Decide Felipe Calderón no buscar la relección en el blanquiazul
Juan Manuel Venegas Ť Felipe Calderón Hinojosa no buscará la relección al frente del Partido Acción Nacional (PAN). En marzo, cuando concluya su gestión de tres años, se retirará ``por un breve lapso'' a atender asuntos personales. Desde ahora se apuntan para contender por la dirigencia los senadores Ricardo García Cervantes y Luis Felipe Bravo Mena; el ex gobernador de Chihuahua, Francisco Barrio Terrazas, y el diputado federal Francisco José Paoli Bolio.
En una carta con fecha de ayer y dirigida al Consejo Nacional del PAN, Calderón Hinojosa explicó que su determinación obedece a que en los últimos 11 años ha venido postergando ``proyectos personales de carácter familiar, académico y profesional'', además de que quiere darse tiempo ``para meditar y analizar con la debida serenidad proyectos futuros que tienen que ver con la realización de mi propia vocación política''.
Calderón Hinojosa, de 36 años de edad, se irá y el saldo que deja no es el mejor para el panismo: durante su gestión, ganaron las gubernaturas de Nuevo León, Querétaro y Aguascalientes, pero perdieron uno de sus bastiones, Chihuahua, y en el Distrito Federal se fueron hasta la tercera posición en el espectro electoral.
La estrepitosa caída en los comicios del DF marcó al blanquiazul en 1997. Su candidato a jefe de gobierno, Carlos Castillo Peraza, no pudo mantener la delantera que las encuestas le daban a su partido a principios de ese año. No fueron pocos los panistas que se lanzaron contra el candidato y la estrategia de la directiva (Vicente Fox Quesada, destacadamente), desilusionados porque veían en la capital del país la antesala para ganar la Presidencia del país en el 2000.
Ya en 1998, los panistas sufrieron otra derrota. Esta vez en uno de sus bastiones electorales: Chihuahua. La caída de su candidato, Ramón Galindo, trastocó toda la estructura del blanquiazul, obligando a sus dirigentes, incluso, a replantearse estrategias y métodos de selección de candidatos. La militancia vio también cómo se opacaba la figura de Francisco Barrio Terrazas y, nuevamente, Fox Quesada aprovechó para lanzar sus dardos contra la dirigencia: ``hace falta eficacia y eficiencia electoral'', aseveró el gobernador de Guanajuato y precandidato a la Presidencia de la República.
Finalmente, hace apenas unas semanas los vaivenes de la dirigencia de Acción Nacional en el debate sobre el rescate bancario les redituó una maltrecha imagen ante la opinión pública. Y es que de ``la repugnancia'' (de Calderón Hinojosa) que les daría votar con el PRI y la ``exigencia'' de que antes de cualquier acuerdo (de Carlos Medina Plascencia) tendría que renunciar Guillermo Ortiz al Banco de México pasaron al acuerdo con el gobierno y su partido.
En este marco, Calderón decidió no buscar la relección en la dirigencia de su partido, argumentando ante los consejeros nacionales panistas que el tiempo y la atención que reclaman sus proyectos personales ``constituyen un obstáculo para la labor de renovación y de nuevo impulso que el partido necesita de parte de sus dirigentes''.
Desde luego, agregó en su misiva, ``seguiré participando en las tareas que el partido me encomiende, en la medida en que me sea posible. Me dedicaré por un breve lapso a terminar esos proyectos personales inconclusos y a prepararme para participar pronto y a plenitud en el logro de los retos y en la cristalización de las esperanzas que los mexicanos y particularmente los panistas tenemos en el futuro inmediato''.