Aconseja especialista reducir el pago de intereses de la deuda para compensar la caída petrolera
César Martínez Ť Si México se decide a reducir la presión del pago de intereses de la deuda pública interna y externa en el presupuesto de 1999, podría compensar la dependencia fiscal de su petróleo y disminuir la exportación de crudo hasta que mejore su precio en los mercados internacionales, porque es ``escandaloso'' tener que venderlo a 8 dólares el barril, aseguró Eugenia Correa Vázquez, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Días atrás se confirmó que durante el próximo año el precio promedio del crudo mexicano de exportación será menor al previsto por las autoridades en el presupuesto, originalmente fijado en 11 dólares el barril, ya que el propio gobierno reconoció que se ubicará entre 9 y 10 dólares.
El pago de los intereses de la deuda es el principal problema que arrastra el presupuesto, y refleja un ``claro sentido de defensa de los intereses'' de los inversionistas financieros, con lo cual se merma la capacidad de enfrentar necesidades ya pospuestas como educación y salud, dijo la economista.
La preferencia del gobierno de favorecer a un pequeño grupo de ahorristas nacionales y extranjeros se demuestra por las altos tipos de interés que perciben y por los elevados rendimientos financieros en general, con tasas reales de 13 por ciento en algunos casos, añadió.
El presupuesto total para 1999 propuesto por el gobierno es de poco más de un billón de pesos, dentro del cual el pago de los costos financieros asciende a 185 mil millones. De ellos, 25 mil millones de pesos corresponden a los programas de saneamiento financiero y apoyo a deudores, y Correa estimó unos 60 mil millones para el pago de intereses de la deuda externa, y más de 90 mil para la deuda interna.
El viraje de la orientación del presupuesto, acompañado de otras medidas como controles de cambios y de capitales, con una restructuración de la deuda externa, permitiría rehacer las cuentas públicas, de modo de reducir de manera clara los recursos que los contribuyentes destinan al pago de los intereses.
Esto compensaría la caída de los ingresos petroleros, y permitiría reducir hasta donde es técnicamente posible la exportación de crudo por las condiciones adversas que hoy presentan los mercados internacionales. Tener que vender el petróleo mexicano a 8 dólares el barril ``es lo último que nos podía haber pasado'', señaló Correa.
En el conjunto de leyes que integran el presupuesto los intereses de los inversionistas extranjeros se dejan intactos, porque no se incluye ningún impuesto que grave las ganancias que generan esos flujos de capital, y de ese modo sus actividades especulativas quedan resguardadas, tanto en colocaciones en títulos de deuda como en el mercado de valores, añadió.
Por otra parte, se debe insistir en la necesidad de restructurar la deuda externa de modo de pagar réditos considerablemente más bajos, porque el país desembolsa tasas de interés de entre 8 y 10 por ciento por bonos y pagarés colocados en el exterior, por operaciones hechas a dos o tres años, a pesar que las tasas bajaron sensiblemente en los mercados financieros mundiales, destacó la experta.
El gobierno debe dejar de preocuparse por atender los intereses de los inversionistas extranjeros, porque de todos modos en el próximo año ya se sabe que no vendrán a colocar sus capitales en México, concluyó Correa.