Sin rehuir el debate, Letras Libres festejará la diversidad: Krauze
Angélica Abelleyra Ť Claridad intelectual, responsabilidad política y esperanza moral. Según Enrique Krauze, esta será la tríada que funcionará como propuesta de la nueva revista Letras Libres, lanzada bajo su dirección al mercado editorial mexicano y del extranjero no sólo como una publicación mensual en papel, con un tiraje de 30 mil ejemplares y venta al público de 35 pesos, sino como una oferta que tendrá sitio en Internet. ``Festejaremos la diversidad, no rehuiremos a la polémica, pero no la incitaremos en una especie de palenque intelectual. Lo que menos necesita hoy México es la futilidad de las querellas culturales y de las polémicas abstractas''.
En rueda de prensa, Krauze dijo: ``No seremos una revista política. En México la política, sobre todo la partidista, se ha vuelto una obsesión nacional. Por momentos parecería englobar a todas las expresiones y prácticas sociales incluyendo a la cultura. Pero es la cultura la que abarca la política y no la política a la cultura. Por eso nuestra identidad será la cultura y la literatura nuestro vínculo con la tradición.''
Aspirar a la libertad moral y política
Krauze puntualizó la filosofía del mensuario: ante las perplejidades del mundo y nuestras democracias frágiles e incipientes, ante una nueva realidad en México, Letras Libres se propone pensar esa realidad ``sin vaguedades metafísicas, sin rigideces académicas, sin concesiones sentimentales, sin espíritu dogmático o fatalista. Pensar con pulcritud, concreción y originalidad, distinguiendo las opiniones de los hechos, con sentido crítico, con sentido práctico. Pensar acudiendo a la imaginación, no a la imaginería'', leyó, al sustentar los contenidos de la revista: poesía, cuentos, ensayo, crónica, y un lugar para la crítica no complaciente; edición de portafolios de fotografía y arte, sección de notas breves, caricatura política e ilustración, además de un espacio para establecer ``una conversación con el lector que no será retórica sino verdadera''.
Antes de dar paso a las preguntas de los reporteros, habló de su equipo de trabajo -Fernando García Ramírez en la subdirección, Ricardo Cayuela en la jefatura de redacción y Philippe Ollé-Laprune en la edición internacional, entre otros- y resaltó dos nuevas presencias en el Consejo Editorial que son ``prueba viva de la pluralidad'' que buscan imprimir: David Huerta y Juan Villoro, quienes ahora se suman a ``la vieja guardia de Vuelta'' conformada por Aurelio Asiain, Adolfo Castañón, Christopher Domínguez, Hugo Hiriart y Guillermo Sheridan. Una pluralidad que no sólo tendrá relación con puntos de vista políticos sino con gustos estéticos y edad, así que la edición se abrirá a los autores jóvenes, con el único requisito de la calidad, adelantó.
De todo, como en botica, saltaron temas y asuntos durante la velada. Sobre el tópico del primer número Chiapas: redención o democracia, centrado en el obispo Samuel Ruiz, la prosa del subcomandante Marcos y el estado del sureste mexicano (con una portada, criticada ya por propios y extraños, que es reinterpretación de un cuadro del siglo XIX de Félix Parra sobre fray Bartolomé de las Casas con el rostro de Samuel Ruiz): ``Es un problema lacerante y peligroso todavía. Resulta urgente proponer análisis frescos, honestos, de buena fe y profundos sobre Chiapas y ofrecer soluciones y propuestas. No fue difícil llegar al consenso de empezar la revista con un tema que preocupa y apasiona a todos los mexicanos''. En torno de la libertad que desean ejercer y otorgar: ``No existe un libertómetro en el mercado pero puedo asegurar que aspiramos a una libertad moral y política, sin cortapisas, sin adjetivos y sin límites''.
Respecto de Vuelta y la innovación que presentará el novel mensuario comparado con aquélla: ``No estamos obsesionados ni con Vuelta ni con romper; tampoco vemos hacia el pasado sino hacia el futuro. Procuraremos que el corazón literario de la revista siga siendo una gran exigencia, abierto a nuevas corrientes literarias, a nuevos autores y géneros'' como reportajes de investigación, crónicas y entrevistas, porque queremos un producto ``más vivo, más provocador y quizás menos ideológico''.
De la pluralidad, insistió: ``Vamos a festejar la diversidad, no la bloquearemos; nadie es depositario de la verdad así que en la confluencia de opiniones se aproxima uno a ella. La revista no es de opinión editorial única, aunque tiene clara una orientación, pero discreparemos interna y externamente; no rehuiremos a la polémica, pero tampoco la provocaremos en una especie de palenque intelectual''.
--¿Podrá escribir Carlos Fuentes en Letras Libres?
La risa de los reporteros ocupó el salón del hotel en Polanco, no sólo ante la pregunta de una colega, sino por la respuesta: ``Eso lo tenía bien pensado así que no crea que me toma por sorpresa. Nuestra revista se desarrollará con temas focales... si en un tema consideramos pertinente la presencia de Carlos Fuentes, le pediremos, como autor, que escriba con nosotros y a él corresponderá aceptar o no la invitación''.
Desaparecer la autocensura
Calificado por Krauze como el ``crítico clave'' de la revista, Christopher Domínguez señaló: ``Espero que ciertas formas de autocensura que existían en Vuelta hoy desaparezcan. Está clarísimo que ésta era una revista personal, de Paz, como lo fue la Revista de Occidente, de Ortega y Gasset. Y funcionaba la autocensura relacionada con las antipatías de Octavio, lo cual ocurre en todo medio impreso y en todo el mundo. Deseo que la autocensura esta vez se termine, pero soy realista: aparecerán nuevas formas, porque en México nos da mucho miedo hablar de los grupos literarios y culturales, porque la gente no se junta por azar sino por empatía. Mi idea es que la vida crítica de Letras Libres sea distinta y superior a Vuelta. Y que en el contenido político, la revista analice al principal enemigo de la sociedad abierta que es, paradójicamente, el mercado y su falta de control. Por eso invitamos al Consejo Editorial a Villoro y a Huerta, dos personas relacionadas con el mundo cultural de la izquierda''.
Letras Libres -cerró Krauze- promete ser ``una labor colectiva de distintas generaciones'' y no de un solo autor; ``no será el tomo de mis Obras Completas''.