Debido a que más de 90 por ciento del presupuesto de las instituciones de educación pública (IES) constituye un gasto irreductible, 2 mil millones de pesos de recorte a un presupuesto de suyo marcadamente austero sería de graves consecuencias en su operación, al tiempo que esa cifra, en caso de ser resarcida, no tendría impacto significativo en las finanzas públicas. Las IES, en rigor, no sólo deben ser resarcidas sino dotadas de los recursos que les permitan avanzar en alguna medida. La estimación de ANUIES para 1999 es de 3 mil millones.
Los ingresos tributarios propuestos para 1998, 1999 y 2000 equivalen a 10.18, 11.16 y 11.27 puntos del PIB, respectivamente. Un aumento de 0.04 por ciento, por los 2 mil millones de pesos que se quiere recortar a la educación superior, pueden ser obtenidos, sobradamente, tan sólo con una reducción acuciosa de la evasión fiscal, sin necesidad de aumentar los tributos. Lo mismo puede decirse si las IES son dotadas de los recursos necesarios completos para 1999.
La magnitud del recorte es poco significativa social y nacionalmente: representa alrededor de 0.4 por ciento del flujo anual proveniente del IVA; es un monto inferior, en cerca de 32 por ciento, al gasto realizado por la sociedad en cerveza y cigarrillos sólo en el mes de mayo de 1998; equivale a 34.4 por ciento del valor de los Cetes a 28 y 91 días de la subasta semanal del 19 de noviembre pasado (las subastas se realizan semanalmente por montos similares al aludido). Es equivalente, en fin, a 3 por ciento del déficit público programado para 1999.
De ser resarcido el recorte y suponiendo en el extremo que fuera imposible financiar ni un solo peso por la vía de disminuir la evasión fiscal, dicho déficit pasaría de 1.25 puntos del PIB, a 1.29. Bajo esta hipótesis extrema, la ampliación del déficit público en 0.04 puntos del PIB elevaría el endeudamiento anual interno del gobierno en esa misma proporción. La deuda interna proveniente sólo de los valores gubernamentales en poder del público, al 4 de noviembre pasado, ascendía a 346 mil 082.5 millones de pesos. Si aumentara en el monto del recorte, lo haría en 0.58 por ciento. Si el cálculo del aumento se hiciera sobre la deuda pública total consolidada, habría necesidad de escribir varios ceros a la derecha del punto decimal, antes de escribir un número positivo.
Los Criterios generales de política económica para 1999 explican los ajustes que debieron realizarse a lo largo de 1998 para preservar los ``equilibrios macroeconómicos fundamentales''. Entre esos ajustes se halla la decisión de llevar el déficit público de 1.25 puntos del PIB a 1.42 en 1998, de lo cual se dice: ``La política fiscal respondió mediante tres ajustes al gasto programable... Estas acciones, junto con medidas que aumentaron los ingresos no petroleros... representaron un ajuste a las finanzas públicas de casi un punto del producto estimado para el año. Como resultado de lo anterior, se prevé que al cierre de 1998 el balance público mostrará sólo una ligera modificación sobre el objetivo planteado para el año; se estima que el déficit será equivalente a 1.42 puntos del producto''.
Al pasar el déficit público de 1.25 puntos del producto a 1.42, esta variable sufrió ``sólo una ligera modificación'', dicen con razón los Criterios, equivalente a 0.17 puntos del producto interno. La modificación en que se incurriría por efecto del resarcimiento del recorte a la educación superior sería de 0.04 puntos del producto, en la hipótesis extrema de que dicho resarcimiento se financiara íntegramente con deuda. Recuérdese que la OCDE -de la que somos miembros- admite hasta 3 puntos de déficit fiscal.
De otra parte, todo endeudamiento usado para financiar actividades productivas generará en el futuro los ingresos que permitirán pagarlo. Es el caso de los desembolsos en educación, motivo por el cual se les considera una inversión. Una sociedad con mayor educación y capacitación genera mayor valor agregado económico, más aún en la era de la información y el conocimiento. El mayor ingreso generará un mayor monto de recaudación fiscal, con el que se liquidará el endeudamiento social del pasado.
Dotemos hoy a las IES de los recursos necesarios, para dotar de un mejor futuro a la nación.