Masiosare, domingo 3 de enero de 1999


EL SONORO RUGIR


En espera del Papa

La nueva visita del Papa restaurador de la ortodoxia marcará las primeras semanas del año que comienza. Además de que veremos los resultados de la largamente planeada estrategia de medios de la jerarquía católica, asistiremos a la rebatinga entre los grupos de la Iglesia.

En la avalancha informativa de estas semanas seguramente se olvidarán los muchos casos de intolerancia religiosa ocurridos en los años recientes. Esta sección presenta unos

botones de muestra.

Territorio chamula

``Una muchedumbre enardecida, a la que previamente se le distribuye aguardiente de caña, dirigida por algunos mayores y autoridades del cabildo, llega sorpresivamente a un paraje escogido de antemano... La marea se apodera del paraje e incendia la ermita católica o el jacal que hace las veces de templo protestante. Los jefes de familia son atados y golpeados, antes de conducirlos en camiones de redilas al exterior del municipio. En la operación, algunas mujeres indefensas son violadas y quedan en el campo varios heridos graves, e incluso muertos. Atrás de los expulsados del territorio chamula quedarán casas, enseres, ganado menor y cosechas sin levantar. (Antonio García de León, La Jornada, 9 de julio de 1994).

* * *

Más de 30 mil disidentes -católicos y protestantes- han sido expulsados de San Juan Chamula a lo largo de dos décadas.

Lobos

rapaces

Enero de 1996 en San Pedro Garza García, Nuevo León. 700 personas marchan contra la construcción de un templo mormón.

Cristóbal Gaspariano Tela, sacerdote de la ciudad de México, que vino especialmente para la marcha, es el orador principal: ``Siempre estaré de parte de la libertad (de culto), en lo que no estamos de acuerdo es en el ataque que puede haber a nuestra iglesia''.

Luego cita un pasaje sobre la misión de los sacerdortes: ``Se les han encomendado a las ovejas no sólo para apacentarlas, sino para defenderlas de los lobos rapaces que son las sectas que día a día nos acechan en nuestras casas y que nos acusan injustamente''. Y agradece a los mormones su intención de construir un templo, porque -dice- ayudaron a despertar las ``conciencias dormidas'' de los católicos.

Oaxaca, 1993

San Miguel Aloapan: 120 jefes de familia y otras 200 personas más, entre mujeres y niños, son expulsados y amenazados de muerte si vuelven a la comunidad.

San Juan Piñas, Juxtlahuaca: 24 familias son despojadas de sus casas, animales y sembradíos, cuando Camilo Chávez Velasco, autoridad municipal, convoca a una asamblea que decide su expulsión.

Once
vehículos
quemados

San Felipe del Progreso, estado de México, 27 de junio de 1993. Unos cincuenta evangélicos que celebraban un acto religioso son interrumpidos por un número igual de fieles católicos, encabezados por el representante de la Iglesia católica Braulio Martínez de Jesús. De los insultos pasan a los golpes. El saldo es de varios lesionados y once vehículos incendiados.

La maldad, según
Nuevo Criterio

A mediados del año pasado la Arquidiócesis de México, a través de su órgano Nuevo criterio, se lanza contra el suplemento ``corruptor'' de este diario, Letra S, y contra asambleístas del PRD, el Consejo Nacional de Población, la UNAM e ``intelectuales''. Los acusa de promover ``políticas públicas que garanticen la aplicación de leyes, como la elaboración de programas dirigidos hacia el sector de los homosexuales, lesbianas, bisexuales''.

Nuevo Criterio señala que hay ``errores genéticos'' y ``problemas psicológicos que deben ser atendidos y comprendidos''. Y remata: ``(también) hay maldad y degeneración que puede contagiar a la sociedad corrompiéndolas (sic). Sus promotores deben ser detenidos''.

Los números de la
intolerancia

``Según el boletín de la Subsecretaría de Asuntos Religiosos (núm. 1, octubre 1998), el número de expedientes integrados sobre casos de intolerancia religiosa en nuestro país se ha incrementado cada año, con excepción de 1995. En 1993 se presentaron 41 casos de hostigamiento por diferencias de religión; 55 en 1994; dos años después, 56; en el 97 el número de quejas llegó casi a la centena y, finalmente, entre enero y agosto del presente iban 70 denuncias. A las cifras habría que agregarle los casos que no son denunciados y los que no son tipificados por las autoridades como casos de intolerancia religiosa aunque sí los son. En varias zonas del país siguen dándose intolerancias contra los que deciden cambiar de credo y adoptan uno distinto al mayoritario'' (Carlos Martínez García, La Jornada, 12 de diciembre de 1998).