La Jornada 29 de diciembre de 1998

Sería el responsable del tráfico de armas y explosivos en la cárcel

José Galán y Ricardo Olayo Ť Las investigaciones judiciales sobre el frustrado intento de fuga de cuatro reos del Reclusorio Sur han dado los primeros resultados: Rodolfo Sánchez Morales, custodio del penal, fue detenido por su presunta participación en el abastecimiento de armas y explosivos para los presidiarios.

De hecho, por el calibre de las armas y el tipo de explosivos, su presencia ilegal dentro del penal constituye un delito del orden federal, por lo que una vez integrada la averiguación previa en su totalidad, será enviada a las autoridades federales de la Procuraduría General de la República (PGR), que tendrán a su cargo los procesos penales respectivos en contra de Carlos Angel Ferret García, El Beto; Mario Mendoza Vázquez, El Pantera; Carlos Eduardo Pérez Fernández y Luis Jaime González, quienes retuvieron a 19 rehenes por casi 24 horas en la enfermería de ese penal.

Además, bajo la averiguación previa 27/5155/98-12, iniciada en la agencia 27 de Xochimilco, pero atraída por la número 50 del Ministerio Público, responsable del sector central, continúan los interrogatorios no sólo de los reos sino también de los 19 rehenes, además del personal del área jurídica e incluso de las personas adscritas al servicio de trabajo social y quienes mantienen contacto diario y directo con los internos.

Incluso, el director de Reclusorios del gobierno de la ciudad, Jaime Alvarez, reconoció que ha enfrentado resistencia de los cuerpos asignados a la seguridad de los penales, que se oponen a abandonar las prácticas de corrupción que permiten canonjías y propician el alcoholismo y la drogadicción dentro de los penales, por lo que manifestó que la autoridad será inflexible contra quienes de una u otra forma pretendan mantener sus prebendas.

Ante cerca de 50 nuevos ``técnicos en seguridad'', que recibieron reconocimientos por parte del subsecretario de Gobierno, Leonel Godoy, Alvarez advirtió que ``muchos compañeros de ustedes en el área de seguridad no han querido entender las políticas del gobierno de la ciudad contra la corrupción. Pero nosotros se las haremos entender''.

En el caso de las armas y explosivos utilizados por los cuatro reos el 25 y 26 de diciembre para mantener como rehenes a 19 personas ---tres pistolas 9 milímetros y dos granadas de fragmentación tipo piña--, las autoridades llevan a cabo las pesquisas sobre varias líneas de investigación: las armas fueron introducidas desarmadas al penal por personas aún desconocidas, es decir, en piezas, días antes del intento de fuga. Las autoridades se enteraron del hecho y realizaron un cateo en los dormitorios de lunes para amanecer martes, sin éxito. Y de acuerdo con otra hipótesis, las granadas --pequeñas y fáciles de esconder-- llegaron al penal un día de visita anterior a la fecha fijada para el escape.

``Se trató de un hecho lamentable. La incursión de la gente de seguridad debe coadyuvar al alivio de la serie de conductas que ocurren al interior de las prisiones'', afirmó Alvarez, quien junto con Godoy otorgó un reconocimiento escrito y premio en metálico al comandante Miguel Lara, quien logró la rendición de los presidiarios sin derramamiento de sangre luego de casi 20 horas de cerco a la enfermería local.

Por su parte, Ismael Suárez Abrego, director de Seguridad de los reclusorios, afirmó ante los nuevos técnicos en seguridad que en los penales ``habemos de todo, respetuosos e irrespetuosos. Y a los que no cumplen, se les sanciona dentro del marco legal e incluso bajo las leyes penales''.

--¿Cómo entraron las armas al reclusorio? ¿Ya se sabe?

--Aún estamos investigando, pero no lo sabemos con precisión-- respondió Alvarez.