La Jornada 15 de diciembre de 1998

Niegan zapatistas ser responsables de la emboscada en Los Plátanos

Elio Henríquez, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 14 de diciembre Ť El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) negó cualquier responsabilidad en la emboscada que sufrió ayer un grupo de indígenas priístas de la comunidad de Los Plátanos, municipio de El Bosque, y dijo que en vísperas del primer aniversario de la masacre de Acteal, el gobierno trata de ``distraer a la opinión pública y sentar en el banquillo de los acusados a las víctimas y no a los verdugos''.

Al condenar el ataque --en el cual murió el niño Sebastián Sánchez Hernández, de 11 años, y siete personas más resultaron heridas de bala--, el grupo rebelde responsabilizó al gobierno federal, y llamó a la sociedad civil a no dejarse engañar, pues ``el EZLN no ataca a civiles. El gobierno sí''.

En un comunicado firmado por los comandantes David, Moisés y Daniel, el EZLN atribuyó la emboscada a la ``lucha interna entre bandas rivales que se disputan el control de Los Plátanos y pelean por el dinero y equipo con que el gobierno surte a los grupos paramilitares''.

Según el Comité Clandestino Revolucionario Indígena de la Comandancia General del EZLN, desde hace un año Los Plátanos se encuentra ``bajo el control total de grupos paramilitares'', policías de Seguridad Pública estatal y soldados federales, y ``nada ocurre en esa comunidad ni en sus alrededores sin que ellos tengan conocimiento; nadie puede circular por esos rumbos sin su aprobación''.

Manifestó que una hora después del ataque de ayer, 11 policías de Seguridad Pública llegaron a la comunidad de Alvaro Obregón, ubicada a cuatro kilómetros de Los Plátanos, ``con evidentes muestras de haber participado'', y pidiendo ayuda para escapar, lo que representa ``una prueba de la colaboración'' de esa corporación.

En el comunicado, de 10 puntos, aseveró que el gobierno ``¡miente!'' y pretende culpar al EZLN del ataque, para tratar de ocultar su participación en el financiamiento de los grupos paramilitares y disimular la lucha entre los grupos priístas por el control de Los Plátanos. Agregó que la consulta por el reconocimiento de los pueblos indios y por el fin de la ``guerra de exterminio'' no se detendrá.

En Los Plátanos habitan unas 370 familias priístas, quienes a finales de abril de este año expulsaron a las 34 familias bases de apoyo zapatista, que se encuentran refugiadas en localidades vecinas. En lo que va del año cinco indígenas priístas han muerto y 24 más resultaron heridos a consecuencia de ocho ataques con armas de fuego.

Estrategia de guerra

Las autoridades del municipio autónomo de San Juan de la Libertad --con cabecera en el oficial de El Bosque--, también dieron a conocer un comunicado de prensa, en el cual acusaron al gobernador Roberto Albores Guillén y al presidente Ernesto Zedillo de desarrollar una ``estrategia de guerra'' en ese lugar, para ``provocar enfrentamientos y así justificar otra masacre o una ofensiva más grande contra el EZLN''.

La estrategia también tiene la intención de ``bloquear la realización de la consulta'' que organiza el EZLN, con la participación de la sociedad civil, sobre derechos y cultura indígenas, señalaron.

"Esta es la forma como el gobierno trata de impedir todo esfuerzo de la sociedad civil y el EZLN para alcanzar la paz con justicia y dignidad; es una muestra de que sólo quiere la muerte y la destrucción de los pueblos indígenas de Chiapas y de México'', concluye.

Por separado, el Centro Fray Bartolomé de las Casas, presidido por el obispo Samuel Ruiz García, afirmó que los hechos ocurridos ayer en Los Plátanos ``demuestran que el supuesto clima de distensión anunciado por las autoridades estatales no existe''.

Por el contrario, agregó en un boletín de prensa, la violencia en la entidad ``se ha agudizado y se crea un clima propicio para la actuación ilegal de las autoridades al ordenar operativos cuyo único resultado es el asesinato de campesinos y violaciones sistemáticas a los derechos humanos, no importando, inclusive, poner en riesgo la vida de policías que reciben órdenes de sus superiores''.