Llama el militar inconforme a terminar con la ``represión brutal'' de Cervantes Aguirre
Jesús Aranda Ť El Comando Patriótico de Concientización del Pueblo (CPCP) urgió ayer a los generales del Ejército en activo y retirados a que actúen y terminen con la ``represión brutal'' del secretario de la Defensa Nacional, general Enrique Cervantes Aguirre, ``quien ha conculcado las más elementales e inalienables garantías individuales que nos confiere la Constitución Política'' del país. Asimismo, advirtió que deben ``evitar la desintegración del Ejército, que es, hoy por hoy, valuarte de nuestra querida patria''.
En un comunicado, que fue subido junto con los anteriores a la página de Internet http://www.geocities.com/Pentagono// Bunker/6289/cpcp.html ubicada fuera del país, el teniente coronel, médico cirujano y dirigente del CPCP, Hildegardo Bacilio Gómez, plantea que se realice una junta para elegir un nuevo titular de la Defensa Nacional ``entre los generales de división que se encuentren en activo, procurando elegir democráticamente para secretario a un general con ascendencia sobre generales, jefes, oficiales y tropa, con un perfil ético profesional adecuado para defender al instituto armado''.
Asevera que ``los cambios que el Ejército necesita deben gestarse desde el interior'' y no esperar, ``porque sería vergonzante'' que el cambio proviniera ``de los civiles que desconocen nuestra problemática''.
Es ``vergonzante'', puntualiza, que el presidente en turno nombre al secretario de la Defensa Nacional sin que exista una consulta entre los generales para elegir al mejor, lo que convierte al funcionario ``en un títere, sin capacidad de decisión, que actúa al arbitrio de sus ambiciones y de las órdenes que recibe sin ejercer una ascendencia sobre el personal militar, porque simplemente no la tiene''.
Señala el escrito que los oficiales de más alto rango no deben permitir ``que se enseñoreen sin rienda ni freno los espíritus dictatoriales del general Huerta y Santa Anna, y que materializados en nuestro actual secretario de la Defensa Nacional se ejerzan castigos injustos contra los hijos del Heroico Colegio Militar y en contra del Ejército en lo general''.
Cuestiona también que, ``hasta el momento, ningún general patriota se haya atrevido a defenderlos'', ya no como una decisión voluntaria, sino como una obligación ``jerárquica y moral''.
Insiste en que el alto mando tiene la obligación de ``velar, resguardar y defender la integridad física y mental de sus subordinados'', para que éstos cumplan cabalmente con las misiones que la patria les tiene encomendadas, además de que se les despierte un sentimiento de lealtad ``recíproco e inquebrantable'', porque la lealtad no sólo debe ser de los subalternos hacia los superiores, ``sino también de los superiores a los subalternos''.
Señala que obtener el grado de general ``es el más alto honor'' al que puede aspirar un militar, pero que ese nombramiento implica también ``ganarse'' lo que se llama la ``ascendencia sobre el personal'' y que convierte al líder jerárquico en un ``líder natural''.
Sin embargo, se reprocha a los generales que, ``siendo tan numerosos'', no es posible que no exista entre ellos ``un Francisco Villa, un Emiliano Zapata, un Vicente Guerrero, un Felipe Angeles, un Ignacio Zaragoza o un Comonfort. Tal vez ese sea el problema, que siendo tantos generales mexicanos el grado ha sido devaluado y debilitado''.