La Jornada 30 de noviembre de 1998

Su figura, comparable a la de Lenin o Castro, considera el historiador

Renato Ravelo Ť Francisco Villa fue uno de los estrategas del siglo XX. Fue el primero en capitalizar el ferrocarril en la revolución de 1910 y encabezó el único movimiento regional con representaciones de distintos estratos de la sociedad tanto de la zona rural como la urbana. Para Friedrich Katz, autor de la biografía Pancho Villa, tanto el liderazgo de éste como el de Zapata son comparables y contrastantes con los de Lenin, Mao Zedong, Ho Chi Min o Fidel Castro, intelectuales instruidos que encabezaron movimientos políticos organizados y fundaron partidos. El centauro del norte, concluye Katz, ``contribuyó más que ningún otro líder a la destrucción del viejo régimen''.

Katz explica el fundamento de su afirmación: en 1911 Villa colaboró para evitar que Madero decidiera una retirada de Ciudad Juárez, que equivaldría a la desastrosa retirada de Hidalgo ante la ciudad de México; colaboró decisivamente para acabar con la dictadura militar de Victoriano Huerta y la expulsión masiva de hacendados que realizó debilitó a éstos como clase social, por lo que a pesar de que Venustiano Carranza les regresó tierras, cuando Lázaro Cárdenas en los años treinta expropió sus bienes no fueron capaces de ofrecer resistencia eficaz.

Asimismo, considera, la invasión de Villa a Columbus provocó la invasión estadunidense, puso en riesgo la soberanía, ocasionó que el gobierno de Wilson embargara armas y los bancos estadunidenses negaran el crédito al gobierno carrancista, con lo que su programa de destrucción contra los movimientos campesinos, aún rebeldes para devolver las haciendas, no prosperó. Katz es contundente: ``El sistema de las haciendas y el régimen nunca se repusieron''.

El mito confrontado

Puntería privilegiada, facilidad para los puños, antecedentes criminales, una región de colonos militares acostumbrados a luchar contra los guerreros apaches, estratega del entusiasmo, objeto de espionaje por el antecesor del FBI: todo en Villa pareciera destinado a la leyenda. El mismo Villa, en sus memorias, se encargó de promoverla en vida, de esconder su infancia y su vagancia mostrándola a su manera. Friedrich Katz lo cercó durante varias décadas, lo siguió por centenar y medio de archivos. Ahora, dos extensos e intensos volúmenes postulan que el movimiento armado en Chihuahua, que encabezó el general más conocido de México, fue una de las revoluciones más auténticas y singulares del siglo XX.

Archivos de varios estados del país, Estados Unidos, Alemania, Francia, Inglaterra, Austria, España y Cuba, documentos de la época, relatos fantásticos de circulación tradicional, partes oficiales de los archivos del ejército y la oficina de agricultura, sirvieron de base al especialista de la Universidad de Chicago. Así, Editorial Era publica el resultado de la investigación que, a diferencia de otras obras sobre Villa, presenta la historia de un movimiento a partir de un hombre y no a la inversa. Este martes el autor, Eugenia Meyer y Adolfo Gilly presentan Pancho Villa en la Feria del Libro de Guadalajara.

-¿Cómo acercarse a una figura tan minada de mitos como Villa?

-Tuve dos problemas principales cuando empecé con la investigación de Villa. Primero, había tantas leyendas sobre él que era muy difícil separar a éstas de la historia; y segundo, que Villa no dejó archivo y que el archivo estatal de Chihuahua se quemó en 1940. Ello dificultó la investigación. La leyenda negra habla de un bandolero, la blanca que él dictó es la justiciera, y la épica sostiene que Villa era más importante de lo que él se consideraba y más generoso, vigente en los corridos y leyendas.

-¿Cómo resolvió el problema?

-Lo que conseguí, finalmente, eran documentos contemporáneos. La primera cosa que me ayudó es que si bien Villa no dejó archivo, sus colaboradores sí lo hicieron: Silvestre Terrazas, su secretario de estado; Roque González Garza, Federico González Garza, que fue uno de sus consejeros intelectuales; de Enrique Llorente, su representante en Estados Unidos, es decir, son los principales archivos, contienen mucha correspondencia de Felipe Angeles. Esta es una primera fuente.

``Una segunda fueron los expedientes de Villa en la Secretaría de la Defensa Nacional, de los que salieron muchas cosas especialmente sobre su proceso. Sobre los años tempranos de Villa pude ver archivos de Durango y de Chihuahua. En el de Relaciones Exteriores venían muchos informes de cónsules mexicanos.

Espionaje a Villa

También me ayudó que los diferentes servicios de Inteligencia estadunidense se interesaron mucho con Villa, sus archivos , cartas interceptadas y los archivos de Europa. Con esto obtuve lo que se podrían llamar datos contemporáneos, no basados en memoria oral, lo que cambia mucho''.

