La Jornada 20 de diciembre de 1998

En México el cine es cosa de pasión y amor: Cox

Raquel Peguero Ť Sin su atuendo de ``gringo oficial'', el director independiente Alex Cox se paseaba por los Estudios Churubusco, en un descanso de su papel en la película La ley de Herodes, de Luis Estrada, que se filmaba allí. ``Qué raros son estos directores, una cosa que uno no puede entender -bromea-: ¡mira que darme el papel de gringo de la película!'', dice en su español con fuerte acento estadunidense.

Cox, quien hace poco concluyó su filme Tres hombres de negocios, continúa preparando, con la certeza de que el próximo año la hará por fin, su deseada película sobre la vida de Luis Buñuel, que viene planeando desde hace tres años. Basada en una historia de Tod Davies -la guionista de i>Dinero y asco en Las Vegas, que acaba de terminar Terry Gilliam-, la historia de su cinta ``no tiene nada que ver con eso. Ella es una obsesionada de Buñuel y tiene más en común con las películas del español que con las de Gilliam'', asegura Cox, quien explica que no puede detallar cómo ha pensado narrar su filme, ``porque es muy complicado lo que quiero hacer''.

La película sobre Buñuel será una coproducción, aunque desea que sea totalmente mexicana. Considera que podría filmarse completamente aquí, a pesar de que tiene secuencias en Madrid, París y Los Angeles, porque ``México lo tiene todo: tiene técnicos de tanta calidad, como no he encontrado ni en Inglaterra ni en Estados Unidos. Es un país fantástico, y lo que lo hace superior es su gente; ellos son los que dan la calidad al cine que aquí se hace''. Aún no define quién será el actor que interprete al director de El ángel exterminador, y explica que eso depende del idioma en que se haga: ``Debemos decidir el correcto, porque en este caso se tiene que filmar, lo que es México y España, en español; en Francia con Dalí, en francés, y lo de Nueva York, en inglés. Y tres idiomas en un solo filme hacen un fracaso''.

Sobre el porqué hacer una película sobre la vida de Buñuel, Cox señala que le parece interesante, ``porque se han hecho películas sobre García Lorca, Dalí, pero todavía no hay una de Buñuel. Espero que la mía sea la primera. Contar la vida de Buñuel es el posmodernismo -ríe-, ahora que el cine habla del cine''. Asegura que tiene un poco de miedo a hacerla, pues ``si no lo tienes antes de cada proyecto, eres un poco loco, porque él (Buñuel) es el maestro cineasta, junto con Kurosawa, el Indio Fernández y John Ford. Ha habido pocos cineastas de este tamaño. Así que intentaré hacerlo bien, pues de lo contrario la gente lo olvida''.

-¿Qué te une y qué te separa de Buñuel?

-El era más hombre de familia, más gente decente, y lo que ello significa, porque también es malo en un sentido. Si lees su autobiografía, te das cuenta, pero la de su mujer, Memorias de una mujer sin piano, es muy interesante, porque descubres que él era un señor en un sentido burgués, pero en otro sentido, muy loco: más loco que yo. Yo soy el diez por ciento de loco de Buñuel.

-O sea que tú eres un loco indecente.

-El era decente e indecente. Tenía de todo dentro: era un maestro, una persona complicada, mitad español, mexicano, un poco de francés. En realidad, una maravilla de señor.

El realizador de El patrullero y La muerte y la brújula, basada en un cuento de Jorge Luis Borges, cuenta sobre su nueva producción, Tres hombres de negocios, que fue filmada en Liverpool, Holanda, Hong Kong y Japón. En estos momentos se encuentra ``en el asunto de venderla'' mientras termina su ``chamba'' con Luis Estrada. La cinta cuenta la historia de tres hombres que están buscando su sustento en una ciudad que no conocen. Van de Liverpool a Rotterdam a Hong Kong a Tokio sin saber nada de su vocación ni de idiomas. La idea es mostrar a través de ese periplo cómo el mundo se ha convertido ``en uno de matones''. En el elenco cuenta con Miguel Sandoval -que ha trabajado en casi todas sus películas-, la española Isabel Ampudia, el estadunidense Bob Weson, varios japoneses y él mismo

Fiel a la idea de hacer cine independiente, asegura que más que una terquedad, es su necesidad de divertirse. ``El problema de ser director es que siempre te ofrecen películas como las que has hecho antes, pero para ser artista es más interesante hacer cosas diferentes. Eso es un problema también, porque siempre hay que recrearse, renovarse cada vez, porque siempre tienes un proyecto nuevo, que es diferente del anterior'' Cuenta que trabajó una vez en Hollywood y que ``es difícil'', pues ``trabajas con los estudios, te dan mucha lana pero no independencia, y lo más importante para mí es tener chance de trabajar como cineasta independiente, en cosas que me interesan. Por eso estoy en México: eso es el cine mexicano, el cine independiente, el cine de autor. Aquí los cineastas siempre han sido muy bien recibidos, como don Luis Buñuel y don Sergei Eisenstein.

-Entonces, ¿crees en el cine de autor?

-Sí, porque hay dos cines: el industrial, que es el que se hace en Estados Unidos, y que hace innecesario que James Cameron dirija Titanic, ya que Oliver Stone o Steven Spielberg pueden hacerlo también y la película va a salir igualita. Si quieres hacer otra cosa, tienes que trabajar con otros recursos, en otro sentido, y eso es el sentido mexicano. No es una actividad industrial únicamente, es una cosa de pasión y amor al cine.