Listo, el dictamen de cine; seguirá el doblaje y se crea un fideicomiso
Raquel Peguero Ť Con la constitución del fideicomiso de apoyo a la producción (Fidecine), que se formará con aportaciones anuales del Estado por 135 millones de pesos; la estipulación de 10 por ciento de tiempo de pantalla para cine nacional y la permanencia, sin modificación, del artículo 8, referente a la prohibición del doblaje, quedó listo el dictamen de la iniciativa de la Ley Federal de Cinematografía, que será discutido hoy en el pleno de la Cámara de Diputados.
María Rojo y Javier Corral, presidentes de las comisiónes de Cultura, y de Radio, Televisión y Cinematografía, respectivamente, explicaron en entrevista los pormenores del dictamen, en el que no se pudo lograr, a pesar de los esfuerzos y meses de trabajo, que se aceptara que un 5 por ciento del precio del boleto en taquilla y el equivalente a 3 por ciento de derechos de transmisión en televisión fueran destinados para el fondo del Fidecine.
``La comunidad cinematográfica debe entender que ésta es la ley posible en tiempos del Tratado de Libre Comercio (TLC)'', señaló la diputada perredista María Rojo, quien agregó que esta ley es ``nuestro carnet de identidad para llegar con aire al año 2000 y no desaparecer. Es para decir: `aquí estamos y vamos a luchar de aquí en adelante con el terrenito que tenemos y para que se pueda edificar el futuro'.''
Javier Corral: ``No es la legislación ideal''
El diputado panista Javier Corral consideró que a pesar de que no es ``la ley ideal'', con el proyecto se ``está dando un paso muy importante, es el primero -dijo- en términos de hacer valer y existir a un sector tan importante dentro del proceso cinematográfico como es el de la producción, pues se mejoran muchos conceptos de la normatividad de 1992. Como dijo María (Rojo), son los cimientos de lo que debe ser la reconstrucción del cine mexicano, de ese rescate cultural que es fundamental y que debe acompañar a esta industria''.
Al ser el cine y la cultura el basamento de nuestra identidad, lo que ahora debe hacerse es propugnar porque todo lo relativo a esta materia sea excluido del TLC, explicó Rojo, ``porque es algo que no se puede vender ni negociar como si fuera jitomate. Es la identidad, es nuestro patrimonio cultural y está involucrado con ciertas cosas que, si no hacemos caso a lo que dijo Mitterrand en su último discurso, en que llamó a la excepción cultural, no podremos hacer nada.''
Al especificar algunos detalles del dictamen, Corral subrayó la importancia de constituir el fideicomiso, que era ``la figura central dentro del proyecto de estímulos que contemplaba la iniciativa. Ciertamente el 5 por ciento con cargo al boleto de taquilla no ha prosperado, entre otras cosas por argumentos de carácter jurídico que se presentaron durante el proceso de estudio y análisis de la iniciativa. Sin embargo se han planteado diversas fuentes de financiamiento, entre otras la obligación que tiene el Estado para aportar recursos mediante asignaciones anuales, así como que los particulares colaboren y esas contribuciones sean tomadas como elementos de deducción de impuestos''.
-¿Quién manejaría el fideicomiso? -se le preguntó.
-Sería un órgano plural en donde estarían integrados todos los grupos, con una amplia participación del sector social, entre ellos los sindicatos -respondió-. Esto tiene un gran sentido, porque a diferencia de Foprocine, este fideicomiso incentiva todas las etapas y todos los procesos de la industria. Hace transparente un aspecto fundamental de la asignación de estos recursos para que se dé con criterios específicos, con reglas claras, atendiendo realmente a proyectos cinematográficos que respondan a la calidad, y también a un compromiso con nuestra realidad, que México se vea reflejado en su cine, porque hoy tenemos solamente a Hollywood en las pantallas.
``Hay también otros aspectos importantes -abundó-, como por ejemplo: un gran mérito de este dictamen es que acorta el tiempo entre el registro de una película y su exhibición. Actualmente muchos productores pierden inversiones por el tiempo en que son exhibidas sus películas, hay algunas que tardan hasta dos años -el promedio ha sido un año-, pero ahora se prevé un tiempo de seis meses y se garantiza una semana de exhibición después del estreno''.
María Rojo ha entregado la pasión de su amor por esta causa, pero también ``en la inteligencia de que actuamos en términos de realidades políticas que no pueden ser modificadas de la noche a la mañana''.
