José Cueli
La formación psicoanalítica

La siniestra combinación de la voracidad capitalista y la incompetencia y corrupción tercermundista han dado al traste con la posición privilegiada que la educación siempre tuvo en los gobiernos revolucionarios de México. Formar individuos capacitados para salir del subdesarrollo fue y será siempre la más inteligente solución para la pobreza, la heredada, y la que es producto de las desigualdades. Imprescindible si hemos de rencontrar alguna vez el camino de un proyecto de nación que no se apoye en demagogias ni mentiras, sino en la perspectiva de líderes educados en todos los ámbitos en donde pueda irse integrando el futuro.

En este escenario un nuevo libro, escrito por Agustín Palacios, resume 28 años de experiencia en la educación de psicoanalistas. El volumen presentado anoche en la Asociación Psicoanalítica Mexicana, cubre buena parte de ese difícil y controvertido espectro temático. La formación del psicoanalista va desde la selección de los individuos apropiados para esa singular profesión hasta el adiestramiento en los aspectos finos del arte de analizar, pasando por temas tan importantes como las especificaciones del análisis didáctico.

Agustín Palacios reseña, además, los primeros 35 años de la enseñanza del psicoanálisis en México. La formación del psicoanalista, como pocas ocupaciones, juega con la vocación y deseos del futuro especialista al enfrentarse el iniciado a las partes oscuras de su personalidad. A merced del azar, el propio análisis del ``candidato'' a psicoanalista lo confronta con esa vida que se burla de nuestra creencias e ilusiones y se enfrenta al instinto de muerte, base de la disciplina.

Son muy preciados los testimonios narrados por Palacios en su profunda dedicación a la investigación y enseñanza de la disciplina. Felices imágenes, elocuentemente expresivas del desconocido rumbo que es la formación psicoanalítica; vistas desde la óptica de una vida de maestro. Es, su nuevo libro, la narración de su experiencia docente y su dolor frente a un México que se nos va de las manos.

En su decir ``un México en doloroso contraste de destinos y clases, en la devoción de servicio indispensable. La herencia de imperios sojuzgantes y un coloniaje cuatricentenario produjeron dos México: uno lo tiene todo y otro vive en aislamiento y aún habita en el pasado. Tal realidad social ha sido la influyente en nuestra formación, más inclinada a la práctica que a la teorización'', concluye Palacios.