La Jornada 22 de diciembre de 1998



El presidente electo de Venezuela, Hugo Chávez, dijo en
Los Pinos desconocer los detalles de la protesta militar
en México Ť Foto: Cristina Rodríguez

Rosa Elvira Vargas Ť El presidente electo de Venezuela, teniente coronel Hugo Chávez Frías, manifestó desconocer ``los detalles'' sobre la inconformidad encabezada por su similar mexicano de grado, Hildegardo Bacilio Gómez, quien además expresó su intención de viajar a aquel país, pero dijo estar seguro de que el gobierno del presidente Ernesto Zedillo tendrá la manera de solucionar ``esos problemas que puedan presentarse''. De paso, envió un saludo a las fuerzas armadas de México.

Durante la conferencia de prensa que ofreció en Los Pinos al término de sus conversaciones con Zedillo, Chávez insistió en que no conocía la protesta de los militares mexicanos. Incluso señaló que del caso se enteraba apenas en ese momento por los periodistas. ``No sé de qué se trata, y en todo caso, aun sabiéndolo, no puedo opinar al respecto porque es un asunto de la soberanía de México y forma parte del respeto inmenso que tengo por el Estado mexicano, por el pueblo y su soberanía'',

Chávez Frías, a quien su currículum oficial ubica como cabeza de una ``rebelión militar'' ocurrida en Venezuela el 4 de febrero de 1992, arribó a esta capital la mañana de ayer, en la continuación de un periplo que apenas 15 días después de haber sido electo ya lo llevó por Brasil, Argentina, Chile y Colombia.

El presidente electo de una nación que con México y Colombia conforman el llamado G-3, anunció su determinación de respetar el acuerdo suscrito por su país con México y Arabia Saudita para recortar la producción de petróleo, con el fin de recuperar y fortalecer los precios del crudo.

Dijo que desde el 2 de febrero, cuando tomará posesión, evaluará el impacto de la limitación en la oferta petrolera tanto en su país como en el resto de las naciones exportadoras, y a partir de eso considerará la posibilidad de extender los acuerdos de recorte durante todo 1999.

Descartó cualquier posibilidad de que sus compañeros de armas puedan orquestarle un golpe de Estado, y dijo que sus contrincantes políticos lo subestimaron y no dieron una lectura real a lo que pasa en Venezuela. ``El triunfo de mi candidatura es el retorno a la verdadera democracia... nos estamos alejando del caudillismo. La figura de Hugo Chávez está muy lejos del militarismo autoritario. El proyecto nuestro es otra cosa y lo vamos demostrando''.

Luego de una amplia introducción sobre los temas que abordó con Zedillo, Chávez aludió frecuentemente al libertador Simón Bolívar, a quien llama su ``guía espiritual y filosófico'', y señaló que su país vive un sistema ``deslegitimado, que llegó a un estado de ingobernabilidad muy alto, con un Poder Judicial que no administra justicia; grandes hechos de corrupción (equivalente a 15 por ciento del presupuesto nacional); existe además gran impunidad, con cárceles atiborradas de prisioneros y una elevada inseguridad pública''.

Anunció que llamará, mediante un referéndum, a una asamblea constituyente que reforme los tres poderes del Estado y cree uno más. ``Vamos a proponer que se incorpore un cuarto poder, viejo sueño de Bolívar y propuesta hecha por él en la Constitución del 19, por cierto. (Se trata) del poder moral. Es un poder contralor, un poder fiscalizador, un poder que asuma la defensoría de los derechos humanos, de los derechos del pueblo''. En síntesis, indicó, una transformación (no reforma, porque la expresión le suena a gatopardismo) que vaya a fondo y consiga una democratización de verdad, no como una careta.

La nota oficial sobre la trayectoria y las aficiones de Hugo Chávez lo ubican como una persona multifacética que igual escribe cuento, poesía y obras teatrales. Es aficionado a la pintura y fanático del beisbol, con ``destacada participación'' en varios campeonatos. Quizá por ello la figura del militar parece más la de un jugador de pelota que la de un político. Y aunque su currículum no lo consigna, se advierte en sus expresiones una gran religiosidad.

Confía en que antes de tomar posesión pueda viajar a Estados Unidos, pues asegura que ya tiene excelentes relaciones con el gobierno y los empresarios de aquella nación, y por tanto, no hay ni habrá nada que pueda perturbar su buen trato con la administración, el pueblo y la economía estadunidenses.

Chávez plantea otras propuestas para su país: reducir a cuatro años el periodo presidencial, con posibilidad de relección inmediata; reducir la dependencia fiscal de los ingresos petroleros; incrementar los ingresos impositivos; renegociar la deuda externa que se lleva 40 por ciento del presupuesto nacional, y reducir el tamaño del Estado mediante el ajuste al gasto burocrático. Para ello disminuirá los 25 ministerios venezolanos para concentrar funciones.

La problemática social de Venezuela es su preocupación manifiesta. Admite que el sistema educativo de su país es uno de los peores del mundo, que la salud ``está atropellada'' y que la tasa de desempleo es de 15 por ciento y el subempleo de 50 por ciento de la población económicamente activa. Indica que entre la evasión fiscal y los ilícitos aduaneros se pierde el equivalente a cinco puntos del PIB; que del déficit fiscal, casi cuatro puntos del producto nacional son para pagar la deuda externa.

Sobre la problemática petrolera, Chávez dijo que ojalá la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no tenga que convocar a una reunión en el próximo trimestre, pues ello indicaría un agravamiento de la situación. Pero si se hiciera, acotó, habrá que reforzar a esa central, porque ``la defensa de los precios del petróleo es algo muy urgente para todos''.