Sergio Ramírez y Eliseo Alberto, rebeldes por la libertad: Fuentes
Mónica Mateos, enviada, Guadalajara, Jal., 1o. de diciembre Ť Concluyó el tour del ``premio mellizo'' Alfaguara de los escritores Sergio Ramírez (Nicaragua) y Eliseo Alberto (Cuba), quienes durante un año viajaron a diversos países de Hispanoamérica para presentar sus novelas Margarita, está linda la mar y Caracol Beach, respectivamente.
Elegidas de entre 600 propuestas que participaron en el concurso de esa editorial española, los autores obtuvieron, cada uno, 175 mil dólares como premio, además de una intensa promoción que culminó ayer en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 98, en un encuentro que contó con la presencia de los escritores Carlos Fuentes, Marcela Serrano y Juan Cruz, director de Alfaguara, en España.
Se anunció que muchas de las obras finalistas serán publicadas y que el nicaragüense Sergio Ramírez prepara una narración más titulada Adiós muchachos, compañeros de mi vida: ``Sigo el dicho de mi compatriota Rubén Darío, aquel que dice cuando una musa te da un hijo hay que dejar a las otras ocho encintas''.
Una mirada a la orfandad de AL
Carlos Fuentes dijo que los ganadores del premio Alfaguara 98 son ``ambos rebeldes, hombres independientes, latinoamericanos insatisfechos, luchando por la verdadera libertad, por la democracia real, no por el regreso a un pasado sombrío sino por el paso firme hacia un futuro mejor, sin odios, sin rencores, con los brazos abiertos y las mentes alertas: Nicaragua y Cuba''.
De Margarita, está linda la mar, el escritor mexicano señaló que devela a un autor ``que jamás reniega de la humanidad de sus personajes por magníficos o despreciables que éstos sean.
``Rubén Darío (personaje en dicha novela) el soberbio poeta, es también un soberbio borracho, desaliñado, cargado de deudas que viaja en tercera clase en los barcos, compartiendo su cabina con extraños e intentando colarse a las recepciones de primera clase, como el actor Leonardo Di Caprio en Titanic.
``Darío se degrada a sí mismo apareciendo ebrio en las ceremonias públicas hasta que su cerebro estalla (...) Somoza, el despreciable tiranuelo es también un encantador latin lover que seduce a las mujeres con la misma facilidad con la que asesina a los hombres, es un simpático bailarín de mambos, un divertido relator de chistes y de anécdotas, un astuto zorrillo que ha ascendido de limpiador de excusados mediante la violencia, la intriga y el matrimonio con chica rica y el apoyo de la infantería de marina de Estados Unidos.''
La novela de Sergio Ramírez ``es una mirada dolorosa y absurda a la orfandad moderna de América Latina: ni mother ni father'', agregó.
Carlos Fuentes deseó que al autor nicaragüense ``le vaya muy mal en política para que siga escribiendo sus maravillosas novelas. Cualquiera puede ser presidente de Nicaragua, pero sólo Sergio Ramírez pudo escribir Margarita, está linda la mar''.
Tragedia a ritmo de salsa
Respecto de Caracol Beach, de Eliseo Alberto, opinó que ``narra un futuro probable para presentarlo en un presente muerto, insoportable.
``Es una historia contada por Beto Milanés, un veterano enloquecido de las guerras cubanas en Angola que quiere olvidar ese triste pasado a cambio de un presente distinto. El problema es que sólo tiene un futuro aún más terrible que el pasado del cual huye.
``Es una tragedia a ritmo de salsa, una oscura ceremonia a la orilla del mar, todo ello en un mundo no futurista, pero sí futurizable.
``Caracol Beach sucede en un mundo destinado a ser siempre feliz, sólo a condición de que cuando se posee no dure más allá de los famosos 15 minutos que Andy Warhol le concedió a la celebridad de todos y cada uno de los ciudadanos de la utopía del mercado.''
Ambas novelas ``comparten una pasión inmensa por la dignidad de sus personajes, por la búsqueda interminable del amor, por el precio que paga la necesidad de encontrarse con el azar y la infortuna al encarnar en la fatalidad. Cuba y la Florida, Nicaragua y el Caribe. No. Algo más, mucho más: el territorio de estas dos grandes novelas es el de La Mancha, la tierra ficticia de Don Quijote.
``Hemos premiado a dos obras manchegas, pero también manchadas de vida, de mestizaje verbal y racial, novelas migratorias cuyas raíces profundas sólo se comprueban gracias a su desplazamiento dramático en busca de la piel, el tacto y el orgasmo del otro'', concluyó Fuentes.