El nuevo instituto saneará Atlántico, Promex y Bancrecer con recursos públicos
Mireya Cuéllar y Ciro Pérez Silva Ť En un recinto custodiado por la fuerza pública, el PRI y el PAN legalizaron ayer el rescate del sistema bancario que el gobierno realizó con recursos públicos sin autorización del Congreso --vía el Fondo Bancario de Protección al Ahorro-- y autorizó que sean los contribuyentes quienes paguen el costo del quebranto financiero --estimado al momento en más de 600 mil millones de pesos--, por medio de un Instituto de Protección al Ahorro Bancario que respaldará los compromisos que asumió el Fobaproa, con recursos del erario que el Congreso le concederá anualmente.
En lo que el resto de la oposición calificó como ``el fraude del siglo'', porque se disfraza el Fobaproa con otro nombre ``pero se traga entera la ignominiosa deuda que constituye'', el pleno de la Cámara aprobó con 325 votos a favor --de priístas, panistas y la independiente Carolina O'Farril--; 159 en contra --de PRD, PT, Ecologista, 11 panistas, 7 priístas y 5 independientes--, y una abstención --PAN--, la Ley de Protección al Ahorro Bancario, en tan sólo cuatro horas.
Una discusión de nueve meses y una deuda de más de 600 mil millones de pesos fueron cerrados por una mayoría priísta y panista ansiosa de dar legalidad a un quebranto bancario que fue en buena parte ``dirigido y conducido por delincuentes asociados al poder y al partido oficial'', diría Pablo Gómez.
PRI y PAN tan sólo querían aprobar lo más rápido posible el Fobaproa. No debatieron, como si el tema estuviera agotado. Por eso no respondieron cuando Pablo Gómez acusó a los panistas de convalidar ``un atraco'', ``el gran robo del siglo'', de jugar ``el más triste papel'' en la historia del Fobaproa. Hasta el calificativo de ``mansos'' dejaron pasar. Por eso cuando les dijo que habían hecho viable el proyecto más antipopular, que habían ayudado al gobierno ``a organizar un robo contra el pueblo'', ya ni siquiera armaron gritería.
¿Rompe con el pasado quien toma toda la deuda del Fobaproa y obliga a la Cámara a entregarle una partida anual? ¡Y todavía pide al país que se le aplauda! ¡Dice que la conquista más grande es que el señor director del Banco de México no va a ser miembro de la Junta de Gobierno del nuevo instituto, sino que tendrá que mandar a un empleado suyo! Hicieron el ridículo, porque al final claudicaron y la respuesta del gobierno es ``una sonrisa'', les espetó.
¿Cuál es la lección de lo que hoy ocurre?, se interrogó Gómez, y ofreció dos respuestas: ``Que no es posible confiar en una supuesta actitud de apertura de negociación de un gobierno dogmático que no es capaz de rectificar, que no entiende que puede haber soluciones a la crisis bancaria diferentes a las que él ha impuesto al país'', y que ``el pueblo no puede, no debe, no tiene por qué confiar en aquellos que proclaman su oposición y a la hora buena no saben más que demostrar su mansedumbre''.
El coordinador de los diputados del Partido del Trabajo, Ricardo Cantú Garza, no les dijo menos. A quienes tenían prisa por ``asumir de facto el quebranto de los banqueros al amparo de la impunidad'', les advirtió que estaban dando su aval para que ``la impunidad siga siendo una norma histórica, para que cualquiera la continúe practicando al amparo de leyes elaboradas por quienes han favorecido siempre a los grandes capitalistas del país''.
Con subterfugios --les dijo-- están reconociendo los pasivos del Fobaproa en lugar de regresarles sus deudas a los bancos para que las administren, y peor aún, están proponiendo que el nuevo instituto apoye en el futuro a otras instituciones financieras en problemas, otra vez rescatar a los bancos.
Esta posibilidad, apuntó, alienta lo que hoy se denomina ``riesgo moral'' y ``siembra la semilla de un nuevo Fobaproa'', porque construye un puente ``entre las pérdidas privadas y los recursos públicos''. Ahora resulta ``que si un banco es inviable deberá ser rescatado en lugar de quebrar''.
