La Jornada 5 de diciembre de 1998

El arte, única y válida salvación para el mundo actual: Chumacero

Angel Vargas Con la convicción de que las artes, y en especial la literatura, constituyen un bien que ``hace mejor y más valiosa la vida'' de los seres humanos, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) impuso anteanoche el doctorado honoris causa, máximo reconocimiento de la institución, a los literatos Alí Chumacero, Sergio Pitol y Arturo Souto.

El Colegio Académico de la UAM reconoció públicamente la trayectoria y méritos de los tres escritores que, según José Luis Gázquez Mateos, rector general de la UAM, ``son un modelo de la aportación que el trabajo intelectual realiza en la construcción de un mejor país''.

Antes de centrar su discurso en resaltar las contribuciones que los ahora doctores honoris causa han realizado a la cultura nacional, el funcionario enfatizó la importancia para todo el país, de actos como éste.

``Estamos convencidos de que la educación y el ejercico de la inteligencia que la constituye, contribuyen a la formación de una sociedad mejor, más desarrollada y justa. En esta condición resulta especialmente importante esta ceremonia en que la universidad reafirma su compromiso con el talento, con las tareas de hacer inteligible el mundo, que es una labor donde convergen las ciencias y las artes, en el mismo esfuerzo de ofrecer una mejor comprensión de la persona humana y de su mundo.''

Gázquez Mateos definió el principal mérito de los homenajeados, al afirmar que con su creatividad Chumacero, Pitol y Souto recuerdan que el ser humano es un ente simbólico construido de habla y escritura.

Testimonio más allá del tiempo

A nombre de los investidos, habló Alí Chumacero. Poeta, al fin y al cabo, dijo:

``Los tres escritores hoy galardonados coincidimos en que el arte, y con él la literatura, es un modo, no siempre el menos ingrato aunque sí el más noble, de conceder un sentido a la vida; es una manera de dignificar la suerte de haber llegado a este pasajero mundo y compartirlo, por medio de la imaginación, con nuestro semejantes. Escribir es reconocer nuestro espíritu reflejado en un espejo cuyas aguas provienen del caos dilatado de las emociones''.

Chumacero enumeró las cualidades de sus colegas y compartió su convencimiento de que el arte es el único testimonio que sobrevivirá a la destrucción y perdurará más allá del rigor del tiempo.

``Tras la pasión que despierta, el amparo que su magia nos otorga, el prodigio de su asombro (el arte) integra la única o la más válida salvación frente a un mundo que, si bien en ocasiones se vuelca armónicamente, suele mostrar la imagen del desconsuelo.''

Inicialmente considerado para ser investido con el honoris causa, el escritor y ensayista Fernando del Paso renunció el pasado 18 de noviembre, a través de El correo ilustrado de este periódico:

``Por motivos que la UAM conoce muy bien -el principal de ellos, la inconcebible falta de seriedad de sus funcionarios, los anteriores y los actuales- he renunciado de manera irrevocable al doctorado honoris causa que esa institución se dignó ofrecerme hace dos años, en noviembre de 1996, y cuya entrega no se materializó en el pasado mes de septiembre, última de las fechas fijadas para la ceremonia respectiva, tras varias postergaciones inexplicables y bochornosas'', escribió.