En la cárcel estatal de Huntsville, Texas, se realizaron esta semana cuatro ejecuciones: el lunes, martes, miércoles y jueves. ``Ya lo tenemos como ciencia'', explicó el vocero de la prisión, Larry Todd, al Washington Post. Desde 1992, a 119 reos se les aplicó la pena máxima en Texas, estado que se convirtió en líder nacional en ejecuciones. El estado que le sigue es Virginia, con 45 casos registrados en el mismo periodo.
Adictos a la heroína
El número de estudiantes que cursa el último año de preparatoria en Estados Unidos adictos a la heroína se ha duplicado durante los últimos ocho años, según una investigación publicada en la revista de la Academia Americana de Pediatría.
Los blancos viven más
El promedio de la expectativa de vida de una persona que nació en 1996 se incrementó a 76.5 años, reveló una investigación realizada por la Universidad Johns Hopkins. No obstante, estas estadísticas ocultan un hecho ominoso: un bebé blanco que nació en ese año podría superar los 76 años, mientras que uno negro podrá vivir hasta los 70.2 años. Los mujeres son más longevas. En promedio, diez años más que los hombres.
Sinatra, en la mira del FBI
La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) se dedicó durante más de 30 años a vigilar al cantante Frank Sinatra en lo que se refiere a su vida sexual, vínculos con el crimen organizado y presuntos nexos con el Partido Comunista. Aunque documentos secretos gubernamentales difundidos esta semana demuestran que el FBI concluyó que Sinatra no era un comunista, sí se profundizó la investigación sobre sus vínculos con el crimen organizado. También se reveló que La Voz, considerado durante décadas como símbolo sexual, fue arrestado en los años treinta acusado de seducción y adulterio.
``Son unos burros, porros'', lanzó Enrique El Güero Laviada, escudero del diputado priísta Oscar Levín, y luego la emprendió a empujones y cachetadas contra dos legisladoras del PRD.
Laviada cumplió su tarea con gozo y precisión, como lo hacía cuando planeaba y encabezada los desalojos de manifestantes del Zócalo. Con la provocación, El Güero consiguió su objetivo: que pasara a segundo plano el fondo de la sesión de la ALDF (la aprobación de la importante Ley de Instituciones de Asistencia Privada).
La escena del jueves es un episodio más de la exitosa carrera de Laviada al lado de Levín. Ambos personajes se conocieron cuando Levín fue delegado en Gustavo A. Madero.
Egresado del CCH Naucalpan, Laviada perteneció, en sus tiempos de universitario, al Grupo de Izquierda Revolucionaria Espartaco. Luego, militó en el Partido Mexicano de los Trabajadores, cuyas filas abandonó cuando Heberto Castillo lo destituyó de un cargo. Enseguida brincó a la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, de donde pasó -ya entonces consumado saltimbanqui- al troskista Partido Revolucionario de los Trabajadores.
En 1987 firmó un desplegado a favor de la declinación de Heberto Castillo a su candidatura presidencial. Luego, se sumó a las filas del Movimiento al Socialismo. Todavía alcanzó a participar en los primeros meses de vida del Partido de la Revolución Democrática.
Decepcionado porque no le dieron el puesto que anhelaba, El Güero dejó el PRD y se retiró a su negocio particular: la venta de hot dogs frente a la Universidad de Chapingo, pues entonces vivía en una modesta casa en Texcoco.
Como muchos otros, Laviada fue rescatado por el Pronasol de Carlos Salinas. Por esa vía se acercó al delegado Levín.
En su corta carrera de funcionario, Laviada se hizo de muchas medallas. Varias denuncias por actos de corrupción se acumularon en su contra: por ejemplo, por la venta de cajones de estacionamiento en Tlatelolco.
Pero muy pronto Laviada encontró su verdadera vocación: la de represor.
Una de sus víctimas fue un personaje que se hacía llamar ``presidente provisional'' de México y que se puso en plantón en el Zócalo. Desde la dirección de Gobierno del DDF, Laviada contrató a unos pandilleros de Pantitlán, para que semidesnudaran al sujeto, le untaran pegamento, le pusieran plumas y lo sacaran de la plaza.
Sus desalojos perfectos lo enorgullecían tanto que se llevaba a casa los trofeos de guerra: por ejemplo, un equipo de sonido de la Asamblea de Barrios.
La relación de Laviada y Levín se estrechó cuando el segundo llegó a la Secretaría de Prensa del PRI nacional. El Güero se fue con él y comenzó a escribirle los discursos. Hoy, Laviada escribe muchas veces los artículos que Levín publica cada semana en un diario nacional.
Los rumores hablan de que Laviada se ha allegado importantes recursos en su corto paso por la administración pública, por ejemplo mediante contratos para construir aulas en Chalco con el programa Escuela Digna.
Después de pertenecer a seis organizaciones de izquierda, Laviada milita en el PRI y es, se dice, el enlace de Levín con Antorcha Popular. Ah, y les grita ``porros'' a los perredistas.
Vicente Fox inició lo que parece ser su asalto final por la candidatura presidencial del PAN.
Con su aval, el asambleísta José Luis Luege irá por la presidencia del Comité Regional panista en el Distrito Federal.
Aunque el cambio ocurrirá hasta junio del próximo año, el legislador presentó su precandidatura y se comprometió a posicionar al blanquiazul como primera fuerza electoral en la capital del país en el 2000.
En el camino, Luege continuará con sus tareas de coordinador de la campaña de Fox en el DF.
Detrás suyo está un compacto grupo de dirigentes localesÉ que también respaldan la nominación del gobernador de Guanajuato.
En este ``frente amplio'' participan los diputados José Espina y Francisco José Paoli; Armando Salinas -ex secretario particular de Antonio Lozano Gracia- ; Martha Limón Aguirre, hija de Ignacio Limón Maurer, ex dirigente nacional del partido; Héctor González Reza, representante del gobierno de Querétaro; y los asambleístas Arne Aus Denh Ruthern, Fernando Pérez Noriega y Pablo De Anda.
Aunque no se han destapado, ya están perfilados los contendientes de Luege: Jesús Galván, uno de los discípulos consentidos de Carlos Castillo Peraza; el ex diputado Víctor Orduña, que iría con el aval de Felipe Calderón y Altamirano; Sigfrido Pérez Baca, miembro de la dirigencia local, y Carlos Gelista, secretario general adjunto, apoyado por la estructura juvenil.
Luege inició temprano y en caballo de hacienda. Dice que con él están un tercio de los 60 consejeros del PAN capitalino.