Hacienda calcula baja de ingresos de 8 mil 500 a $17 mil millones
Roberto González Amador Ť El gobierno federal mexicano se vio obligado ayer a reducir la estimación sobre el precio del petróleo para 1999, ante un contexto económico ``más desfavorable e incierto'', que llevará la cotización de la mezcla del crudo mexicano a un rango de entre nueve y diez dólares por barril, en lugar de los 11 dólares considerados para la elaboración del paquete económico del próximo año.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) estimó que el desplome en el precio del hidrocarburo provocará que los ingresos petroleros brutos del sector público puedan ser menores en un rango de 8 mil 500 a 17 mil millones de pesos, con respecto a los previstos en la Iniciativa de Ley de Ingresos para 1999, que actualmente está a discusión en la Cámara de Diputados.
El ajuste a la baja en la estimación del precio del petróleo para 1999 ocurrió apenas 21 días después de que el Poder Ejecutivo hizo llegar al Congreso de la Unión la Iniciativa de Ley de Ingresos y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el próximo año.
En un comunicado difundido ayer, la Secretaría de Hacienda aseguró que el debilitamiento de los precios internacionales del petróleo refleja un entorno para la economía mexicana todavía más adverso que el originalmente previsto, por lo que insistió en que el déficit fiscal para el próximo año debe mantenerse en el nivel propuesto de 1.25 puntos del producto interno bruto, unos 60 mil millones de pesos.
La insistencia del gobierno en mantener ese déficit fiscal obligaría a un recorte en el gasto público programable del próximo año en una proporción similar a la pérdida de recursos derivada de la renta petrolera, actividad que proporciona 35 por ciento de los ingresos fiscales del sector público.
Ayer mismo, la Secretaría de Hacienda comunicó al Congreso de la Unión la nueva estimación del precio del petróleo para 1999, al mismo tiempo en que refrendó ante la instancia legislativa la necesidad de mantener para el próximo año el déficit fiscal previsto en los Criterios Generales de Política Económica de 1999.
``La Secretaría de Hacienda no está proponiendo rubros específicos de gasto que pueden ser recortados. Unicamente está informando al Congreso que el país va a dejar de obtener un volumen importante de recursos y que es necesario mantener el déficit fiscal en 1.25 puntos del producto interno bruto'', comentó el vocero de esa dependencia, Marco Provencio.
En este sentido, argumentó que el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 1999 ``es precisamente sólo un proyecto, que está en manos del Legislativo, y serán los diputados quienes decidan en dónde se cambian los renglones de gasto o de ingreso''.
Explicó que los tres recortes al gasto público realizados en 1998, también obligados por la caída en los ingresos petroleros, no fueron consultados por el gobierno con el Congreso porque se trataba de un presupuesto ya aprobado, y los ajustes se hicieron conforme a las atribuciones legales del Ejecutivo.
``En este momento, la discusión sobre el presupuesto está en el Congreso. El mensaje que estamos enviando es que va a haber una pérdida importante de recursos en 1999 y que es conveniente mantener el mismo déficit fiscal'', señaló el vocero de Hacienda.
El comunicado de la dependencia estableció, asimismo, que el gobierno está dispuesto a coadyuvar con las comisiones legislativas encargadas del análisis del paquete económico ``para las discusiones que decidan llevar a cabo sobre posibles acciones en materia de ingresos y de gasto''.
Hacienda insistió en que ``resulta doblemente aconsejable'' mantener el déficit fiscal propuesto por el gobierno, debido a que es ``previsible'' que la dispo- nibilidad de financiamiento externo se mantenga limitada en 1999.
En estas condiciones, señaló el comunicado, un déficit fiscal más elevado que el propuesto ocasionaría presiones sobre la cuenta corriente de la balanza de pagos y sobre los mercados financieros internos, en cuyo caso la reacción del tipo de cambio y las tasas de interés inducirían una mayor inflación y una menor inversión.
``Lo anterior haría más difícil alcanzar las metas de crecimiento económico y de generación de empleo planteadas para el próximo año. El fortalecimiento de las finanzas públicas, por lo tanto, se hace indispensable en un contexto más desfavorable e incierto'', aseguró la dependencia.