Hace un año llegó Francisco Gil Díaz a la dirección de Avantel, proveniente del Banco de México, y antes, de la Secretaría de Hacienda. Se suponía que su paso por la telefónica sería breve, pues finalmente se incorporaría a la dirección de Banamex. Si ese era el plan original del número uno de esa institución, Roberto Hernández, el propósito ha tenido que posponerse porque la permanencia de Gil Díaz en Avantel va para largo. Simplemente, las cosas no han pintado fáciles, y menos fáciles se ven en el futuro con el proyecto de impuesto de 15 por ciento que pende como espada de Damocles sobre las compañías telefónicas y su clientela. Ayer hubo reunión de fin de año, y alguien le preguntó -en función de su experiencia en la subsecretaría de Ingresos el sexenio pasado- si, como afirma su sucesor, Tomás Ruiz, no resulta posible hacer más amplia la lista de contribuyentes, a efecto de no crear más impuestos, como el telefónico, o subir los ya existentes. Gil Díaz dio una respuesta muy precisa: sí es posible. Recordó que en su tiempo se consiguieron dos efectos saludables para los ingresos fiscales: éstos aumentaron, no obstante que los impuestos descendieron, y por otro lado, se amplió el número de contribuyentes -tanto de personas físicas, como de compañías. Recordó, en particular, que los aranceles a los productos de importación experimentaron una reducción drástica, y aún así aumentó la recaudación. Ustedes recordarán que Tomás Ruiz ha dicho en más de una ocasión que no es posible hacer pagar impuestos a quienes viven de la economía informal. O resultaría más caro el caldo que las albóndigas, es decir, lo que se recaudaría de ese sector no compensaría el costo de la estructura fiscal. Son dos puntos de vista contrastantes.
El nuevo impuesto
Seguramente a ustedes lo que más les interesa es lo del impuesto telefónico. En Avantel todavía no tienen noticias. La firma está participando, junto con las demás telefónicas, en una activa gestión en la Cámara de Diputados a fin de convencer a los integrantes de las diferentes bancadas de la inconveniencia de aprobar la pretensión de la secretaría de Hacienda. El intenso lobbying todavía no da resultados que permitan sustentar una esperanza. Por cierto, el proyecto fiscal se elaboró sin consultar a estas empresas. No es que la ley obligue a la secretaría de Hacienda a auscultar previamente la opinión de los contribuyentes, pero de algún modo esa era la tradición. Esta vez se enteraron unas horas antes de que el anuncio apareciera en las páginas de los periódicos. El dato -confirmado por el director de Avantel- sirve como señal de lo deteriorado que están los canales de comunicación entre los encargados de la política fiscal y las principales empresas del país.
AHMSA: nueva división
Altos Hornos de México (AHMSA) anunció la creación de una nueva división que agrupará a tres de sus empresas: se trata de la Minera Carbonífera Río Escondido, Minerales Monclova y Minera del Norte. Entre las tres tienen ventas anuales por 500 millones de dólares. Se informó que la nueva división quedará a cargo de Jorge Ordóñez. AHMSA ha seguido una drástica política de reducción de costos presionada por la crisis en el mercado acerero.