La Jornada 11 de diciembre de 1998

Clientelismo e irracionalidad, base del nexo político en México y AL

Angélica Abelleyra Ť De nueva cuenta se reúnen con su estilo directo y mordaz tres escritores que buscan ``sacar del error a los equivocados'' y ``desenmascarar a quienes actúan movidos por la demagogia, la mala fe o la más devastadora ambición personal''.

Luego de su polémico Manual del perfecto idiota latinoamericano (1996), ahora editan Fabricantes de miseria (Plaza & Janés) o tres centenares de páginas en las que el colombiano Plinio Apuleyo (1932), el cubano Carlos Alberto Montaner (1943) y el peruano Alvaro Vargas Llosa (1966) se lanzan sobre ``las ideas y las actitudes'' de los políticos, curas, militares, empresarios y sindicatos que ``unas veces de buena fe, y otras por puro interés, mantienen a millones de personas viviendo, a veces, peor que las bestias''.

Como ya lo hicieron en Perú, Venezuela, Argentina y Estados Unidos, los autores se encuentran en México para comentar (anoche, en Casa Lamm) el volumen que mantiene el tono agresivo -y que se permitió herejías- de su antecesor Manual, provocador por cierto de responsivas traducidas en declaraciones de intelectuales que lo descalifican (Armand Mattelart), en libros que son su abierta contraparte (Juan Gabriel Labaké y su Autorretrato de cuatro idiotas latinoamericanos) y hasta recomendaciones para su lectura (Carlos Saúl Menem, al parecer).

Un volumen escrito ``a seis manos'' y con un mismo ``ojo crítico'' del que, dice Alvaro Vargas Llosa, ``los beneficiarios no serán los derechos de autor de cada uno, sino las compañías de teléfono, de e-mail y las que manejan Internet''.

-¿Y no sería mejor que esperaran que el beneficiario fuera el lector?

-Claro, esperemos que lo sea.

Chiapas, ``pintoresca aventura''

La guerrilla latinoamericana, el papel de los curas, de los intelectuales, los empresarios y los políticos en el continente que, sobre todo desde el lado de la izquierda, han fabricado ``miseria''. Nadie sale bien librado de su juicio ``que no es beato ni acrítico'', pues de serlo así ``no aportaríamos nada''. Rubén Darío y El Che; Samuel Ruiz y Hugo Chávez son los poetas, guerrilleros, sacerdotes y militares puestos en la mira. Marcos y Cuauhtémoc Cárdenas, también.

-De los zapatistas anotan la ``pintoresca aventura chiapaneca''.

-Lo que empezó como un movimiento radical y comunista, aterrizó con una identidad falsa de reivindicación indigenista. Se ha convertido en una cosa sin salida, en una guerrilla virtual que no puede ser tomada en serio. Es pintoresco, folclórico y por eso ha tenido tanto éxito a nivel internacional'', responde Montaner, y completa Vargas Llosa:

``Los zapatistas luchan contra su propia insignificancia. Es evidente que su obsesión es ser tomados en serio y producir una negociación que los vuelva a colocar bajo los reflectores.

``El gobierno mexicano ha optado por ningunearlos, tal vez la mejor estrategia para languidecer al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) hasta que se quiera convertir en un partido político para integrarse a la sociedad mexicana, pero reitero: para los zapatistas hoy su principal enemigo es su insignificancia.''

-¿Cómo observan el papel de Cárdenas en la alternancia del poder?

-En México se ha producido una irracionalidad en la manera de elegir a los gobernantes. Los mexicanos han visto como salida a su tragedia estatista elegir a un hombre que representa más Estado, con una visión que es el origen del problema, y donde el elemento de caudillismo tiene un peso: el liderazgo de Cárdenas está basado no en su capacidad administrativa ni en su expertise sino en un caudillismo heredado de su padre. El vínculo político en América Latina, y México no es la excepción, está basado en el clientelismo y cierta irracionalidad'', subraya Montaner, al tiempo que Vargas Llosa dice que la democratización de México pasa necesariamente por la alternancia, pero ``sería importante que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido de Acción Nacional (PAN) se unieran como una opción real frente al Partido Revolucionario Institucional (PRI), cosa impensable, pero que fueran al menos oposición por las buenas razones y no por las malas, como los nacionalismos económicos.

``Con sus errores, el PRD comete un crimen histórico de imposibilitar el acceso de una real oposición al poder porque logra convertir al PAN en oposición marginal, dividir la contestación ciudadana contra el PRI y causar, finalmente, una resurrección del partido en el poder en todo el país.

Pinochet: el dictador en la mira

Afines en ideas y compartidores de un ``estilo'' en su escritura, en el contexto de la charla surgió sin embargo un desacuerdo entre los autores: el proceso de extradición de Augusto Pinochet.

Alvaro Vargas Llosa aplaudió sin reservas la decisión británica -``a los dictadores hay que castigarlos y medidas así pueden ser mecanismos que sirvan para disuadir a futuros dictadores''-, y Montaner planteó matices: mientras los acuerdos internacionales no sean claros respecto de su definición ``los aeropuertos serán los sitios más peligrosos del planeta''.

Abundó Montaner que los tratados internacionales ``no hablan de dictadores sino de responsables de genocidio o tortura, y eso deja abierta una amplia puerta donde mañana, además de Pinochet y Fidel Castro -lo que sería obvio-, podrían intentar detener a Luis Echeverría por su responsabilidad de la matanza del 2 de octubre o a Henry Kissinger por su complicidad con el golpe de Estado a Salvador Allende o a Margaret Thatcher porque durante su mandato los servicios de inteligencia asesinaron a miembros del IRA.

``Cualquier juez podría hacer su lista de presuntos culpables por cuestiones políticas; el mundo sería un caos y los aeropuertos los sitios más riesgosos del planeta. Eso no tendría la menor racionalidad. Estamos de acuerdo en que la impunidad repugna al instinto de justicia.

``Pero habrá que hacer una regulación de ciertos principios de derecho para canalizarlos través de un tribunal internacional y no dejarlo al libre criterio de jueces independientes.

``Se generaría una involución de los procesos democráticos.''

Tu argumentación, respondió Vargas Llosa, ``es aplicable para invalidar Nurenberg o los juicios contra los crímenes nazis. Una persona como Augusto Pinochet, con cuatro mil crímenes a sus espaldas no puede gozar de impunidad. Con tu argumento sería feliz Fidel Castro'', cerró el hijo del autor de La ciudad y los perros.

Y tanto Alvaro Vargas Llosa como Carlos Alberto Montaner celebraron que durante la plática se hubiera ``fabricado un pequeño caos'', motivo del desacuerdo que no se refleja en ninguna de las páginas de su volumen titulado Fabricantes de miseria.