Es un giro técnico: Cardoso; dimite el presidente del banco central
Reuters, Ap, Afp y Dpa, Brasilia, 13 de enero Ť Brasil sacudió este miércoles los mercados de todo el mundo y se despeñó hacia una crisis económica al devaluar de facto su moneda en más de 8 por ciento, para dejar así atrás una política de estricto control cambiario de cuatro años, y cambiar al presidente del Banco Central.
El mercado de Sao Paulo, el más grande del subcontinente, abrió una hora atrasado a causa del anuncio de la dimisión del presidente del Banco Central, Gustavo Franco, y cayó 10 por ciento en 12 minutos, lo que obligó a una suspensión de 30 minutos.
Los precios subieron un poco tras la reapertura de las operaciones, y la Bolsa de Valores terminó cerrando con una baja de 5 por ciento .
Franco dijo que dejaba el cargo que asumió en agosto por razones personales y diferencia de criterios.
Detrás de los debates en el Banco Central está la problemática sobre si mantener altas las tasas de interés, que en los últimos meses aumentaron hasta 50 por ciento.
Franco había defendido esta política como una manera de atraer capital extranjero y proteger las reservas, pero el sector de negocios la criticaba al considerar que estrangulaba el crecimiento económico y aumentaba el desempleo.
La nueva imagen del Banco Central es el director de Asuntos Monetarios, Francisco Lopes, un economista formado en Brasil y Estados Unidos, experto en hiperinflación, cuyo nombramiento fue bien recibido por los mercados.
Lopes estableció una ampliación de la banda monetaria para permitir una cotización del dólar mínima de 1.20 y máxima de 1.32 reales, con la esperanza de que el país gaste menos en defender el real frente a ataques especulativos.
La política de control cambiario dentro de ``minibandas'' de cotización fijadas por el Banco Central fue adoptada hace cuatro años, en el marco del antinflacionario Plan Real de Estabilización, exitoso hasta que comenzó a ceder ante las devaluaciones de Asia y Rusia.
Pese al golpe de timón en la política cambiaria, Lopes afirmó que esto significa una ``flexibilización'' y no una devaluación, y sostuvo que las reservas internacionales del país están en ``casi 45 mil millones de dólares'', aunque analistas locales dijeron que en ese monto se incluyen 9 mil millones de dólares, el primer tramo de un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La ``flexibilización'' bancaria fue considerada como una ``apuesta arriesgada'' por los analistas locales, quienes dijeron que habrá que esperar unos días para ver si logra controlar el pánico del mercado.
Furia en los mercados, resignación en la calle
Mientras la desvalorización del real sacudió a los mercados brasileños y mundiales, y pareció tomar de sorpresa al presidente Fernando Henrique Cardoso, quien debió suspender las vacaciones y regresar a Brasilia, los brasileños de a pie recibieron al miércoles maldito con resignación.
En un mensaje a la nación, el presidente Cardoso insistió en que la baja del real es sólo una ``modificación técnica'' y no la devaluación que él habría prometido la víspera no considerar.
``El gobierno honrará todos sus contratos nacionales y extranjeros porque esa es la base de la confiabilidad'', reiteró el mandatario socialdemócrata, que comenzó su segundo mandato este mes.
Aseguró además que el Congreso ha aprobado 70 por ciento de su plan de austeridad, diseñado para apuntalar la maltrecha confianza de los inversionistas y atacar un déficit de 8 por ciento del producto interno bruto, pero pidió que el Legislativo apruebe con rapidez las medidas pendientes.
Tras el mensaje, el Legislativo aprobó, en una sesión inusualmente rápida, aumentos tributarios a corporaciones, incluidos en el plan de ajuste, medida que permitiría recaudar unos 4 mil millones de dólares a lo largo de 1999.
Cardoso pidió también a la comunidad internacional que amplíe los ``créditos normales'' al país sudamericano, y manifestó su ``convicción'' de que el FMI expresaría en las próximas horas su apoyo a la política adoptada a partir de ahora.
Entre tanto, súbitamente más pobres, los brasileños parecieron resignarse, en lugar de salir corriendo en busca de dólares o llenar las despensas de alimentos.
``Todos sabían que algo así podría suceder'', dijo Wagner Baptista, un vendedor de electrodomésticos de 40 años.
``Si esto significa que las tasas de interés pueden ser reducidas, entonces pienso que es bueno'', estimó Luciana Martines, de 28 años de edad.
Incluso los agentes de cambio parecían relativamente tranquilos, y dijeron que el volumen de operaciones era normal.
``Que quiere usted, hoy es 13'', dijo un taxista, para explicar la devaluación de facto y la dimisión del presidente del Banco Central brasileño.