Y les echó en cara: ¿por qué los tecnócratas del gobierno y los legisladores del PRI critican los subsidios a los sectores populares y pelean por este tipo de apoyos para favorecer a sectores reducidos económicamente poderosos?
Como todos los que se opusieron a la legalización del rescate, Cantú Garza recordó las violaciones a la fracción VIII del artículo 73 de la Constitución y al artículo noveno de la Ley General de Deuda Pública, porque el Ejecutivo nunca pidió autorización al Congreso para contratar deuda.
Se despidió con estas palabras: ``La memoria histórica del pueblo mexicano no olvidará esta traición que hoy se consuma en su contra''.
La ecologista Verónica Velasco no se quedó atrás. ¿A quién se beneficia? ¿A 550 familias? Y recordó que en el Fobaproa hay 325 créditos superiores a 20 millones de pesos, que concentran más de 140 mil millones de pesos. ¿Dónde está la protección a los pequeños ahorradores?
La creación de una nueva institución no cambia en nada las cosas, apuntó, ``la nación sigue siendo deudora de los bancos, y no los bancos deudores de la nación'', quien pagará por el rescate 15.7 puntos del PIB y cuyos costos ya están aquí, ``al tener el gasto programable más bajo de la historia moderna de este país''. Y advirtió: su costo tendrá que ser pagado por cuando menos dos generaciones de mexicanos.
Con todo y el ambiente de tensión que se vivió en el recinto antes de que iniciara el intercambio sobre Fobaproa --por el incidente con El Barzón--, los diputados de PRI y PAN parecían estar convidados a un debate más. Sólo los perredistas se veían inquietos en sus curules forradas de leyendas: ``Hoy nace un nuevo partido, PRIAN''. En otra se leía: ``Ayer salinistas azules, hoy sirvientes del doctor''.
A Marcelo Ebrard Casaubón, diputado independiente, el Bronx priísta intentó molestarlo gritándole Chucky, pero no pudo evitar que el ex priísta les reclamara a los panistas haber ofrecido una tercera vía para resolver el problema, ``que terminó siendo un nuevo carril de la nueva autopista del sistema imperante'', porque el instituto ``es el pariente cercano del Fogade y deja intacta la causa principal del desastre financiero que es el autoritarismo económico y el sistema político que lo hace posible''.
El griterío empezó cuando Santiago Creel Miranda fue a la tribuna para defender la iniciativa del PAN. Trató de explicar las bondades del nuevo instituto; proteger a futuro los depósitos de los usuarios bancarios y ``resolver con legalidad'' la crisis bancaria.
Además, establece la posibilidad de que el instituto otorgue apoyo financiero a la banca, y a diferencia del Fobaproa los apoyos financieros sólo se realizarían de manera excepcional y limitada.
Y trató de decir que Guillermo Ortiz renunciará al Banco de México antes de que se instale el nuevo instituto, interpretando que sólo podrá nombrar un suplente, ``quien pueda fungir como vocal''. Con esas palabras, buscó el aplauso de su bancada, pero sólo lo obtuvo de Carlos Medina Plascencia, Francisco José Paoli, Juan Miguel Alcántara, Rogelio Sada... muchos de sus compañeros se quedaron sumidos en sus asientos, mostraron su indiferencia y al final, a la hora de votar, su desacuerdo.
¡Traición Nacional! ¡Traición Nacional! ¡Traición Nacional!, le gritaban los perredistas, jugando con el nombre de Acción Nacional.
Pero el Fobaproa tuvo como mejor defensor, indiscutiblemente, al panista Fauzi Hamdan, quien de entrada se fue contra Pablo Gómez para decirle que su ``impotencia clara y evidente de falta de racionalidad, sin argumentos serios y sólidos, pretende siempre destruir... Nosotros construimos -¡aaaaahhhhh!, le respondió a coro la bancada perredista-, nosotros generamos solución'' --otra vez se escuchó el coro del ¡aaaaahhhhh!--.
Y apeló al discurso del gobierno. ¿Qué cabezas querían que quedaran destruidas? ¿Las del pueblo de México? ¡Por encima del interés general está el interés del país! --¡ahhh!--.
