Seguimos con las sorpresas: Charly García sigue vivo. Continúa con su prendida mística del atascón y mantiene inmaculado su poder creativo. El es el jefe; un jefe hipercontrovertido y multipacheco, pero jefe al fin. Desde hace tiempo su producción es dispareja, y no tanto por ser buena o regular en cuanto a concepto (y mucho menos técnicamente), sino porque el señor abusa de las introspecciones, de los bajones y las crudas musicalizadas. Y le vale. En este 1998 nos habla de El aguante (Sony Argentina), y sí, por supuesto que sabe de qué está hablando. Los pasajes cinematográficos resultan abigarrados por momentos, sobrecargando la de por sí pesada losa charliesca, retando al aguante de cualquiera. Es imposible que Charly García haga un mal disco; es una ley de la física cuántica. Pero es claro que hay discos menores.