso realiza en el suplemento Sábado, del periódico Unomásuno. Los textos fueron recogidos por Edgar Ceballos, quien les dio la forma que ahora ostentan y que se reunieron para celebrar los 50 años de vida artística del protagonista de Teatro Fantástico, quien en estos momentos se encuentra en pleno proceso de recuperación después de haber sido sometido a tres intervenciones quirúrgicas.

Conocencias será presentado en fecha próxima, cuando el maestro pueda acudir al homenaje que tanto merece. Por el momento se está realizando una preventa del volumen, encaminada a recoger fondos para ayudarlo en su tratamiento médico. Así que, como seguramente será su admirador, le invitamos a que participe de esta cruzada más que de ayuda, dé amor hacia un personaje que nos endulzó la infancia y con ello toda la vida. Los interesados pueden llamar a los teléfonos 581 49 98 y 581 65 67 para pedir el libro que la editora Escenología le hará llegar hasta su casa. Su precio de promoción es de 200 pesos, pero en cuanto lo lea sabrá que hizo una buena inversión pues, por su contenido, vale muchísimo más.