La desaparición de Conasupo abrirá el mercado de granos a trasnacionales
Angélica Enciso L. Ť La desaparición de Conasupo sin la creación de un sistema que realmente ordene los precios, las importaciones y los apoyos a la comercialización, dejará al mercado nacional de granos básicos a merced de Cargill, la transnacional que en el ámbito mundial controla esa producción, y que en México ya maneja 40 por ciento de las importaciones y la venta de 10 por ciento de las cosechas, según un estudio de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras (ANEC).
La empresa estadunidense Cargill es la trasnacional más importante en el ámbito mundial -incluso acaba de adquirir a su competidora, Continental Grain, la cual tenía una gran presencia en el mercado de granos básicos del país-, pues regula en los mercados del mundo el procesamiento, almacenamiento, transportación y comercialización de productos, con ingresos anuales de 51 mil 400 millones de dólares, lo que equivale al gasto programable del gobierno federal en 1998.
Además, se hace cargo de 10 por ciento de la comercialización de cosechas de Estados Unidos y de 20 por ciento de sus exportaciones.
El director de la ANEC, Víctor Suárez, manifestó que Conasupo nunca respondió a las necesidades del sector, ya que la mayor parte de las compras de cosechas tenían lugar en Sinaloa, y el subsidio de la tortilla -que era en parte su razón de ser- dejó de otorgarse desde septiembre pasado.
Agregó que la paraestatal no es un organismo que oriente los apoyos a la comercialización ni regule las importaciones de granos básicos que este año llegarán a 14 millones de toneladas.
Un ejemplo de esta deficiencia -dijo- es que Conasupo importará cien mil toneladas de maíz blanco, aun cuando el titular de Sagar, Romárico Arroyo, anunció que esas compras no se harían en este momento debido a que las cosechas se están produciendo.
Apoyo de los legisladores
Los legisladores que defienden la presencia de Conasupo creen que ésta maneja aún las bodegas de Diconsa y la venta de leche subsidiada de Liconsa, pero esos organismos residen en la Sedeso, precisó.
En la Cámara de Diputados hay una corriente de legisladores que pertenecen a la Comisión de Agricultura que defiende la presencia de Conasupo, la cual está por presentar al pleno un punto de acuerdo en el que demanda que el organismo participe en la compra de cosechas de maíz y frijol del ciclo productivo vigente. Además, estará por definirse si demandan la permanencia de la paraestatal.
El apoyo de los legisladores -consideró Suárez- es a una ``Conasupo que se despreocupó por apoyar el desarrollo comercial de los pequeños productores y estuvo vinculada a los intermediarios y a las grandes empresas'', además de que abasteció de maíz de pésima calidad a los molineros y nixtamaleros del país.
La propuesta de un consejo
Ante ello, dijo, la ANEC, junto con la Coordinadora Nacional de Organización Cafetaleras; la Unión Nacional de Organizaciones, Regionales, Campesinas y Autónomas, y la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social, proponen el establecimiento de un consejo nacional para el ordenamiento de los mercados agropecuarios.
En este momento, explicó, los dos ``cuellos de botella'' del sector se dan con las importaciones y los apoyos a la comercialización, aspectos que Conasupo nunca ha regulado.
El Estado, consideró, debe establecer un esquema institucional que atienda, además de estos dos aspectos, el desarrollo de nuevos agentes de mercado y una eficiente forma de almacenamiento y transporte.
La propuesta es que el consejo coordine, supervise y evalúe los apoyos a la comercialización, a fin de que sirvan para el establecimiento de un sistema de precios que remunere a los productores y les dé certidumbre, que los recursos se distribuyan en todos los estados -no sólo en Sinaloa, donde se ha concentrado 80 por ciento de ellos-, y se destinen a granos, oleaginosas, algodón y café.
También se propone la inclusión de un programa de cobertura de mercados de precios con modelos flexibles de utilizar, cuyo monto sea de cien millones.
La realidad en este momento es que los aparatos del Estado para la comercialización de granos, como apoyos y servicios a la comercialización agropecuaria y Conasupo, están rebasados y no logran atender las demandas de los millones de productores de básicos del país.
De no establecerse un mecanismo que regule importaciones y el financiamiento a la comercialización, Cargill controlará el año próximo 50 por ciento de las importaciones y 30 por ciento de las cosechas nacionales, menciona el estudio de la ANEC.