Portocultura, un proyecto independiente en Veracruz
Arturo Jiménez, enviado, Veracruz, Ver. n Fraguado en una tibia madrugada de parranda porteña, sin recursos económicos pero con el interés de ``compartir'' y apadrinado con éxito por el escritor Federico Campbell, surge aquí Portocultura.
Impulsado por periodistas y pintores decididos a no reprimir sus ideas y alucines, este proyecto independiente enriqueció el restaurante-bar Colonial como galería y lugar de conferencias en Los Portales, donde la segunda charla, sobre la telenovela, será en enero con la actriz Claudia Ramírez.
``Portocultura busca hacer algo independiente de las instituciones oficiales, pues hay chavos pintores que llevan tiempo creando pero no han tenido chance de exponer'', dice Daniel Noriega, pintor, restaurantero y ex roquero.
Néstor Andrade, pintor y maestro de pintores, también artífice de Portocultura, señala que otro propósito es lograr un intercambio e integración entre creadores porteños y jalapeños, y de éstos con artistas nacionales e internacionales.
Noriega asegura que se trata de generar un movimiento ``que obligue a la producción plástica'' de los pintores veracruzanos, quienes afortunadamente respondieron a la convocatoria de Portocultura para realizar la primera charla-exposición.
``No se trata de pelearse con las instituciones gubernamentales -precisa Andrade, director de la Casa de Cultura Atarazanas-, yo trabajo en una de ellas, sino de crear un espacio en el contexto de todo el desmadre, bullicio y expresiones populares que se dan todos los días en Los Portales''.
Noriega y Andrade comentan que el esquema básico es traer al puerto a un artista de reconocida trayectoria en los ámbitos literario, escénico, musical o plástico para que hable sobre un tema acordado de manera previa. Un mes o dos antes, pintores porteños y jalapeños comenzarán a trabajar acerca de ese tema con el fin de que cada creador lo ``contextualice'' desde su visión y técnica individual. El compromiso es tener la obra terminada para el día de la charla y así inaugurar la exposición respectiva.
Se trata, indica Andrade, de que los pintores ``proyecten'' cada tema y hagan una ``transfiguración plástica'' basados en la zona de investigación, reflexión y creación seleccionada.
Portocultura es un movimiento sin fines de lucro ni políticos y, ante la falta de presupuesto, se recurrirá al apoyo privado. ``Es por el puro placer de compartir, saber y nutrirse'', dice Andrade.
Campbell, el poder y la flota
Portocultura se estrenó el pasado 5 de noviembre, con una charla de Campbell sobre el poder. Desde esa fecha las paredes del Colonial exhiben 14 cuadros de pintores porteños y jalapeños. La obra está a la venta y no se cobra comisión.
Ese día, cuentan Noriega y Andrade, el nuevo espacio cultural se vio copado de pintores, escritores, fotógrafos, periodistas, estudiantes, caricaturistas callejeros, vendedores de toques eléctricos, marimberos, soneros y demás miembros de la flota.
``Campbell a lo mejor no se esperaba ese público y al principio se vio sacado de onda -comenta Noriega-, pero después también le gustó hablar a toda esa gente que lo escuchó muy interesada.''
La muestra será sustituida en enero por otra que ``transfigurará'' el tema de la telenovela, gracias al pincel de 20 pintoras veracruzanas.
Sonidos e imágenes
Estos días en que los de Portocultura preparan su segunda charla-exposición, el zócalo de Veracruz abigarra aún más su paisaje de imágenes y sonidos. Los cotidianos soneos, rumbeos, danzoneos y fandangueos se mezclan con las tradiciones decembrinas.
Desde cualquier mesa de Los Portales se ve pasar, posesionado de múltiples cuerpos encorvados y cabezas canosas, al Año Viejo, que baila son jarocho, son montuno o al ritmo de palmas y sonajas: ``Una limosna para este pobre viejo/ que ha dejado hijos/ para el año nuevo''.
De La Rama ya sólo queda su aroma y el fantasma de su paso ligero en las manos de algún niño. Ella, multiplicada por grupos de cantores, recorrió durante las posadas las calles veracruzanas, adornada con faroles, cadenas de papel de china, globos y paxtle.
Santa Claus fue derrotado en este puerto y en las esquinas más bien se instalan coros infantiles de escuelas y orfanatorios, regalando villancicos a cambio de monedas.
Se ve pasar además -aunque se escucha a dos o tres calles- a la batucada, pidiendo cooperación para financiar los vistosos trajes que los grupos de samba de los barrios populares lucirán en el carnaval.