La Jornada 14 de enero de 1999

COMUNIDAD ZAPATISTA ENFRENTA AL EJERCITO EN CHENALHO

Juan Balboa, corresponsal, Aldama, municipio de Chenalhó, Chis., 13 de enero Ť En 50 minutos, decenas de piedras volaron por doquier; hubo empujones, manotazos y golpes; los macanazos y toques eléctricos -provenientes de los escudos de la Policía Militar- se hicieron presentes. Para asestar el golpe final, los gases lacrimógenos se esparcieron en este poblado de los Altos de Chiapas, en donde el Ejército Mexicano se volvió a enfrentar cuerpo a cuerpo con simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Fue casi una hora de gritos desesperados de hombres, mujeres y niños que se oponían a que un convoy castrense integrado por 20 unidades atravesara el poblado de Aldama, para posteriormente trasladarse a unos terrenos cercanos en donde habían sido detectados unos 25 sembradíos de mariguana

Los lugareños bloquearon la carretera que comunica a la cabecera municipal de San Andrés Larráinzar con el poblado de Santa Martha, intentando detener el convoy que trasladaba a 450 soldados a una zona dominada por el EZLN y en donde las fuerzas armadas no tienen presencia.

Los soldados, encabezados por el comandante de la 31 Zona Militar, general Jorge Isaac Jiménez García, llegaron a la zona con grupos de élite y fuertemente armados. Durante una hora se vivieron momentos de tensión; de vez en vez, la Policía Militar utilizó en contra de hombres, mujeres y niños sus escudos eléctricos y palos para desalojar del camino a los simpatizantes zapatistas.

Una larga fila invadió la madrugada de este miércoles la pequeña carretera de terracería que bordea uno de los cerros más altos de la región tzotzil. Un concierto de gritos -``fuera zopilotes, ni un paso más''- detuvo a la camioneta de la Policía de Seguridad Pública del Estado (número 2335) que encabezaba el convoy.

Eran las 4:05 de la madrugada, cuando los zapatistas bloquearon la carretera. Golpeaban con la mano la camioneta de la policía que transportaba a militares. Su consigna: ``Fuera de las comunidades indígenas, sólo vienen a buscar problemas''. Su advertencia: ``Ni un paso más, porque no respondemos''.

A las 4:20 horas continuaban los gritos, las preguntas, el rechazo: ``¿Por qué traen armas? Nosotros sólo tenemos nuestros brazos''. ``Aquí no es cuartel, regresen. No vamos a permitir su presencia en nuestras tierras''.

El comandante Jiménez García se acercó a hablar con dos de los zapatistas que se encontraban al frente del grupo. Les aseguró que no tenían planes de instalar un campamento, que no detendrían a ninguna persona, que su misión era la destrucción de plantíos de droga, ``y nos vamos''. Los indígenas no le creyeron.

Diez minutos después, el propio general ordenó al jefe de la Policía Militar -conocido como El Colorado- retirar por la fuerza a los simpatizantes del EZLN. Aparecieron macanas, escudos eléctricos... de un lado; del otro, piedras, lluvia de lodo y, entre ambas partes, empujones y golpes.

Los zapatistas lograron por varios minutos evitar que la Policía Militar avanzara, a pesar de los toques que aparecían como luces de bengala en los escudos de la policía. Sólo los gases lacrimógenos lograron disminuir la fuerza de los campesinos y permitieron el avance de los uniformados.

Cinco minutos antes de las 5 de la mañana, el general Jiménez García logró un acuerdo con un representante de la comunidad de Aldama, conocido como Jacinto. El comandante de la 31 Zona Militar con base en Rancho Nuevo, se comprometió a retirar sus tropas en el momento que destruyeran los 25 plantíos de mariguana, sembrada a unos 500 metros del poblado.

-¿Da su palabra de hombre? -le preguntó el indígena.

-No sólo le doy mi palabra de hombre, también mi palabra de militar. Cuando terminemos nos retiramos.

El convoy atravesó el poblado a las 5:25 horas y, 15 minutos después, el Ejército Mexicano había localizado cuatro de los 25 plantíos de la droga sembrada en parcelas abandonadas. La cortaron y la quemaron en el mismo lugar. La mañana y tarde del miércoles, los soldados fueron encontrando más parcelas sembradas de mariguana. Según las palabras del general Jiménez García, el número de los plantíos podría ascender a 50.

Es la segunda ocasión que el Ejército federal utiliza a la Policía Militar en el municipio de Chenalhó. Esta vez, tres personas resultaron heridas en la trifulca, entre ellas una reportera gráfica.

El propio comandante de la 31 Zona Militar rechazó que las parcelas pertenezcan a miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, aunque aceptó que es una zona dominada por las milicias y los simpatizantes zapatistas.

``Hay personas que se amparan en el conflicto que se vive en Chiapas para sembrar estupefacientes'', aseguró el militar, y reafirmó a los medios de comunicación que se retirarían en el momento de ``cumplir con nuestra labor de destruir los plantíos''.

Hasta las cinco de la tarde, sin embargo, los elementos del Ejército Mexicano permanecían en terrenos de la comunidad de Aldama.