Arturo García Hernández Ť Real de Catorce: 13 años, ocho discos, muchas apuestas, algunos errores, varios logros, un interés fundamental: la música. Ni más, ni menos.
Reconocido y elogiado de manera casi unánime por la crítica mexicana, Real de Catorce continúa desarrollando su proyecto, sin prisa ni pausa, a contracorriente de los vaivenes de la industria discográfica y su frenético úsese y tírese. Con Cicatrices, su álbum más reciente, hacen ahora una recapitulación de su trayectoria. ``Ese tránsito por la independencia --dice José Cruz, compositor y cantante del grupo-- ha sido una superación periódica de etapas, cierre e inicio de ciclos. Son 13 años de persistencia, con una presencia intermitente, cambios en la agrupación, aprendizajes hasta llegar al punto en que ahora nos encontramos, con un nuevo disco que sintetiza y cierra un ciclo y abre otro''.
A Real de Catorce lo integran actualmente dos de sus fundadores, José Cruz (voz, armónica y guitarra) y Fernando Abrego (batería y percusiones), además de Juan Cristóbal Pérez Grobet (bajo) y Julio Zea (guitarra), con siete y dos años en la agrupación, respectivamente. Todos comparten las obsesiones que han definido al grupo: independencia, congruencia, calidad musical, búsqueda, autenticidad.
Según Pérez Grobet, los temas y el desarrollo musical de Real de Catorce tienen sus elementos recurrentes --la poesía y el blues, como columnas vertebrales-- ``pero no como repetición, sino dentro de una búsqueda con deseos de perfeccionar lo que hemos hecho. Y el resultado es que cada nuevo disco suena más como es el grupo en vivo, refleja su esencia, logrando una comunicación profunda con el público que nos busca y nos sigue''.
Fernando Abrego destaca que este proceso --necesariamente infinito-- de perfeccionamiento de su propio sonido, les ha permitido, por ejemplo, darse el lujo de grabar las canciones de Cicatrices ``en una toma, prácticamente sin cortes, casi, casi a la primera'', producto del conocimiento profundo de su raíz: el blues. La corroboración de esto la tuvieron al hacer, en julio de este año, una presentación en el Budy Guy's Legend's de Chicago, una de las catedrales del blues, donde tuvieron una respuesta positiva y, sobre todo, reafirmadora.
A pesar de que su independencia respecto de la industria ha significado un obstáculo a la difusión de la música de Real de Catorce, los músicos sostienen que sin ella hubiera sido imposible la congruencia del grupo, que les ha merecido hacerse de una audiencia quizá no masiva pero sí constante y generosa, a la vez que exigente: ``Al paso de los años --acota Cruz-- nuestro trabajo se ha vuelto atractivo para la gente que regresa de las modas, cansada de éstas. Sabe que siempre está ahí un grupo que se llama Real de Cartoce que está haciendo otra oferta, que se esmera por ofrecer una música lo más cercana posible a nuestros propósitos: calidad en las letras, en lo musical''.
Pero ¿no le faltó a Real de Catorce arriesgar en pos de un público más amplio? ``Lo hicimos --asegura Abrego--, no estamos reñidos con el interés de que se vendan nuestros discos, no tenemos problemas con eso mientras el producto que hagamos quede como queremos. Entramos a Mussart y vimos que no funcionó con las normas que dicta el mercado. Creo que si hubiéramos cedido en lo que nos pedían, no estaríamos ya aquí''.
Sobre el punto, Julio Zea, el más joven de los integrantes de Real de Catorce, es enfático: ``Antes que nada, el principio del grupo es hacer música, expresarnos, fusionar estilos, géneros, y ofrecerlo al público para que lo haga suyo y comparta nuestras viviencias''. Es decir, redondea, ``la gente que nos sigue se ha identificado con un grupo genuino, que se mueve en los foros con naturalidad, si mayor pretensión que la de dar a conocer su música''.
Después de escuchar Cicatrices, integrado por 14 piezas, no cabe reclamar a los integrantes de Real de Catorce lo que podría parecer falta de modestia: saben lo que están haciendo y que lo están haciendo bien. Si ha de forzarse una descripción de lo que se escucha en este nuevo álbum, puede decirse que es un retorno al sonido original, como el del primer disco, pero con la sofisticación, las sutilezas, que provienen de la experiencia y el aprendizaje.
Real de Catorce dará una serie de conciertos para presentar Cicatrices. El primero de ellos será esta noche (19:45 horas) en el Foro Alicia (Cuauhtémoc 91-A, colonia Roma).