La Jornada 4 de diciembre de 1998

Exige la canciller Rosario Green ``explicación oficial'' al embajador Abelardo Curbelo Padrón

Roberto Garduño Ť La secretaria de Relaciones Exteriores, Rosario Green, solicitó una explicación diplomática al embajador de Cuba, Abelardo Curbelo Padrón, ante las críticas del presidente Fidel Castro relativas a que México suscribió el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos para dar la espalda a las naciones de América Latina, porque ``los mexicanos se quisieron alejar un poquito de nosotros... Nos dejaron en el barrio de los pobres. Nos dejaron en la villa miseria y se mudaron a un barrio de aristócratas, de la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE)''.

A través de un escueto comunicado de prensa, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) reaccionó a los comentarios del mandatario cubano. El documento refiere que la canciller Green expresó al embajador Curbelo ``la profunda extrañeza'' del gobierno de México, y pidió ``una explicación oficial al respecto''. La molestia mexicana se reflejó en las dos visitas que tuvo realizar el embajador de Cuba a la sede diplomática de Tlatelolco.

Incluso, las autoridades mexicanas llamaron a la capital del país, con carácter de urgente, al embajador de México en La Habana, Pedro Joaquín Coldwell, para iniciar una ronda de consultas en torno al caso y dar una respuesta diplomática.

Fue en ese ambiente de tensión que Rosario Green se reunió con los embajadores de México en la zona latinoamericana, a los que expuso que el gobierno del presidente Ernesto Zedillo ``concede la más alta prioridad a su relación con América Latina y el Caribe, región a la que pertenecemos geográfica, histórica y culturalmente''.

Green defendió el actual proyecto económico en la zona y trajo a colación que en el presente año la crisis financiera golpeó al entorno internacional, realidad de la que los países del área no son culpables y, por el contrario, han reaccionado con ``grandes esfuerzos por mantener un proyecto económico que si bien está basado en reformas estructurales, ajustes y disciplina fiscal, no ha querido perder su rostro humano''.

Las críticas

El pasado miércoles, al cerrar un panel sobre la dinámica de las relaciones externas de América Latina y el Caribe, en el contexto de la Reunión de Consejo del Sistema Económico Latinoamericano (SELA) que se desarrolla en La Habana, Fidel Castro expuso ante los delegados de 28 países que ``pueden preguntarle a muchos mexicanos quién fue el padre de la patria, y es posible que los mexicanos no sepan quién es, pero es posible que sepan quién es Mickey Mouse''.

La alocución del líder cubano abordó la crisis económica internacional pues, afirmó, ``si se hunden (los países), se hundirían con ellos los ricos y los pobres, los creyentes y los no creyentes'', porque todo, dijo, se enmarca en un proceso de globalización.

Enseguida habló del caso de México, ``que decidió dar la espalda a las naciones latinoamericanas: nos dejaron en el barrio de los pobres. Nos dejaron en la villa miseria y se mudaron a un barrio de aristócratas, de la OCDE''.

Sus palabras mordaces desataron risas y comentarios de sorpresa entre el auditorio, tanto que -se refirió más tarde- el representante de México, Jesús Puente Leyva, se levantó para consultar con el director general de Relaciones Económicas con América Latina y el Caribe del gobierno mexicano. Tras un breve intercambio de puntos de vista, Puente Leyva comenzó a agitar una bandera tricolor para llamar la atención del presidente de Cuba e interpelarlo, pero éste lo ignoró y prosiguió hablando por dos horas.

La queja de Castro siguió y adujo que nunca le ha gustado el TLC porque primero debía resolverse la unidad de los países del área, pero ``ese es un asunto de los mexicanos... No nos agradaba mucho eso porque pensábamos que era mejor primero unir a toda América Latina antes que México, país tan importante, hiciera su acuerdo de TLC. Nos hubiera gustado ver a México más del lado de acá''.

En parte, el discurso fue implacable contra los efectos del Acuerdo de Libre Comercio, porque los países de la región ``siempre perdemos'' y esto ha conducido a la amargura, porque tan sólo en el Caribe, han quebrado 150 empresas y se han perdido más de 100 mil empleos. ``Los centroamericanos se quejan porque todas las inversiones se están ubicando en México''.

También criticó la iniciativa de Acuerdo de Libre Comercio de América (ALCA), de la que Cuba está excluida por decisión de Estados Unidos, y cuya negociación culminará -se prevé- en el año 2005, y sobre el particular cuestionó con ironía: ``¿Qué tipo de cadena nos van a imponer?''.

Castro reclamó a México que no haya aprovechado mejor su cercanía con EU, porque los mexicanos poseen una importante fuerza política durante las elecciones en aquella nación; aseguró que nuestro país se ha dejado ``avasallar'' culturalmente, que ha perdido su identidad porque permitió se construyera una muralla de 3 mil kilómetros, después que en 1847 se le arrebató más de la mitad del territorio, y cada año en esas tierras mueren 300 mexicanos que pretenden cruzar la frontera.