La Jornada 23 de diciembre de 1998

El conflicto ``es sólo la punta del iceberg'', expuso en entrevista

Jesús Aranda Ť En la clandestinidad, amparado por la justicia federal, pero con certeza de que ``me quieren matar'', el teniente coronel Hildegardo Bacilio Gómez, líder del Comando Patriótico de Concientización del Pueblo (CPCP), afirma que mantendrá su lucha por el respeto a los derechos humanos de soldados y en contra de la miseria y explotación que sufren millones de indígena*s.

Aunque asegura desconocer ``cuál será el fin de todo esto'', y que son el gobierno federal y el secretario de la Defensa Nacional los que ``hicieron una bola de nieve que va rodando y que no sabemos a dónde va a terminar''.

Vestido con traje gris oscuro, camisa azul rey y corbata a cuadros, y ya sin el bigote que llevaba el pasado viernes cuando encabezó la marcha de militares que demandan la desaparición del fuero de guerra, Bacilio Gómez fue entrevistado ayer a unos metros de una de las instituciones militares más importantes del país, en donde informa que ya recibió el amparo del juez quinto de distrito en contra de cualquier aprehensión de parte de las autoridades castrenses, previo pago de una fianza de 50 mil pesos. A pesar de contar con este respaldo legal, el teniente coronel reconoce que existe la posibilidad de solicitar asilo político en otro país, pero ``depende de cómo se pongan las cosas, está la salida muy al final del camino'', dice.

Aunque cuenta con el amparo, adelanta que no se presentará en público, porque no hay un estado de derecho real en México que garantice su integridad.

De 43 años, el también médico ginecoobstetra niega tajantemente que haya cualquier intromisión estadunidense en su movimiento y aclara que la página que colocó el CPCP en Internet no tiene nada que ver con el Pentágono -la dirección es http//www.geocites.com/ Pentagon/Bunker/6289/-; dice que su hija de 15 años ``es la que conoce de estas cosas, y junto con el capitán retirado Alberto Enríquez del Valle son los encargados de subir la página a la red''.

Asimismo, insiste: ``Los que integramos el comando somos militares mexicanos nacionalistas, que de cara a la nación marchamos el pasado viernes para demostrar nuestro valor civil y militar''.

Después de varias maniobras complicadas y para evitar que los servicios de inteligencia del Ejército lo detectaran, se llevó a cabo la entrevista con el teniente coronel, sobre el que pesa orden de aprehensión por el delito de deserción, además de que es investigado por la comisión de posibles delitos como rebelión, sedición y contra el honor militar. Al respecto, rechaza las acusaciones en su contra, formuladas por el procurador militar, general Rafael Macedo de la Concha, y asegura que todo lo que se dice de él son mentiras, ``sobre las que no vale la pena hablar''.

Pese a las críticas a su movimiento en contra del fuero de guerra, señala: ``Yo me siento indisolublemente atado al Ejército. Yo lo que soy se lo debo al Ejército y me voy a morir con las botas puestas, aunque traiga un casimir o un esmoquin. Esto es más profundo que traer un uniforme con tantas corcholatas''.

Respecto a la carta que hizo pública la Secretaría de la Defensa Nacional, en la que generales -entre ellos los ex secretarios Juan Arévalo Gardoqui y Antonio Riviello Bazán- criticaron al CPCP y cuestionaron el que se haya encontrado bajo proceso, Bacilio Gómez señala que esa carta ``en lugar de limpiar a la institución (al Ejército), la denigra. Todo lo que diga el procurador militar, todo lo que digan los diputados y senadores priístas, los comandantes de zona y de región, todos los que defienden lo indefendible, no debe ser tomado en cuenta. No puede limpiar mi imagen, porque no puede limpiar algo que no ha ensuciado''.

Insiste durante la conversación con dos medios nacionales, a la que asistió acompañado por el ex capitán Alberto Enríquez del Valle, en que el comando que encabeza es pacífico y que tiene como objetivo principal concientizar a la población: a soldados, generales y al pueblo en general. Pero acepta que difícilmente los cerca de 500 generales del Ejército Mexicano tendrán la sensibilidad necesaria para sumarse a la causa de los soldados que son vejados por sus jefes.

``¿A dónde vamos llegar? -se cuestiona, alzando la voz-. Va a ser el trabajo de los soldados que están pendientes del movimiento, de los generales conscientes, del pueblo que quiere cambio''.

Agrega que a pesar de estar separado de su clínica, por Lomas Verdes, su esposa y sus hijos, no se arrepiente de haber emprendido esta lucha.

Ante las insistentes preguntas sobre el origen y fines de su movimiento, Bacilio Gómez dice: ``Esto es sólo la punta del iceberg, se desató una furia de Estado, se desató una furia al más alto nivel en contra de nosotros, por pedir simplemente justicia. Nuestro caso es el corolario, la cereza del pastel; todo el problema ya se venía gestando, no hay nada oculto atrás de nosotros''.

