Revueltas, forjador de una dialéctica musical en constante renovación
Pablo Espinosa Ť Hoy es el penúltimo día de San Silvestre del milenio y el inicio del último ciclo del novecento. Con la efeméride, arranca también la que será la celebración más importante de entre las improntas varias por venir en la cultura musical mexicana: el centenario de Silvestre Revueltas, nacido hoy hace exactamente 99 años. Sonará su música, con mayor frecuencia que los últimos 60 años, los transcurridos desde su muerte, en todas las salas de concierto mexicanas durante los próximos 12 meses.
La Orquesta Sinfónica Nacional -el instrumento por antonomasia de Revueltas- ha anunciado ya, de entrada, el enarbolamiento de tales celebraciones. Un coloquio de preparación al centenario tuvo lugar en la capital mexicana hace unos meses. La suma de estudiosos, especialistas y dilettantes es enorme.
La noticia es que llegado el centenario tantas veces esperado y anunciado para celebrar con gran bombo, estruendoso platillo, es: no existe ni la biografía exhaustiva ni el catálogo razonado ni la edición completa. Estamos ante un autor aún no del todo conocido, ni analizado a fondo. Más: nos encontramos, todavía, frente a un mito.
Deslindar orígenes e influencias
Del compositor más importante de la historia en México existe, es cierto, la más abundante bibliografía, una discografía considerable y referencias mil.
Sin embargo, la llamada de atención que hizo el director de orquesta Eduardo Mata (1942-1995) en su discurso de ingreso a El Colegio Nacional, en 1984, sigue vigente 15 años después: ``Todavía no hemos podido hacer el análisis exhaustivo de (Carlos) Chávez y (Silvestre) Revueltas. No es aventurado afirmar que los jóvenes compositores de las últimas generaciones no los conocen más que anecdóticamente, o como punto de referencia en la política musical del país. Es imperativa la disección de la obra de nuestros dos grandes músicos. Más allá del prurito musicológico, el análisis conllevaría el deslinde de orígenes e influencias, y seguramente la racionalización de lo que es mexicano como resultado exitoso de una experiencia individual, altamente depurada y representativa, no como intento estilístico a priori''.
Asequibles, entonces, una media docena de libros en los que se puede hallar documentación acerca de Silvestre Revueltas. El que se anunciaba como el más completo, no obstante, no cumplió con las expectativas: el libro Silvestre Revueltas (Alianza Editorial, 1994), del estadunidense Peter Garland, fue reseñado por Luis Ignacio Helguera en estos términos: ``Se trata de una visión turística de Revueltas y de la música latinoamericana, con su entusiasmo bienintencionado que cede varias veces a la cursilería, un puritanismo que a toda costa busca justificar -ya que no puede erradicar- la afición etílica de Revueltas y una perspectiva ideologizante que a estas alturas cree todavía en la `proletarización del arte' y en `la era heroica del modernismo y del posterior realismo socialista'''.
Editorial Era publicó en 1989 el volumen Silvestre Revueltas por él mismo, recogiendo textos publicados aisladamente en otros libros más pequeños y en revistas. Es célebre el de Rosaura Revueltas, Los Revueltas (Grijalbo, 1979), o bien el Epistolario (UNAM, 1974), un cuaderno del Fondo de Cultura Económica y un número considerable de libros sobre la música mexicana, con capítulos por supuesto dedicados a Revueltas.
Talento excepcional: Moreno Rivas
El compositor y musicólogo Luis Jaime Cortez escribió una biografía novelada, cuyos primeros capítulos publicó por entregas en la revista Pauta. Yolanda Moreno Rivas, una de las grandes personalidades de la musicología (su obra póstuma es también grandiosa: La composición en México en el siglo XX, CNCA, 1994), enfoca con rigor la estética revueltiana en su libro Rostros del nacionalismo en la música mexicana (Fondo de Cultura Económica, 1989). El capítulo IX lo dedica a Revueltas y su punto de entrada es, como en prácticamente la mayoría de quienes abordan la figura de este compositor, el muro del mito.
Inicia Moreno Rivas: ``Durante demasiado tiempo, la idealización de la figura dionisiaca y mítica de Silvestre Revueltas (1899-1940) no favoreció el análisis y la evaluación seria de su música. Así, la obra brillante y profundamente reflexiva de sus cortos pero intensos años de producción (1930-1940) fue explicada como la emanación natural de un iluminado genial; de un músico instintivo y vital del que surgía partitura tras partitura inevitablemente mexicanista.
