DINERO Ť Enrique Galván Ochoa

  • Fobaproa ¿caso cerrado?

  • Una cobranza difícil

  • Banqueros en la política

    En nuestro país nadie está por encima de la Constitución y el presidente tampoco

    El autor de la frase es el diputado de California, Elton Gallegly, uno de los que pide la destitución del presidente William Clinton por mentir y abusar de su poder. ¿Cuántos diputados mexicanos podrían repetirlas? Hasta hace poco hubieran podido contarse con los dedos de la mano; ahora suman 158. Es alentador que pertenezcan a todas las fuerzas políticas: Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido del Trabajo (PT), Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y los disidentes de los partidos Acción Nacional (PAN) y el Revolucionario Institucional (PRI). Sin embargo, un grupo de 316 legisladores, compuesto exclusivamente de panistas y priístas no podrían repetirlas. Su voto, con el que aprobaron el Fobapan -clon del Fobaproa- fue en el sentido de permitir que el Presidente y sus colaboradores puedan actuar impunemente, por encima de la Constitución. Este sería el significado de lo que acaba de ocurrir en la Cámara de Diputados, y que luego acontecerá en el Senado.

    Los días que vienen

    ¿Qué sigue? Imaginen este escenario: los banqueros rescatados cobrarán por sus pagarés a lo largo de los próximos 10 años, intereses incluidos, algo así como un millón de millones de pesos. (A usted le tocará pagar una parte). Con los niveles de corrupción que prevalecen en el país, es imposible dejar de pensar que tal vez llevarán en la polla a los políticos priístas y panistas que los ayudaron. Les esperaría, pues, una vida tranquila y pródiga en delicias. Sin embargo, siempre hay un pero. El caso no está cerrado. Juristas que han revisado la ley del Fobapan encuentran que ésta está plagada de aberraciones, y que, lejos de resolver el problema central -los pagarés inconstitucionales Ortiz-Werner- lo hace más grande. Aparentemente, diputados y senadores se excedieron en las facultades que les otorga la Constitución en su artículo 73. No es descabellado pensar que una nube de amparos podría detener la transferencia de fondos gubernamentales a los bancos, así como la venta de los activos embargados a empresas y familias.

    Dolores de cabeza

    El Fobapan, por otro lado, nace muy politizado. Dentro de un año, uno o varios candidatos presidenciales estarán recorriendo el país y seguramente una de sus banderas más socorridas será la cancelación de la deuda bancaria. ¿Se podría? Sí, un nuevo Congreso puede meter reversa al Fobapan. Otra bandera, muy popular, será la exigencia renovada de someter a juicio a los funcionarios públicos que la maquinaron. Hay otro problema, para lo cual no hallaron remedio los despachos de los abogados panistas -Fauzi Handam, Santiago Creel, Fernández de Cevallos- que litigaron el asunto: la deuda no se pagará en una sola exhibición, por su enorme cuantía. Entonces, cada año tendrán que negociarse los abonos con la Cámara de Diputados. Por lo tanto, cada año, durante la siguiente década, o más, volverá a discutirse su inconstitucionalidad.

    La cobranza

    Esto nos lleva a otra idea: los banqueros se verán obligados a participar muy activamente en política. Antes de cobrar el último pagaré, sus candidatos deberán ganar dos elecciones presidenciales y la renovación de cinco Cámaras de Diputados. Ya empezaron su labor. De acuerdo con un vecino del gobernador de Banxico, Guillermo Ortiz, la noche que la Cámara aprobó el Fobapan, dos automóviles llegaron a las puertas de su residencia. De uno habría bajado Carlos Gómez y Gómez, presidente de los banqueros. Del otro -según este chisme de vecinos- vieron bajar al gobernador Vicente Fox y Felipe Calderón.

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