A los priístas la estrategia no les pudo resultar mejor. Además de que sus ruegos fueron escuchados --en los últimos días se definieron guadalupanos, porque a Juan Diego la Virgen le hizo el milagro del Tepeyac y a ellos el del Fobaproa--, la pelea se dio entre el PAN y el PRD. Tuvieron Fobaproa sin tener siquiera que preocuparse por defenderlo.
Mandaron a la tribuna a puro priísta de bajo nivel. Nadie los escuchó, porque fue muy poco lo que dijeron, y además, repetido. Como discos rayados, Alfredo Phillips Olmedo tartamudeó, y a Aquileo Herrera, que en realidad no leía, hasta los panistas le gritaban ``¡burro!'' ``Mandan puros centavos, no acompletan ni un peso ¡y quieren aprobar 600 mil millones de pesos!'', les gritaban los del PRD. Fauzi Hamdan había hecho su trabajo.
Los panistas que votaron en contra del dictamen no usaron la tribuna. Se conformaron con escuchar a un perredista repetir los argumentos que ellos habían dado el día anterior a su coordinador: ``No seamos una vez más la mano que le da oxígeno a ese cadáver que es el PRI... lo dejamos vivir en el 88, ¿ya no lo recuerdan?, y ahora estamos aquí, dándole otra vez oxígeno a ese dinosaurio''.
No sólo los puntos y comas del dictamen llegaron amarrados a la sesión, sino hasta el ``no debate''. No hubo posibilidad de hacer interpelaciones y tampoco de responder alusiones. El presidente de la mesa directiva, en atención a un acuerdo, dejó sin el derecho de exponer sus puntos de vista a 21 legisladores que le pidieron la palabra. Es más, el dictamen se aprobó en lo general y en lo particular en una sola votación.
Por eso un perredista fue hasta la tribuna para preguntarles si acaso el resultado de las auditorías también era parte del acuerdo.
Dolores Padierna les aventó a los panistas, desde la tribuna, un puñado de monedas. ``¿Cuánto valen?'' El desplante provocó un nuevo griterío en el salón, el presidente de la mesa directiva le cortó el sonido y los panistas cabildearon con el PRI alguna represalia para la perredista, pero no. Había que terminar lo antes posible... sacar el Fobaproa, aprovechar el milagro.
Los panistas indecisos mejor no votaron, se salieron del salón de sesiones. No los convenció el argumento de su directiva de que cuando hay grandes crisis ganan los partidos de izquierda y no los conservadores... las sociedades desbordadas se suman a los radicales ¿recuerdan el 88?... Pero uno de los que salían se preguntaba y preguntaba: ¿será cierto que el PAN sólo le está haciendo al tío Lolo?
¿Quién es quién en una votación?
Los priístas que votaron en contra del dictamen fueron: Héctor Castañeda Jiménez, Oscar González Rodríguez, Jorge Canedo Vargas, María de los Angeles Gaytán Contreras, Jacaranda Pineda Chávez, Manuel García Corpus y Juan Jaramillo.
Los panistas que votaron en sentido opuesto a su directiva fueron: Felipe de Jesús Cantú, Alberto González Domene, Jorge Esparza, Alberto Cifuentes, Eduardo Mendoza Ayala, Benjamín Gallegos Soto, Baldemar Tudón, Antonino Galaviz, Flavio Valdez, Carlos Camacho y Soledad Baltazar Segura. Se abstuvo: Juan Antonio Alvarez.
La independiente Carolina O'Farril fue la única que votó en favor.
En una exposición de motivos de su voto en contra --que no pudieron hacer en tribuna y distribuyeron a los medios--, los priístas del grupo Reflexión argumentaron que el dictamen no reduce el costo fiscal del programa de rescate de los bancos ni garantiza que el costo se distribuya con justicia entre todos los protagonistas. Es más, dicen, en cuanto a la capitalización hasta ciento por ciento de los bancos con capital extranjero, contraviene los postulados priístas, porque se cede soberanía en un sector estratégico, además de que no se incorpora explícitamente en el dictamen el programa de apoyo a deudores hipotecarios, rurales y de la pequeña empresa.