``Ese Revueltas elemental, arrastrado por un espíritu por el que fatalmente habló la raza, tenía que encajar en un país igualmente mistificado.
``Para sus mistificadores, Revueltas componía `como respira, canta y se embriaga, sufre y lucha' un espíritu `profunda y humanamente mexicano' que `idolatra a su pueblo en todas sus manifestaciones genuinas' (la autora cita aquí frases del musicólogo mexicano de origen alemán Otto Mayer-Serra). Como protagonista de un delirio creativo ineluctablemente `mexicano' Revueltas `aguzaba la punta de su música como el sacerdote aguzaba la punta de su cuchillo'; su música `era una feria de pueblo', con sus `cacahuates, en pirámides, junto a las naranjas, las jícamas terrestres y jugosas y las cañas de azúcar, con sabor a estrella líquida y tierra inocente, plantadas militarmente'' (ahora cita Moreno Rivas el texto de Octavio Paz titulado Puertas al campo).
Al hacer a un lado las interpretaciones mistificantes o los juicios parciales, Moreno Rivas halló en Revueltas ``el desarrollo consciente de un talento excepcional y el surgimiento del estilo más individual que se dio en la música del periodo nacionalista de los años treinta''.
Esa música fue más allá de los imperativos de la escuela mexicana de composición y al superar sus postulados y limitaciones ``señaló el camino hacia una sintaxis más moderna en la música mexicana (...) Como arte basado en una sensualidad sonora que podía ser alternativamente luminosa, sombría y aun expresiva en el sentido romántico, la música de Revueltas no se sometió a las consideraciones éticas o sociales y didácticas que prevalecían en la escuela mexicana. Por el contrario, y con la seguridad del creador que reconocía de antemano las posibilidades inherentes de sus sujetos musicales, Revueltas aplicó una dialéctica de composición renovada constantemente que permitió que la estructura y aun la articulación interna de cada obra surgiese del propio material sonoro''.
¿Rivalidad con Carlos Chávez?
A las aportaciones de Yolanda Moreno Rivas se han sumado, en años recientes, capítulos trascendentales que aminoran la escasez y aumentan la luz en torno de la obra revueltiana. Es el caso del Cuarteto Latinoamericano, que no sólo han incluido en su vasto repertorio los cuartetos para cuerdas de Revueltas, también los han registrado en disco compacto, con distribución internacional, y dieron a conocer el Cuarteto Número 3, descubrimiento que vino a modificar y a enriquecer tanto el catálogo de las obras del músico duranguense como las fichas de las enciclopedias.
Inicia, mañana, 1999 y con él las celebraciones por el centenario de Silvestre Revueltas, al mismo tiempo que también se multiplicarán las actividades por el centenario de Carlos Chávez (1899-1978), personaje excepcional en la historia del arte mexicano y a quien, fenómeno muy mexicano, alcanza también el mito revueltiano, pues no ha cejado del todo alguna insistencia soterrada en una cierta rivalidad artística que casi en secreto no ha faltado quien la lleve al extremo de recordar los celos de Salieri frente a Mozart.
Un consenso, apegado éste si a la realidad, en cuanto a la percepción e impacto en los escuchas, es el carácter dionisiaco en Revueltas mientras apolíneo resulta Carlos Chávez. La sensualidad, empero, no está ausente en las partituras del maestro Chávez, cuya riqueza de pensamiento será materia de amplias discusiones en los meses venideros.
Las influencias de Revueltas y de Chávez sobre las generaciones subsiguientes, así como el crecimiento de materiales documentales, la suma de estudios acerca de ambos personajes y producciones, poblarán los días por venir en la cultura musical de México, qué duda cabe.
Con ello, la dispersión y la abundancia pulverizada o parcial de textos, estudios, análisis acerca de la vida y obra de Silvestre Revueltas, se antoja también como clima propicio para la posibilidad del surgir, ya, del atamiento, cognición, antología o camino dúctil hacia la obra definitiva acerca de Silvestre Revueltas.
Inicia pues, desde esta misma noche, el Año Revueltas.
Correrá la tinta.