La Jornada 14 de diciembre de 1998

Antes que el poder, prefiero ejercer la rebeldía, dice Toledo

Angélica Abelleyra, enviada, Oaxaca, Oax. Ť Sabedor de la afición de Francisco Toledo por crear zoologías fantásticas, hace unos años, cuando todavía Carlos Salinas de Gortari despachaba en Los Pinos y en Palacio Nacional, un asesor presidencial le sugirió al pintor olvidarse de los ratones. Y aunque el roedor no ha sido presencia constante en la iconografía toledana, la petición parecía pertinente dada la invitación que el mandatario había hecho al artista oaxaqueño, y a otros creadores, para elaborar una obra plástica que adornaría los salones de su residencia oficial.

Toledo fue disciplinado (a medias) y atendió la petición (a medias): pintó un murciélago (``un ratón con alas''), entregó el cuadro en una recepción formal y recibió una considerable suma de dinero que destinó a los proyectos que desde hace una década ocupan su mente y su tiempo: el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), con su biblioteca especializada, y posteriormente el Centro Fotográfico Alvarez Bravo.

Ahora dice que ya tiene distribuidos los 280 mil pesos que recibirá como dotación del Premio Nacional de Artes 1998 que le entregará el presidente Ernesto Zedillo este martes, en el Palacio Nacional. Toledo, a su vez, asegura que le entregará al mandatario una carta en la que le solicitará derogue el decreto que aprobó la mayoría priísta oaxaqueña para otorgar seguridad transexenal al gobernador, al secretario de Gobierno, al procurador de Justicia del estado y al director de la Policía Judicial.

Comprar libros, apoyar exhibiciones de fotografía y grabado, conseguir butacas y hasta ``una maquinita de hacer palomitas'' para el ``Cine El Pochote'' que ya funciona en la que fue su casa de los arcos, son otros proyectos del creador que en agosto de 1993 constituyó, con treinta activistas más, el Patronato Pro Defensa y Conservación del Patrimonio Cultural y Natural de Oaxaca (Prooax) mediante el cual ha impedido proyectos de gobierno y de particulares que atentan contra la integridad de monumentos históricos, la ecología y la civilidad.

En anteriores versiones del premio nacional, Toledo acostumbraba rechazarlo. Hoy lo acepta y sobre ello, la política y su postura rebelde frente al poder, habla en entrevista.

Patético, el poder Legislativo local

-Hace años rechazabas el premio, ¿por qué reconsideraste ahora?

-Alguien me dijo que debería aceptarlo porque en este momento, con la participación de Prooax hay una atención hacia mi persona, y que de alguna manera sería una protección para mí tenerlo. Sin embargo, no estoy seguro de que sea así. La verdad lo acepté no sólo por eso: el premio es como los diplomas que recibes en la escuela por ser un muchacho bien portado.

-Pero tú no eres un muchacho bien portado, ¿o sí?

--Pero no soy tan malo, tampoco.

--Hablando del supuesto aval que te puede dar un premio así, ¿te sientes inseguro, amenazado?

--Sí. Tú sabes que en Oaxaca ya llegaron los que secuestran y se habla de posibles plagios porque dicen que soy un hombre rico. Por otra parte, hemos enfrentado en Prooax a varios enemigos porque cambiamos proyectos que afectan a muchas personas.

-¿Has recibido amenazas directas?

-No. Sólo sucedió una vez que un funcionario del gobierno de Diódoro Carrasco me dijo que me mandaría guardaespaldas. Contesté que no, que los pagaría yo mismo el día que los necesitara. Me negué porque no había visto a nadie con mala cara que me esperara en la esquina. Eso por un lado, y por otro, porque si lo hubiera aceptado no podría haber luchado por la ley transexenal.

-No quieres deber favores.

-No. Además, creo que fue una buena decisión porque ahora puedo pelear por la derogación de la ley transexenal.

[Para refrescar la memoria: por decisión de la mayoría priísta y tras 20 horas de discusión en la que se desatendieron peticiones del PRD, el PAN y organizaciones civiles, el pasado 12 de noviembre fue aceptado el decreto-ley que establece que el estado otorgará a cuatro funcionarios públicos ``seguridad indispensable para salvaguardar sus vidas durante su gestión y tres años después de dejar los cargos''. Así, quedarán protegidos el gobernador, el secretario de Gobierno, el procurador de Justicia del estado y el director de la Policía Judicial. Toledo, al frente de Prooax y junto con otras organizaciones de derechos humanos, acudió a la Cámara de Diputados local para rechazar el decreto y, con el aval de firmas ciudadanas, plantear una contrapropuesta que prohíba al gobierno otorgar recursos para la protección de los funcionarios. Fue inútil. La aplanadora priísta funcionó y la ley se aprobó.]

-¿Por qué convocaron a una votación ciudadana?

-Hicimos cerca de seis mil boletas para tener una idea de lo que pensaban las personas a este respecto. Del total, cerca de 5 mil 500 estaban en contra de la ley Diódoro, como se le conoce. Todo eso se entregó a la Cámara de Diputados y nos dijeron que lo tomarían en cuenta. El caso es que no sirvió de nada.

-Cuéntame de tu primera experiencia de estar en la Cámara.

-Había varias propuestas y tuvimos que oírlas junto al ceremonial de pasar lista y la votación: todo un espectáculo por parte de los diputados. Pero del otro lado estaba el público, que era de lo más divertido porque cada vez que pasaban lista se burlaban de los diputados y les gritaban ``¡borregos!'', ``¡gatos!'' o ``¡cochinos!''.

-Entonces te divertiste, a pesar de todo.

-Fue más bien patético.

Ningún compromiso por el premio

-Hablemos del premio y su relación con la política.

