Sublevación en el Reclusorio Sur del DF; hay 8 rehenes
Daniela Pastrana y Josefina Quintero Ť Cuatro internos de los dormitorios de alta seguridad del Reclusorio Preventivo Sur del Distrito Federal tomaron por asalto la enfermería de este centro penitenciario, en un intento de fuga que resultó frustrado, pero mantienen como rehenes a ocho personas, entre quienes se encuentra Ignacio Julio Mariscal, ex propietario del Grupo Havre, preso por fraude.
Los reos --dos acusados de secuestro y dos por robo calificado-- no han planteado con claridad sus demandas, aunque sostenían negociaciones con las autoridades capitalinas desde las 16 horas, sin que hasta el cierre de esta edición llegaran a un acuerdo. Pero quedó confirmado que no hubo muertos ni heridos de bala durante el operativo, en el que participaron no menos de 400 elementos de diferentes corporaciones de la policía capitalina.
Los cuatro secuestradores comunicaron por televisión que estaban dispuestos a matar a los rehenes si la policía no se retiraba de las instalaciones del penal y no lograban su libertad. Un voz tensa, por vía telefónica, aseguró: ``Queremos nuestra libertad''.
El amotinamiento se produjo alrededor de las 15 horas de ayer, cuando los cuatro reos de los dormitorios uno y dos saltaron al área del Centro de Observación y Clasificación, donde se encuentra la enfermería de este centro penitenciario. Al darse la señal de alarma, elementos de las policías Preventiva, Montada y Judicial y del Cuerpo de Granaderos cercaron las instalaciones, en tanto el Grupo Especial de Reacción Inmediata (GERI) se introdujo al reclusorio, donde se encontraban aproximadamente 700 personas que visitaban a los internos con motivo de la Navidad.
La interacción entre el amotinamiento de los reos, la acción policiaca y el número de visitantes creó una atmósfera de intensa angustia y tensión, lo que devino crisis nerviosa colectiva.
El director operativo de la Cruz Roja, Isaac Oxenhaute, informó que fueron atendidas 70 personas por crisis nerviosa e intoxicación por gas lacrimógeno, pero ninguna de gravedad. Sólo una mujer embarazada fue trasladada a uno de los centros hospitalarios ante posibles complicaciones.
Al tomar las instalaciones del Reclusorio Sur, ubicado en Xochimilco, la policía lanzó gases lacrimógenos como parte de su operativo, en previsión de que el motín fuera a extenderse entre los internos de otras áreas. Como pudieron, paulatinamente, salieron grupos de mujeres y niños; poco después lo hicieron los hombres que se encontraban de visita. A las 20:30 se informó que ya no había un solo visitante en el penal.
Los negociadores
Aproximadamente 40 minutos después de que se iniciara el motín, arribó al lugar Jaime Alvarez Ramos, director general de Reclusorios del DF, quien de inmediato entabló negociaciones con los cuatro reos. A las 17 horas llegó el director de Agrupamientos de la Secretaría de Seguridad Pública, Marco Antonio del Prado; a las 21:55 se integró al equipo de negociadores el jefe del Agrupamiento a Caballo, Nicolás Arce Ponce, y a las 21:55, el director general regional de Control, David Almada Gallardo.
Las negociaciones se llevaban a cabo en las instalaciones de la enfermería, donde se encontraba una doctora, dos enfermeras y algunos internos. De estos últimos se duda si se encuentran en calidad de rehenes o son cómplices de los secuestradores. Los cabecillas portan las siguientes armas: una pistola nueve milímetros, una 3.80, una calibre 25 y, al parecer, una granada de fragmentación.
Las negociaciones eran tensas, principalmente porque los reos no definían con claridad sus peticiones, porque se presume que su intención era sólo evadirse. En tanto, solicitaron cigarros, agua y alimentos.
Cada semana, 100 mil visitantes
Leonel Godoy, subsecretario de Gobierno del DF, informó que el último operativo para detectar armas en los centros de reclusión penitenciarios se realizó la noche del lunes 21, por lo que se presume que el armamento que portan los secuestradores ingresó al penal entre el jueves 24 y el viernes 25.
Para ello se aprovechó el elevado número de visitantes, que en un cálculo del personal del Reclusorio era de 700 en el momento en que se inició el asalto a la enfermería del penal. Durante este año, dijo el funcionario, se realizaron más de 3 mil revisiones sorpresivas al interior de los penales, donde únicamente se encontraron armas punzocortantes. Sin embargo, aclaró que el elevado número de visitas en los reclusorios dificulta una revisión más exhaustiva. Semanalmente entran más de 100 mil personas a los penales en calidad de visitantes.
La sobrepoblación de los reclusorios, agregó, constituye también un grave problema de control. En previsión a estas fechas, en que tradicionalmente se altera el orden, se otorgaron 183 boletas de liberación anticipada para disminuir la tensión en los centros penitenciarios.
A las 22:30, el director general de Reclusorios salió de las instalaciones e informó que no había muertos ni heridos, sólo una persona lesionada en un ojo. Dijo, además, que continuaban las negociaciones y se carecía de datos más precisos.