El Consentido de Dios se llama el libro que acaba de presentar
Andrés García, el veterano actor aclimatado en México desde hace
muchos años. También conocido porque contribuyó a popularizar la
uña de gato como remedio para el cáncer, García se presenta a
sí mismo como un favorecido de Dios en los distintos planos de su
vida. En el breve círculo de los contratos y las franquicias
gubernamentales también hay consentidos de Dios, o de Ruiz, es decir,
del secretario de Comunicaciones, Carlos Ruiz Sacristán. Como se venía
comentando desde semanas atrás, la empresa Tribasa (David Peñaloza,
José Andrés de Oteyza) resultó ganadora de la concesión del grupo de
aeropuertos del sureste de la república, en el cual sobresale Cancún
por su importancia económica. No pesaron en el ánimo del equipo de
Ruiz Sacristán las objeciones que pudieran hacerse valer contra su
decisión. Por ejemplo, Tribasa quebró en la operación de varias
autopistas y está siendo rescatada con fondos públicos. Curiosamente,
la que no fracasó es la de Toluca y como todos saben, recientemente
subió el peaje de 50 a 58 pesos, convirtiéndola en una de las mas
caras del mundo. Las protestas todavía no se apagan. Tampoco contó que
aún no termine de pagar la franquicia del Ferrocarril del Sureste --el
famoso Sacristrén--. Ha estado pidiendo plazos a la propia
secretaría mientras consigue fondos. Igualmente, los privatizadores se
hicieron de la vista gorda en el escándalo desatado alrededor del
aeropuerto de Cancún, pues la agencia privada encargada de la
seguridad, Luati, se encuentra bajo control de la Procuraduría General
de la República, en conexión a una investigación de tráfico de drogas,
la cual alcanzaría al gobernador de Quintana Roo, el controvertido
Mario Villanueva. Son inevitables las preguntas.
Numeritos
Según la Secretaría de Comunicaciones, Tribasa ofreció mil 165 millones de pesos por 15 por ciento de las acciones del grupo de aeropuertos, con opción para hacerse cargo de otro 5 por ciento en el futuro. El 80 por ciento restante se colocará en la Bolsa de Valores, cuando amainen las turbulencias financieras. Está asociada con el aeropuerto de Copenhague. Cada parte tiene 25.5 por ciento de aquella fracción de 15 por ciento. El resto lo poseen otros socios: la española Cintra y la francesa GTM. Estas van a partes iguales (24.5 cada una). Tribasa hizo la oferta más alta, por 800 millones de pesos, y fue presentada en equipo por la mexicana Controempresa y la española Aena.
Manejo de la crisis
¿Qué hacer cuando el dueño de la compañía o su esposa o hijo han sido secuestrados? ¿Es conveniente llamar a la policía? O, por el contrario, ¿debe hacerse caso a los secuestradores y mantener todo en silencio mientras corren las negociaciones? ¿Hay que acceder al pago del rescate, completo? Todas estas preguntas y más, componen el cuadro de crisis que se presenta después de un secuestro. Recuerdo el de un empresario japonés en Tijuana. Pedían 5 millones de dólares. Un adecuado manejo de la crisis motivó que su empresa se ahorrara cuatro, pues finalmente sólo pago uno y lo rescató sano y salvo. Es lamentable, pero a pesar de todos los planes de seguridad que anuncia el gobierno, la industria del secuestro sigue floreciendo. A eso se debe que llega a México la firma Pinkerton, especialista en seguridad individual y empresarial. Está cargo de Frank Quijada, hasta fecha reciente agregado de asuntos legales de la Embajada de Estados Unidos en México.