Bernardo Bátiz Vázquez
Etica y política

En el semanario Enfoque del domingo anterior, el señor Horacio Vives Segl escribió sobre don José González Torres, que fue presidente del PAN, candidato de este mismo partido a la Presidencia de México y que entre otras muchas obras que impulsó o en que participó, fundó al Foro Social Cristiano, resultado del Foro Doctrinario y Democrático, que en 1992 se separó del PAN.

Vives anuncia que se propone desde hace cuatro años la biografía de don José, fallecido el día de Todos los Santos de este año de 1998, pero en su artículo demuestra conocer mucho de datos externos de su vida, pero entender poco de sus convicciones y su actitud política.

Se plantea el autor del artículo una duda que demuestra lo que digo. Se pregunta con un lenguaje que está de moda y que indica un criterio político poco original, si don José... ``avanzó su agenda de prioridades relajando sus convicciones en el ámbito de lo deseable para hacer posible lo necesario''.

Más adelante expone otra duda sobre su biografiado. ``¿De qué manera contribuyó González Torres al cambio político de México al mantener inflexible la postura de la oposición panista en distintas coyunturas?''.

Con estas preguntas insinúa Vives, que si bien son de reconocer las virtudes morales del licenciado González Torres, se ponen en tela de juicio las ``prendas del político'', y aun cuando no da respuestas en este artículo a sus dudas, demuestra que su imagen de lo que debe ser un político está lejos del concepto que al respecto tenía su biografiado.

Don José no tenía una agenda de prioridades ni pensaba en lo deseable o lo necesario. Este planteamiento, pragmático, ``maquiavélico'' de algún modo, no le inquietaba a Gonzáles Torres; él tenía claro que la política, como el resto de los aspectos de la vida humana, debería estar sujeta a las reglas morales y a los principios y actuó mucho, en momentos en que hacer política de oposición no permitía tener ``agendas'', sólo metas y convicciones.

En ese actuar incansable, contribuyó grandemente al cambio político de México; durante su presencia, como candidato, como secretario general y como presidente del PAN, fundó decenas y quizás centenas de comités y grupos de acción, que durante años constituyeron la estructura del partido y algo mucho más importante, su alma. Lo que había avanzado el PAN, cuando recibió el embate de los empresarios, era un partido en pleno crecimiento, bien estructurado, independiente del sistema y presto a tomar el poder en la medida en que el voto nos lo fuera reconociendo. En 1982, el PAN tradicional, antes de la expropiación de la banca y, por tanto, antes de Clouthier y sus mosqueteros, y antes del DHIAC y del MURO, antes de Coparmex, tenía ya gobiernos municipales importantes, una votación de cerca de 4 millones a su favor y una presencia nacional envidiable; mucho de esto se le debía al impulso de González Torres, aun cuando, ciertamente, no sólo a él.

Vives se equivoca también si cree que González Torres no dialogaba con el gobierno; sí dialogó, siempre; con Díaz Ordaz, con Moya Palencia, con Bartlett y con otros, cuando así se requirió y cuando el partido se lo pidió; sólo que al dialogar lo hizo siempre sin conceder puntos de principios y sin ``negociar''. Una anécdota lo pinta de cuerpo entero; era don José representante del partido ante la Comisión Federal Electoral, se discutía un distrito del área urbana de Nuevo León, y me consta que un funcionario priísta le dijo que escogiera cualquier otro distrito, porque el que había ganado el PAN tenía que entregarse a un empresario, ``el único que aceptó ser candidato del PRI en esa ocasión'', pero que había perdido la elección.

Don José no aceptó la negociación, no se hizo cómplice de los manejos priístas, defendió hasta lo último el distrito ganado, pero no ``pidió'' otro, que es a lo que lo incitaban sus homólogos en la Comisión Electoral, invitándolo así a la complicidad y al cochupo.

Si Vives (que debe ser muy joven) quiere de veras ser biógrafo de don José, qué bueno, pero deberá de revisar los criterios sobre su acción política, sobre la intención de esa acción y sobre los valores que la iluminaron.