``El grupo de militares que decidió defender su dignidad con una marcha merece un especial respeto... ellos no hicieron una masacre, no pusieron una bomba, no optaron por un fusil para agredir. Los está dirigiendo un médico; tengo la responsabilidad y la obligación de salvar vidas y no de matar. Que lo entiendan el secretario de la Defensa Nacional y el Presidente de la República, que lo entiendan las fuerzas oscuras que quieren llevar su poder, su botín político, su rebaño, a sus arcas. Que lo entiendan, soy médico y lucho por la vida de los más desprotegidos, no lucho por la muerte'', señala.

Interrogado sobre la suerte de los más de 50 miembros del CPCP, quienes ya son cuestionados por la Procuraduría General de Justicia Militar por delitos derivados de la marcha del pasado viernes, el teniente coronel señala: ``Nunca he pensado en el río antes de pasarlo. No sé mañana, no sé cómo pueda amanecer. Lo que están haciendo no tiene ningún sustento legal, pero lo van a hacer, como con Acteal, con Marcos, con el 2 de octubre; lo van a hacer una y mil veces. ¿Hasta cuándo? Hasta que llegue otro más inteligente que ellos y les mueva todo''.

``Yo creo que desde que empecé estoy en periodo de muerte, y no es protagónico. Este es un país en el que se puede morir un reportero de La Jornada, sin que nadie sepa nada''.

En alusión al subcomandante Marcos, indica en un tono mesiánico: ``Yo estoy detrás de la nación sin antifaz, sin pasamontañas; aquí estoy para que ustedes me vean, para que el pueblo vea que me puede seguir, si me quiere seguir. Si no acabamos es porque Dios no quiere que se dé; si se da, es porque Dios quiere que se dé''.

Católico convencido y orgulloso de su origen de indígena otomí, afirma que utilizará la estrategia de todo comando -que tiene pocos elementos y por ello gran movilidad ``que han evitado mi captura''- para cumplir su objetivo de que la verdad salga al final de cuentas.

En una de tantas referencias que hace sobre el subcomandante Marcos, lo critica ``porque él usó a un grupo de indígenas con resorteras e iba a matar y provocar a unos soldados para pasar del anonimato a la publicidad. Veinte años de trabajo que estuvo él con los indígenas, bien hecho, bien cimentado, los sacó a la luz pública produciendo muertes de los dos lados. Fue a picarle los ojos al león, para que lo atacaran y de esa manera, el primero de enero de 1994 salir a la luz pública''.

No obstante, no oculta su admiración por Marcos y asegura tener con él muchas coincidencias, que confluyen en la necesidad de superar la miseria y el hambre en que viven las comunidades indígenas chiapanecas.

-¿Qué piensa usted de la causa zapatista?

-El dolor, las virtudes, la dignidad, la justicia, son universales. Podemos dudar cuáles sean los fines de ese ejército. Podemos dudar de si Marcos es mexicano o es francés, tenemos derecho a dudar de muchas cosas, pero de lo que no podemos dudar es de la terrible y espantosa miseria de los indígenas. De lo que no podemos dudar es de que en Acteal hubo 45 muertos, matados con toda la saña de un Estado. Si alguien lo duda es que vive en otro país, o que nunca ha ido a una comunidad indígena o que no ha visto a los niños que viven en una alcantarilla.

Alza la voz y asevera: ``Si luchar porque no se repita eso es estar fuera de la ley, entonces estoy fuera de la ley''.

Niega tajantemente cualquier relación con el general José Francisco Gallardo Rodríguez, con quien asegura tener sólo coincidencias. ``Y precisamente -afirma-, el hecho de que haya gente como Marcos, Gallardo y yo revela que hay un factor denominado pobreza, falta de empleo, injusticia, represión, que origina que la gente con dignidad exija sus derechos''.

Sobre su controvertido intento de salir rumbo a Venezuela y buscar asilo político en el país que gobernará el ex militar golpista Hugo Chávez, señala que a éste no lo conoce, ``y si no lo voy a conocer, tampoco me interesa si me da asilo Francia o Inglaterra; eso no me importa''.

Aprovecha la ocasión para reconocer que el presidente cubano, Fidel Castro, ``ya no es mi ídolo'', a raíz de sus declaraciones sobre los héroes de la patria y Mickey Mouse. ``Lo admiraba cuando dio su discurso, pero dejé de hacerlo cuando mandó a su canciller (Roberto Robaina) a México y lo puso de rodillas ante (la canciller) Green y (el presidente) Zedillo''.

Insiste en que el Comando Patriótico de Concientización del Pueblo seguirá por el camino legal, ``pero como ya vi lo que pasó con Gallardo, pues tengo miedo de que me agarren o que pase en una esquina y me atropellen, porque ya estoy viejito. También a eso le tengo miedo. La mala justicia en México es como una serpiente que va a picar al que no trae zapatos; a los que tienen zapatos no los va a picar''.