-El premio no tiene nada qué ver con la política. Dicen que es por 40 años de creador y de una labor ininterrumpida. Yo no soy político.

-Pero desarrollas una labor eminentemente política al frente del Prooax. ¿Qué te ha dejado todo esto?

-La sensación de que no pueden cambiar las cosas o que si vienen algún día no alcanzaré a ver esos cambios; que todo es un sistema bien montado, muy hecho y difícil de cambiar.

-Pero, a pesar de ello, insistes.

-Ya no más. Me quiero dedicar sólo a pintar. Prooax está ahí, existe y es necesario que siga trabajando. Yo seguiré apoyando pero sin involucrarme tanto. Se me está yendo el tiempo y quiero concentrarme en la pintura.

-¿Sigue tu proyecto de irte de México?

-Necesito irme, pero no sé ni adónde ni cuándo ni tengo el dinero para hacerlo. Además, hay que encontrar primero el país y posteriormente hay que acordar la decisión con la familia.

-¿Aceptas, o no, que este tipo de premios comprometen al artista?

-No creo. A mí no me han hecho firmar papeles para ser de determinada manera. No veo problemas de compromisos de ningún tipo.

``El dinero no lo voy a usar en mí como para sentirme obligado y ni aun así me sentiría comprometido. Durante los años que he colaborado con las autoridades de cultura, nunca me han dicho no hagas o no digas.''

-A nivel estatal tienes una presencia importante. Eres requerido por los políticos, por funcionarios en desgracia y no tanto.¿Cómo manejas el asedio?

-Estoy abierto a todos los que me buscan y me hablan. Todo depende de si estoy de humor para escuchar a las personas. Yo, que era tan tímido, ahora me siento a tomar un café o una cerveza con cualquiera, o casi. Oigo, tengo paciencia y siempre digo lo que pienso. Por ejemplo, cuando nos invitan a ir a Chacahua para observar los problemas ecológicos de la laguna, vamos a pesar de que sean priístas.

-¿Sigues sin creer en los partidos políticos?

-Sí, no creo en ninguno. En el pasado se ha hablado mucho de arreglos entre partidos y la Cámara, que se dan cosas y se regalan otras, siempre a espaldas de los ciudadanos. Y esa es una experiencia que viví ahora en la Cámara, donde una propuesta del gobernador es ley. Hay una mayoría priísta que monta el show y entonces no le toca nada a la minoría. Pero no hay otra manera de ejercer el gobierno en México.

-Fuiste muy cercano a la COCEI en los años ochenta. ¿Te has alejado de la izquierda?

-En esta reciente sesión de la Cámara de Diputados fue curioso ver a las personas de la COCEI que yo había conocido, pero ahora estaban de traje y corbata. Siguen siendo de la izquierda, del PRD, pero ahora están del otro lado, con cierto poder. Incluso ellos estuvieron de nuestra parte junto con la gente del PAN para pelear contra la ley transexenal, pero son personas que han entrado en un camino institucional. Tal vez cuando era un grupo rebelde lo apoyaba, pero ahora que son diputados y ya son parte del poder, ya no. Prefiero la rebeldía que el poder.

-Hablando del poder, dices que tú no asumes ningún tipo de poder.

-No tengo el poder de un diputado, por ejemplo.

-Pero sí una autoridad moral y un peso político, tal vez.

-Puede ser, pero no sé si tener autoridad signifique tener poder.

-¿Sientes que tu participación en grupos civiles genera cambios o es inútil?

-Tendríamos que hacer un recuento y una evaluación de las tareas. En efecto, tenemos audiencia y el apoyo de la prensa; pero del otro lado tenemos enemigos, como un señor que siempre está diciendo que me bañe y que me peine porque ando no sólo alborotado del cabello, sino que soy un alborotador. Tenemos una imagen de bien intencionados en algunos medios cuando proponemos cosas, pero pocos han sido los resultados.

Persistir, vital para la labor cultural

-¿Crees que han fracasado?

-Sí, en la gran mayoría, aunque a veces la naturaleza se encarga de poner las cosas en su lugar. Por ejemplo, en Chacahua, el ciclón se encargó de desasolvar y de poner orden; lo del libramiento norte se hizo como quisieron; en Monte Albán persisten las invasiones y lo de Hierve el Agua es una tristeza porque han construido cabañas, albercas y lo turístico ha afectado el entorno natural.

-¿Por qué entonces la insistencia?

-No sé. Tal vez sea una necedad. Pero quizá decir que fracasamos completamente sea injusto porque en la ciudad hemos hecho algo por la protección de algunos monumentos o eso de plantar arbolitos o algunos llamados de atención en el periódico para rescatar casas y calles o remover monumentos horribles. Pero eso es un trabajo colectivo.

-¿Tu labor de promotor cultural la observas paralela, complementaria o como contrapropuesta de la oficial?

-Para referirme a ello tendría que hablar muy bien del trabajo que hago.

-Pues habla entonces mal.

-¡Tampoco, que eso lo hagan los otros! Pero siempre da pena decir que uno hace mejor trabajo que los demás.

-¿En qué radica la diferencia?

-En que existe un equipo y hay una constancia en el trabajo y en dinero bien invertido. A mí no me mueven cada seis años. La persistencia es importante en la tarea cultural.

-La diferencia puede estar también en los contenidos. Francisco Toledo rechaza los regionalismos.

-En las casas de la cultura su fuerte son los grupos folclóricos.

-Y tú no eres precisamente un amante del folclor.

-¡Por supuesto que sí lo soy! (bromea) A tal grado que ahora la pintura oaxaqueña es parte de la Guelaguetza.

``Una las propuestas en la Cámara de Diputados es aprovechar un espacio libre que tienen para que entre las sesiones se presenten bailables regionales y hacerles más ligera su tarea.''