La Jornada 15 de diciembre de 1998

SEGUIDOR DE LOS RAYOS

Marlene Santos A. Ť Impedido por sus responsabilidades, el presidente de la República, Ernesto Zedillo, señaló que no puede asistir al estadio a presenciar los partidos de su equipo favorito, los Rayos del Necaxa, que el domingo se adjudicó el título del futbol mexicano y al que ayer recibió en Los Pinos, en el salón Adolfo López Mateos, donde refrendó su afición y su condición de fiel seguidor.

Ni un maestro de ceremonias lo hubiese hecho mejor. Alejandro Burillo Azcárraga, directivo de Televisa, se movió como pez en el agua, no parecía el invitado, sino el anfitrión. Dispuso los sitios de honor, acomodó a los jugadores del equipo, verificó todo y, en el momento preciso, con el dedo índice de su mano derecha llamó a Enrique Borja, presidente de Rayos, para que ambos fueran por el mandatario.

Zedillo de inmediato se dirigió hacia el entrenador Raúl Arias, a quien felicitó con un saludo. No contuvo el abrazo hacia el capitán del equipo, el ecuatoriano Alex Aguinaga. La cascada de discursos se inició con Enrique Borja, quien entregó una medalla dorada al Presidente, agradeciéndole sus expresiones públicas de apoyo. Este la mostró sonriente y se la colgó al cuello. Luego, Alex refrendó las palabras de su directivo, satisfecho por haber cumplido la promesa de volver a Los Pinos como campeones.

El Presidente no desaprovechó la tribuna para enviar un mensaje a la oposición política, al resaltar la acción del delantero Carlos Hermosillo, que derivó en el 2-0, cuando hábilmente eludió la marca de tres rivales y cedió el balón para que definiera el uruguayo Sergio Vázquez.

El jefe del Ejecutivo confesó que el domingo, cerca del final del juego, hubo una acción que de inmediato trasladó a la política. ``Fue ese segundo gol. Lo que hizo ahí mi amigo Carlos Hermosillo fue una muestra de magnífico futbol, pero también me di cuenta de que dio una lección de lo que debe ser la buena política en nuestro país y en cualquier país. Carlos actuó inteligentemente, serenamente, pero además actuó para la causa común, no para la causa personal''. Señaló que ello resumió el andar del equipo a lo largo del torneo y la liguilla, y deseó que sea una lección para que todos los que actúan en política hagan lo mismo.

Dijo a los jugadores, directivos y cuerpo técnico monarcas: ``Gracias por ser un gran equipo de futbol. Abiertamente digo que le voy al Necaxa y qué gusto que no me hayan fallado. Una vez más nuestro equipo ha cumplido'', Agregó que fue muy meritorio derrotar ``a ese gran equipo, de enorme tradición... el Necaxa le ganó al Guadalajara, y eso quiere decir que es el mejor, que el Necaxa es el campeón''.

El presidente hizo team-back con los trajeados jugadores. Murmullos y risas se escucharon. Y mientras millones de seguidores de Chivas claman por la continuidad de Ramón Ramírez en el Guadalajara, el mandatario, ahí, cara a cara aprovechó para pedir a Burillo Azcárraga que el equipo siga, que no cambien jugadores.

Momentos antes, tras recibir un par de regalos y cuando aún los futbolistas permanecía formados a su diestra (sólo faltó Pedro Pineda), Zedillo bajó del estrado para saludarlos de mano. Al terminar escuchó una pregunta: ``Señor, los jugadores ayer se preguntaban que cuándo asistirá usted a un partido''.

``¡No me deja el Congreso!'', lamentó a manera de respuesta.