A partir de mañana el euro será moneda única en 11 países que forman la UE
Antonio Castellanos Ť A las cero horas de mañana viernes el euro se convertirá en la moneda oficial de 11 Estados miembros de la Unión Europea, que se comprometieron a mantener finanzas sanas con un déficit de 3 por ciento del producto interno bruto (PIB), y un presupuesto que reduzca su deuda interna y facilite la reorientación del gasto.
La disminución del déficit en la mayoría de los Estados deberá buscarse en el recorte al gasto más que en el aumento de impuestos, de acuerdo con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento a que se comprometieron para que el euro se mantenga como una moneda fuerte y segura.
El problema más grande que enfrentan los europeos es el desempleo de 18 millones de personas en la comunidad, y los gobiernos de Bélgica, Alemania, España, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Austria, Portugal, Finlandia y los Países Bajos, que integrarán la zona del euro, buscarán un crecimiento sostenible sin presiones inflacionarias.
El euro tendrá un tipo de conversión fijo respecto de sus monedas nacionales y a partir del primero de enero su valor frente al dólar y las restantes monedas, incluidas las de los cuatro Estados que se quedan fuera de su zona de influencia, fluctuará de acuerdo con las condiciones del mercado.
Aunque las monedas y billetes en euros no verán la luz hasta el primero de enero del 2002, la nueva moneda podrá usarse por consumidores, minoristas, empresas de todo tipo y administraciones públicas a partir de mañana por medio de cheques, cheques de viajero, transferencias bancarias, tarjetas de crédito y de pago y monederos electrónicos.
La introducción del euro marca una nueva fase en el proceso de integración europea y en la dirección de las políticas económicas de los Estados miembros y de la comunidad europea, pero en materia de desempleo no se ha progresado lo suficiente.
El actual nivel de desempleo en Europa es elevado (unas 18 millones de personas en 1997), a lo que se suma el hecho de que muchos han abandonado la búsqueda de ocupación ante las escasas perspectivas de encontrarla.
Se aclara que la introducción del euro no solucionará el problema del empleo, pero al cumplirse los objetivos mencionados, el marco estable de la Unión Monetaria Europea contribuirá a mantener una combinación de políticas macroeconómicas favorables al crecimiento y la creación de puestos de trabajo.
A fin de alcanzar el crecimiento y la estabilidad, los países participantes se comprometieron a desarrollar una política monetaria orientada a la estabilidad de precios, a mantener esfuerzos para lograr y mantener una situación presupuestaria sana y coherente con el pacto de estabilidad y crecimiento, y propiciar la evolución de los salarios nominales coherentes con el objetivo de estabilidad de precios.
Al mismo tiempo, la evolución de los salarios reales deberá ser congruente con los aumentos de productividad y deberá tener en cuenta la necesidad de fortalecer la rentabilidad de la inversión a fin de crear más fuentes de empleo.
Los Estados miembros que no adopten la moneda única desde el principio, conservan la competencia de su política monetaria nacional y se han comprometido a mantener una política monetaria orientada a la estabilidad de precios.
Afp, Reuters, Dpa, Ap y Notimex, Bruselas, 30 de diciembre Ť La Unión Europea (UE) dio hoy los toques finales a los minuciosos preparativos para el histórico lanzamiento que se hará el viernes de la moneda única continental, el euro, al tiempo que el presidente del Banco Central Europeo, Win Duisemberg, afirmó que no planea abandonar su cargo cuatro años antes de que finalice su mandato de ocho, con lo cual contradijo el compromiso asumido con Francia durante la cumbre europea de mayo pasado.
A pocas horas del nacimiento de la Unión Monetaria Europea, mañana se define el tipo de cambio que tendrá el euro para cada una de las 11 monedas de los países de Eurolandia. A medianoche del 31 comienza la unión monetaria para unos 290 millones de personas en 11 naciones del Viejo Mundo. Así, la peseta, el marco o el franco desaparecerán como monedas independientes. Sin embargo, para los consumidores de momento cambian pocas cosas, pues los billetes y las monedas del euro comenzarán a circular en el 2002.
Los ministros de Finanzas de los 11 países del euro lanzarán este jueves el euro en Bruselas con una corta reunión de carácter simbólico y festivo que contrastará con las interminables y conflictivas negociaciones que caracterizaron la historia de la moneda única. El punto central de la jornada será la revelación teatral, sobre un gran tablero luminoso, de las tasas de conversión definitivas del euro con cada una de las monedas participantes. No habrá lugar para las sorpresas pues esas cotizaciones deben corresponder a las que registre el mercado esa mañana entre cada moneda y la Unidad de Cuenta Europea (ECU), embrión del euro que se extinguirá el jueves.
Las pequeñas diferencias serán provocadas por el hecho de que la libra esterlina, el dracma griego y la corona danesa hacen parte del euro, pero no partirán en el primer tren del euro, mientras éste sí incluirá al chelín austríaco y al marco finlandés. Algunos discursos y la firma del reglamento europeo sobre esas tasas de cambio por el ministro austríaco de Finanzas, Rudolf Edlinger, a nombre de la presidencia de la UE, debe completar el momento histórico que concluirá con el lanzamiento de 3 mil globos multicolores con la sigla del euro.
A partir de ese momento, las 11 monedas europeas pasarán a convertirse en subdivisiones del euro. En los mercados financieros la divisa será una realidad inmediata. El dinero actual no saldrá de la circulación hasta que las casas de acuñación terminen de fabricar las nuevas monedas y billetes, en unos tres años, cuando habrá unos 50 mil millones de monedas y 13 mil millones de billetes en las 11 naciones. Los siete billetes de valores de cinco a 500 euros serán iguales en todas partes, pero las monedas tendrán una cara común y la otra con un diseño nacional.
Duisemberg no se va
El órgano responsable de la política monetaria de la Unión Monetaria es el Banco Central Europeo, cuyo gobernador, el holandés Wim Duisemberg, desató la polémica al declarar al diario Le Monde que no renunciará cuatro años antes de que concluya su mandato para satisfacer las exigencias de París, como se estableció en la cumbre europea, para dejar su lugar al francés Jean Claude Trichet.
Los financieros estadunidenses juzgarán a la moneda única cuando circule, pero esperan una ola de reestructuraciones en los 11 países, así como un impacto sobre el dólar.
Para los analistas, el euro ante todo obligará a los mercados y a las empresas de la UE a adoptar los métodos de sus equivalentes estadunidenses. Esperan sobre todo una explosión del mercado obligatorio, donde las empresas vendrán a buscar sus financiamientos, y la aparición de una cultura de accionistas a la cual las empresas deberán plegarse.