Recesión en puerta si persisten los ajustes monetarios, alertan consultoras
Antonio Castellanos Ť El endurecimiento de la política monetaria del Banco de México provocará, en los primeros trimestres de 1999, una desaceleración que podría convertirse en recesión económica: bajará la inversión y el consumo privados y, según el análisis de grupos financieros y consultoras, ahora hay un balance desfavorable con respecto al cierre de 1997.
La caída en los precios de las acciones de los principales bancos --Banamex, Bancomer y Serfin--, y el alza en las tasas de interés y el tipo de cambio, son un reflejo de lo que se anticipa para el cierre de 1998, y que continuará en los primeros seis meses del próximo año.
En un escenario de depresión, plantean los analistas de las consultoras Standard and Poor's y Bursamétrica, la inversión extranjera podría posponer planes por experiencia de crisis sexenales pasadas. Este fenómeno incluiría mayor inflación y, desde luego, un proceso de recesión que las autoridades se niegan aceptar.
En este contexto pronostican que: la inflación llegaría a 17.61 por ciento; el déficit público sería de 1.2 y el déficit en cuenta corriente de 2.62 por ciento del producto interno bruto, que sólo crecería 1.1 por ciento. El tipo de cambio cerraría en 12.30 pesos por dólar y el precio del petróleo estaría en 10.12 dólares por barril.
Los economistas del Grupo Financiero Ixe y su casa de bolsa señalan que de un nivel de 18.75 por ciento en que finalizaron 1997, este año las tasas primarias de interés se encuentran prácticamente al doble, situación que contrasta con la tendencia descendente que observan los rendimientos en las principales economías del mundo.
Además, ahora el mercado internacional está caracterizado por un menor flujo de capitales hacia mercados emergentes y escasos intentos por atraer o retener dichos recursos en algunos de estos países.
Según los analistas privados, la desaceleración en la economía que se espera para el próximo año será consecuencia de un menor ritmo de crecimiento tanto de la inversión privada como del consumo interno, ante el mantenimiento de la política monetaria restrictiva en los primeros trimestres de 1999.
Agregan que el repunte de la inflación en los últimos meses, así como la modificación de las expectativas inflacionarias ante el aumento en el precio de la gasolina el mes pasado, hicieron que el Banco de México aumentara de nueva cuenta el corto con la finalidad de revertir en 1999 la tendencia de alza en la medición anual de la inflación.
Con lo anterior, consideraron, es difícil que las tasas de interés puedan iniciar y sostener una tendencia de baja en el corto plazo. Durante el próximo año el costo de abatir la inflación será un menor ritmo de crecimiento económico.
El escenario de depresión planteado por los analistas de Bursamétrica y Standard and Poor's, destaca: ``A pesar de que el Banco de México adopta una política más restrictiva, las turbulencias internacionales son tan fuertes, que las elevadas tasas de interés no evitan la depreciación del peso y se tiende a generar inflación y recesión en la economía''.
En esa proyección, se aminoran los flujos de capital procedentes del exterior a pesar de que algunos programas de privatización como los de aeropuertos, telecomunicaciones, ferrocarriles y distribución de gas, siguen su marcha.
Indican por último que en este escenario la recesión se generaliza y se transforma en una fuerte depresión con consecuencias graves en la economía mundial. Estados Unidos enfrentará una recesión más fuerte. Los precios de los comodities y de los energéticos acentúan su ciclo de baja y las economías latinoamericanas, con consejos monetarios (Argentina y Brasil), caen presas del contagio especulativo.