Condena el Centro Pro la indiferencia ante violaciones a derechos humanos
Triunfo Elizalde Ť Las acciones del gobierno federal, a través de la Secretaría de Gobernación, el coordinador gubernamental del diálogo por la paz, el Instituto Nacional de Migración y el gobernador sustituto de Chiapas, en contra el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, obedecen básicamente a que esta organización no sólo realiza un trabajo serio, profesional y ampliamente documentado, sino que, además, es testigo presencial de múltiples ataques y violaciones a los indígenas y sus comunidades, señaló Edgar Cortez, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.
En charla telefónica, el sacerdote jesuita opinó que tales acciones comprenden tres aspectos fundamentales: uno, de tipo político, contra la diócesis de San Cristóbal de las Casas y su centro de derechos humanos, por su lucha permanente a favor de los defensores de derechos humanos, y denuncias detalladas y documentadas de intimidación, persecución y expulsión de observadores extranjeros.
Dos, el trabajo de campo permanente que lleva a cabo el Fray Bartolomé en favor de los indígenas y sus comunidades; las denuncias constantes y fundamentadas de violaciones a sus derechos básicos, lo mismo por parte de grupos paramilitares que de agentes policiacos y elementos del Ejército. Es un trabajo profesional que deja en entredicho a las autoridades cuando tratan de justificar los hechos como asuntos ``intercomunitarios'' y no de represión social.
``Son denuncias -agregó Cortez- que los visitadores adjuntos del Centro Fray Bartolomé viven casi en carne propia, porque están al lado de los pueblos agredidos'' y tienen datos frescos para fundamentar las quejas y demandas de justicia, como fue el caso de Acteal, en el que gracias a sus denuncias se pudo conocer de primera mano, con lujo de detalles, la matanza perpetrada por paramilitares, sin la intervención de la policía y el Ejército, que de alguna manera sabían lo que estaba aconteciendo.
Otro aspecto molesto a las autoridades en torno a la labor del Centro Fray Bartolomé sería la denuncia permanente de la existencia y actuación de los grupos paramilitares en Chiapas, sobre todo en 1998, año en el que se incrementaron no sólo en número sino en miembros y en acciones armadas contra los pueblos indígenas. Ejemplos de esas denuncias ampliamente documentadas se registran en los dos libros más recientes de esta ONG: Esta es nuestra palabra: Testimonios de Acteal y Acteal: entre el duelo y la lucha.