Hubo miles de muertos, afirma el embajador iraquí ante la ONU
Afp, Ap, Dpa y Reuters, Washington, 20 de diciembre Ť El embajador iraquí ante la ONU, Nizar Hamdoon, afirmó hoy que hay miles de muertos y heridos en su país como consecuencia de los cuatro días de bombardeos estadunidenses y británicos de la operación Zorro del Desierto. Aseveró que después de los ataques, su país ``merece'' que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas levante de inmediato las sanciones impuestas sobre Bagdad desde la invasión a Kuwait en 1990.
Asimismo, reiteró que Irak rechazará el regreso al país de Richard Butler, el presidente de la comisión especial de la ONU para el desarme de Irak (Unscom), y afirmó que el responsable había conspirado con Washington con el fin de dar un pretexto para bombardear.
De su lado, el presidente iraquí, Saddam Hussein, aseguró a su pueblo que el país salió victorioso de los ataques. Sin mencionar al gobierno estadunidense ni la orden del sábado de suspender los bombardeos, el mandatario afirmó que ``Dios quería que esta confrontación fuera un honor y una gloria para ustedes, así como una vergüenza y humillación para los que la llevaron a cabo, los enemigos de Dios y de la humanidad''.
En una entrevista para la cadena televisiva CNN, Hamdoon afirmó que los bombardeos provocaron grandes daños en el país ``principalmente en la infraestructura civil y en vidas humanas. Me han dicho que las víctimas se cuentan por miles, en términos de muertos y heridos''. Reconoció, no obstante, que su gobierno no cuenta con cifras definitivas.
Cifras previas iraquíes daban cuenta de al menos 42 muertos y 96 heridos, aunque después de las últimos bombardeos, autoridades dijeron que el número de muertos podía rondar los 75.
Agregó que Bagdad pedirá al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas levantar las sanciones económicas y afirmó: ``Creemos que nos lo merecemos''. Hamdoon adelantó que Irak argumentará en su favor que los bombardeos son prueba de que en el país no hay armas químicas ni bacteriológicas, ni tampoco agentes para producirlas, puesto que después de los ataques no se ha registrado presencia de gases venenosos, ``a pesar de que quedaron destruidas varias posiciones militares''.
Sobre Butler, quien ha afirmado que Irak sigue ocultando armas de destrucción masiva, Hamdoon aseguró: ``No creo que haya posibilidades de que regrese''. Irak acusa al funcionario australiano de estar al servicio de Estados Unidos, y que su misión es perpetuar las sanciones contra su país. La víspera, el vicepresidente iraquí Taha Yassin Ramadan afirmó que los trabajos de la comisión del desarme eran ``cosa del pasado''.
La portavoz de la Unscom, Caroline Cross, dijo hoy en Bahrein que 50 de los inspectores están ``esperando instrucciones de Nueva York'', mientras otros miembros de la comisión fueron enviados a sus hogares por las fiestas navideñas.
Por otro lado, Saddam Hussein aseguró que al resistir los bombardeos, los iraquíes estuvieron ``al nivel de su líder, hermano y camarada, quien sabía que lo estarían, por lo que Dios nos otorgará la victoria''.
La prensa iraquí también proclamó la victoria del pueblo por haber resistido los bombardeos, y tampoco mencionó el hecho de que Washington y Londres suspendieron los ataques el sábado.
Hoy se registró una falsa alarma de bombardeo en Bagdad, donde las sirenas resonaron por la mañana, y volvieron a activarse 16 minutos más tarde como para anunciar el fin del ataque.
Tanto Washington como Londres han reconocido no tener un recuento preciso de los daños provocados por la acción militar contra Irak, pese a considerar que ``la misión fue cumplida''. Bagdad, en tanto, ha afirmado que su población e infraestructura fueron las más afectadas por los bombardeos.
Por lo pronto, Estados Unidos ha reconocido orgullosamente que en los primeros tres bombardeos se lanzaron más bombas que durante toda la Guerra del Golfo. Según el Pentágono, la ofensiva hizo blanco en ``casi la totalidad'' de 100 objetivos, entre los que estaban 650 depósitos de aparatos aéreos. También figuran entre los blancos alcanzados 20 instalaciones de comando y control, 18 de seguridad para programas armamentistas, así como ``siete u ocho palacios presidenciales o posiciones de la Guardia Republicana''. De la destrucción de estas instalaciones, autoridades de Defensa británicas se atribuyeron el crédito y mostraron videos a la prensa.
Aunque la operación tenía por objeto dañar ``la maquinaria militar'', Washington y Londres dijeron haber hecho blanco en emisoras de radio y televisión con el fin, dijeron, de impedir que Saddam Hussein se comunicara con su pueblo (cosa que el mandatario no ha dejado de hacer). Gran Bretaña reportó, asimismo, que se bombardeó la refinería de la ciudad de Bessora por considerar que el régimen iraquí la emplea para ``contrabandos de petróleo''.
Por su parte, periodistas en Bagdad y testigos dijeron que en el elegante barrio Karada, en Bagdad, un misil dejó un enorme cráter a media calle y destruyó la red de agua, y hablaron de la destrucción del ministerio del Trabajo, del Museo de Historia Natural y de la oficina que adminstra las fábricas iraquíes.
La organización humanitaria Caritas confirmó que fueron afectados varios hospitales capitalinos, entre ellos el principal sanatorio de la ciudad, ubicado en un barrio cristiano, y también un hospital gerontológico.
También se habló de daños a las oficinas del partido oficial Baas, el comando central del grupo paramilitar Ejército Popular, y a las facultades de medicina y farmacología de la Universidad Al Mustansiria
Bagdad, por su parte, afirmó que la mayoría de las instalaciones destruidas habían sido, en su momento, inspeccionadas por la Unscom, y enfatizaron la destrucción de instalaciones civiles. Mencionaron, además que un misil cayó sobre la casa de una de las hijas de Saddam Hussein, pero indicaron que ésta se encontraba vacía en el momento que fue bombardeada. (Ap)