El salinismo pretende imponerse en el 2000 entre otros medios por la propaganda y la desinformación, como lo muestra desde ahora ante la grave situación económica.
1. El gobierno ``de Zedillo'', que gasta los recursos públicos en hacer su propia propaganda y en denigrar a la oposición, tiene a todas luces tres obsesiones: denostar a Cuauhtémoc Cárdenas, al zapatismo y al Congreso de la Unión.
2. Ernesto Zedillo parece olvidar empero a este último respecto algo muy importante: que si el Legislativo no ha cumplido su función en México es a) porque el PRI ha actuado en él como una dependencia presidencial, y b) porque el Ejecutivo interviene ahora también en la vida interna del PAN en detrimento de una vida legislativa sana.
3. Las relaciones del PAN con Ernesto Zedillo no son desde luego lo que fueron con Carlos Salinas, no porque no lo quieran los dirigentes panistas (que están ansiosos de ello) sino porque se han reformulado desde el poder. Con la certeza de que seguirán avalándolo todo y sin mayores concesiones, desde Los Pinos se les desdeña a fin de exhibirlos en vistas al 2000 y quitarles posibilidades como alternativa. Emilio Chuayffet primero y luego Francisco Labastida entendieron que para tener sumisos a los panistas, como encubridores del salinismo y cómplices de sus políticas no era necesario entregarles la PGR ni cederles un mayor número de gubernaturas, y así ha sido. A pesar del cese de Lozano Gracia de la PGR (1996) y de las evidencias de que la ``ingeniería electoral'' del Estado se ha consolidado, el PAN no ha dejado el papel de novia rogona del ``sistema'' y por eso va de fracaso en fracaso.
4. La ``estrategia'' panista para aprobar, con un menor costo político, las propuestas oficiales sobre el Fobaproa, la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de 1999 está terminando en desastre. Los panistas creían que, a cambio de su aval, el gobierno les permitiría una vez más montar todo un teatro gracias al cual podrían pretender ante el país que a) era el PRI el que apoyaba sus iniciativas y b) que a cambio de esos acuerdos, obtendrían ventajas, no para ellos sino modestia aparte para el país, como el cese de Guillermo Ortiz (gobernador del Banco de México). La intentona azul ya fracasó desde ahora sin embargo, porque los analistas mostraron la extraña similitud entre las propuestas de Hacienda y del PAN, y porque la cabeza de Ortiz Martínez hoy día sólo parece importarle a monsieur (su protector francés).
5. Los dirigentes del PAN cometieron un error histórico de graves consecuencias para el país en el sexenio pasado, al anteponer una ``alianza estratégica'' con el salinismo a cualquier pacto con las fuerzas democráticas para impulsar una transición política. Llevados por la ambición de Diego y de Castillo Peraza, creyeron poder alcanzar mayores espacios de poder por la vía de negociaciones palaciegas o ``concertacesiones'' y hoy están pagando las consecuencias de esas políticas. Lo más grave sin embargo es que su actual directiva, mostrando una carencia de principios pero también una limitada visión de la política, no ha dejado de insistir en esa misma línea de anteponer cualquier arreglo con el gobierno a una política de convergencia con las organizaciones democráticas. Llevados por su temor al cardenismo y por una creciente desconfianza de la sociedad, insisten en convertirse en gobierno por el apoyo de Salinas y de sus amigos antes que por el respaldo de los electores.
6. La situación actual del PAN no podría ser por lo mismo más difícil ante el ``paquetazo'' de 1998, pues en esa lógica de acuerdos con el gobierno en la que está inmerso no puede ya ocultar su corresponsabilidad por el desastre económico y su incongruencia política: denunció la ilegalidad del Fobaproa pero terminó por convalidarla, reconoció como en 1997 que el Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos van contra la nación pero con cambios insignificantes los está aprobando, aceptó el saqueo de los salinistas a las instituciones financieras y sin embargo los está encubriendo.
7. Al igual que la Democracia Cristiana chilena que en 1973 se pretendía una fuerza democrática, pero encabezada por Eduardo Frei padre alentó y avaló el golpe de Estado de Pinochet, y que ahora en 1998 pretende ser una fuerza de transición pero encabezada por Eduardo Frei hijo constituye la mejor defensa del dictador, el PAN está siendo el mejor de los apoyos para Carlos Salinas.
8. ¿A quién se pude engañar con esa duplicidad? La posibilidad de tener en 1999 un presupuesto para la educación, la salud y la vivienda, que recortara los gastos militares, terminara con la discrecionalidad del Ejecutivo e impulsara la paz en Chiapas y en el país, no será factible por una razón: la oposición del CEN del PAN a un acuerdo con el PRD en la Cámara de Diputados, que habría sido histórico.
9. El PAN pretendía ser a la vez gobierno y oposición, pero por sus malabarismos políticos hoy en día no es ya oposición ni es gobierno. No es más que un apoyo al narcosistema que prevalece en el país: un partido en crisis moral, sin un proyecto nacional, dividido por pugnas de intereses y penetrado por el narco, como lo describe el reportaje de Proceso (núm. 1153), el que sin el apoyo logístico y de propaganda del salinismo no tendrá credibilidad en el 2000.
10. Los partidos no son sin embargo simples estados mayores como no son tampoco enormes ejércitos disciplinados: son cada vez más la fuerza de los ciudadanos que votan por ellos, y por eso a éstos se les trata de engañar tanto.