Arturo Cruz Bárcenas Ť La grandeza es interior, independientemente del tamaño, de lo externo del ser. Tal es la enseñanza, la moraleja de Bichos, una aventura en miniatura, película de Pixar que presenta Walt Disney Pictures, bajo la dirección de John Lasseter y codirigida por Andrew Stanton, cuyo estreno en México será el 25 de diciembre.
Esta cinta hace palidecer a Toy story, la primera en su tipo animada por computadora. Con su mezcla única de comedia fantástica, personajes entrañables --todos los del circo son maravillosos y tienen una personalidad definida, como Tuck y Roll, Dot, Slim, Rosie-- y deslumbrantes despliegues visuales, esta producción es ``épica de proporciones minúsculas'', que se desarrolla en un mundo fantástico, inédito, habitado por insectos de toda clase y tamaño.
La naturaleza nos rodea. No hay un mundo, sino una cadena de mundos. En el de la cinta los insectos humanizados defienden su hábitat, su casa, de los voraces saltamontes, los cuales tienen comida suficiente pero para defender su estatus en el reino de los insectos cobran tributo a las hormigas, quienes serán guiados a la defensa de su isla --un hormiguero en un charco-- por Flik, especie de inventor a quien todos rechazan por lunático; lo que realmente ocurre es que, como todos los genios, éste es incomprendido y es objeto de burla generalizada.
Es evidente que se partió de la fábula de Esopo en la que éste narra cómo llegó un saltamontes a una colonia de hormigas mendigando comida. Pero sólo fue el punto de partida, porque el equipo creativo le dio un giro al tradicional cuento. Flik enfrentará al saltamontes Hooper, terrible y voraz; saldrá de la isla de las hormigas para buscar ayuda externa. Cree haber hallado a los insectos adecuados, quienes realmente son artistas desempleados de un circo. La trama lleva a estos divertidos seres a desarrollar una especie de caballo de Troya (un pájaro) para ahuyentar a los chapulines.
El ritmo de la cinta no afloja y durante la premier para la prensa unos niños llevados por sus padres reían desternillados. Aquí no se muere el papá ni la mamá, ni el personaje central se convierte en espuma y desaparece en el mar. En la tensa historia, el bien triunfa sobre el mal y Flik ganará, como Z, de Hormiguitaz, otra película actualmente en cartelera.
Adal Ramones, la voz de Francis
La voz de uno de los personajes más entrañables de esta película --Francis-- está a cargo de Adal Ramones, quien expresó su alegría por haber sido elegido para doblar la voz de la catarina. ``Me hicieron una prueba y creo que todo esto tiene que ver con la personalidad del personaje. Me hubiera gustado ser Flik, pero desde el primer momento me di cuenta de que no iba conmigo. Cuando escuché la voz de Francis en inglés supe que sí era la que iba conmigo. Sí, va conmigo... no tanto la parte femenina, claro''.
Adal estuvo la semana pasada en el hospital por una afección en el corazón; una coincidencia algo afortunada es que la catarina se rompe una pata. ``Ahí estás tú, me dijeron. Doblar la película fue un remanso, saber que nadie es pequeño, que tenemos una grandeza interior.
``Los seres humanos que han dejado al niño que cada uno tenemos son esos amargados. Debemos recordar cuando nos divertíamos bajo la lluvia, mojándonos, y tomar en cuenta el hecho de que regañamos a nuestros hijos cuando se quieren mojar; afortunadamente, el 99 por ciento aún mantiene a ese niño. El otro uno por ciento han de ser políticos''.
Sobre la propuesta en torno de reglamentar el doblaje, Adal dijo que hubiera sido un desastre ir de niño al cine y que todo el tiempo sus papás le estuvieran traduciendo los subtítulos. ``No vivimos en un país donde una persona que está en una ranchería de repente vea en televisión Terminator en inglés... eso no es culpa del cine. El que tú orilles a una persona a que la única película la vea subtitulada, forzozamente... se me hace una necedad. Quien quiera oír a los actores en inglés o en español y tenga un poder económico, pues que lo haga. Yo voy en contra de esa ley que limita el doblaje''.