-¿Uno de los diques es la publicidad en televisión?
-Quedó establecido que las multas que se generen en materia cinematográfica vayan al Fidecine, porque no hubo consenso acerca de que la ley de cine tocara el tema de la televisión, pero sí quedó apuntado, si luego se revisa la ley de televisión -explicó la diputada.
-¿El Fidecine será o no complemento del Foprocine, que maneja el Instituto Mexicano de Cinematografía?
-No es complemento, son dos conceptos distintos -aclaró Corral-. El Fidecine está estableciendo estímulos incluso a la exhibición, no sólo a la producción, sin duda con una mejor integración, con criterios más claros y transparentes. Y creo que le da participación al sector social de una manera destacada, que era lo que buscábamos. La ley del 92 olvidó al sector social y de la producción del cine y se está rescatando la participación de estos actores en el proceso.
-¿En qué consisten los estímulos a la exhibición?
-Es un fondo, un conjunto de recursos que, en la medida en que se garantice la exhibición del cine mexicano y se promueva, no solamente con tiempo de exhibición en pantalla, sino con una estrategia de promoción publicitaria, de difusión nacional en ese sentido, también se estimulará a quienes colaboren con los productores mexicanos.
En materia de tiempo de pantalla, que como se recordará se pedía comenzar en 10 por ciento y aumenta paulatinamente hasta llegar a 30, la obligatoriedad quedó en el primer porcentaje: ``La realidad -agregó Corral- no nos permite llevar a la ley una hipótesis que no se cumple porque no hay propiamente un producto que nos pueda garantizar llenar ese tiempo. La ley prevé una reserva de 10 por ciento del tiempo en pantalla, con el que, creemos, se da un primer paso para garantizar la presencia de la producción que se genera anualmente. Estaríamos hablando de entre 10 y 12 películas al año''.
-¿El tiempo de pantalla es permanente, crece o decrece?
-Permanece. Ahora lo que urge en esta materia es revisar realmente las cláusulas del Tratado de Libre Comercio que le quitaron a México esa protección. Tenemos que ir a una necesaria revisión, sobre todo en materia cultural, en el rescate de nuestra soberanía en la materia, porque ahí hay un impedimento real. El 10 por ciento es el mínimo contemplado incluso a nivel del tratado internacional y creo que si se estimula realmente el cine y se logran recursos importantes, tanto del Estado como de los particulares, la producción misma aumentará y se abrirán más espacios. La respuesta del público ante las películas mexicanas abre espacios por sí solas.
El doblaje, sin modificaciones
-¿El doblaje queda como está marcado en la ley del 92?
-En efecto, queda como está. La pretensión de algunos sectores, sobre todo de los exhibidores, de abrir indiscriminadamente el doblaje nos parecía un despropósito. No se cierra el tema, pero no creemos que ahora sea el mejor momento para abrirlo indiscriminadamente. No hay incluso argumentos de mercado que puedan soportar esta apertura.
Corral consideró que dentro de nuestra realidad política y tomando en cuenta la posibilidad del consenso, siempre tan difícil en estos temas, se ha dado un avance importante.
Con la aprobación de este dictamen concluye más de un año de trabajo y esfuerzos por presentar una ley consensada y que tuvo como signo haber sido presentada por todos los partidos políticos. En ese tiempo, las posiciones encontradas, las presiones de los diversos sectores hacia los legisladores pusieron de manifiesto el interés de la comunidad cinematográfica por contar con una ley que le permita reactivarse.
La actitud de los empresarios fue la piedra en el camino en este proceso, ya que desarrollaron encuestas maniqueas y no faltó ni siquiera la intromisión de la Motion Pictures, que envió incluso una carta a la presidenta de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, en la que manifestaba su extrañeza por los cambios a la legislación y su pretensión de querer imponer sus criterios.
La diputada respondió y dejó en claro que todo lo relativo al proceso legal e institucional competía exclusivamente a los organismos nacionales y que, por tanto, no podían ser sujetos al visto bueno de los extranjeros, por muy bien intencionados que fueran. Esta fue la gota última de una serie de intentos por detener la iniciativa, cuyo dictamen listo. Ahora ya sólo queda esperar lo que suceda hoy en San Lázaro. Después de ello, la iniciativa será turnada a la Cámara de Senadores, para su revisión y aprobación.