-¿Y entrevistas con personas, también?

-Colaboré en el proyecto de entrevistas del Seminario de Estudio Oral que efectuaron unas 100 charlas con villistas, y esto me ayudo mucho.

-¿Qué suceso es el que hace que el servicio secreto estaunidense se fije en Villa?

-Ocurrió en 1912, pero el gran interés empieza el 13 cuando captura Ciudad Juárez. Entonces ya hay un interés muy fuerte se ve que va a ser un hombre muy importante en la política mexicana, y los estadunidenses empiezan a mandar los primeros agentes; un reportero llamado Emerson envió reportajes sobre Villa y al mismo tiempo era representante personal del jefe del estado mayor del ejército de EU: escribió informes muy interesantes que descubrí en los archivos de Inteligencia donde de hecho dicen que el ejército Villista es el mejor organizado y el mejor disciplinado en México.

-¿Cómo surgió el interés profesional por Villa?

-Siempre me interesé en la Revolución Mexicana. Pasé 10 años de mi vida como niño en México. Este país nos dio asilo a mi familia y a mí, pues éramos perseguidos por los nazis.

``Cuando escribí La guerra secreta en México la figura que más me intrigó fue la de Villa, porque era la más controvertida y porque en mi opinión Villa y Zapata son los dos únicos dirigentes revolucionarios del siglo XX que no eran intelectuales, que carecían de educación y de organización política; y sin embargo lograron tener un tremendo éxito.''

-¿Cómo le fue con el medio intelectual al compararlos con Mao Zedong, Fidel Castro, el Che Guevara?

-Aún espero la reacción. Todos ellos eran intelectuales, hombres muy educados, ideólogos, lo que no era Villa. Zapata, en cierto sentido, era ideólogo pero no intelectual.

-Su estudio abarca los orígenes de Chihuahua, lo mismo que el papel de Villa como gobernador, ¿entender a Villa no como figura sino como parte de un movimiento?

-Uno de mis grandes problemas fue saber quiénes eran los villistas. Villa era un personaje controvertido que por lo menos se conocía, pero de los villistas había una serie de teorías desde que eran campesinos y marginados, hasta que eran mineros o vaqueros. Durante mucho tiempo la gran dificultad era identificar a los villistas, y tuve la suerte de trabajar en el archivo de la Secretaría Agraria; ahí encontré docenas de peticiones, de quejas de un tipo de campesino muy especial que existía en Chihuahua; eran antiguos colonos militares que la Corona española había instalado ahí en el siglo XVIII para combatir a los apaches; se les habían dado bastantes tierras, derechos que no tenían campesinos del sur en el sentido que podían portar armas, no pagaban impuestos y tenían tierras, más que en el sur y cuando terminó la guerra apache, vino la dictadura de Díaz y se construyó un ferrocarril ligado a Chihuahua con Estados Unidos y la ciudad de México, empezó a subir el valor de la tierra, se les empezó a confiscar su tierra. Estos mismos pueblos en donde encontré las quejas fueron los que se sublevaron con Villa, especialmente en la cordillera occidental en Chihuahua, que es la Sierra Madre Occidental y fueron la base del movimiento villista.

Estratega del entusiasmo

-Y eso explicaría por qué un ejercito tan organizado,

-Absolutamente, porque tenían viejas tradiciones de lucha que se remontaban al hasta 1884, época de la guerra apache.

-¿Villa era un estratega o un peleador de fuerza?

-Era las dos cosas, menos con los puños, aunque probablemente también pero con pistola podía tirar, tenía digamos un don de tirador fantástico. Era buen estratega, los errores que cometía quedaban en segundo plano porque era capaz de inspirar y movilizar a soldados con una gran seguridad. En segundo lugar, emprendía ataques tan fuertes que de hecho desmoralizaban a sus enemigos.

``Una de sus especialidades eran los ataques nocturnos, son los que jugaron un papel muy importante en la lucha contra el Ejército federal. Era muy buen organizador, en el sentido de que él fue quien concibió la estrategia de utilizar los trenes militares. Fue el primero que lo hizo.

``A Obregón, por ejemplo, al principio no le sirvieron los ferrocarriles porque no había comunicación ferroviaria entre Sonora y el centro de México, lo que sí había en el caso de Chihuahua; Francisco Villa es quien utilizó al máximo los trenes militares, en ese sentido era muy buen estratega.

``Sin embargo, cometió muchos errores que finalmente le causaron la derrota con Obregón. El primer error era que Villa no conocía o no quería utilizar el concepto de reservas. Generalmente, no tenía reservas y eso jugó un papel muy importante en las batallas escenificadas en Celaya, donde Alvaro Obregón mantuvo una reserva de caballería.

``El segundo error estratégico fue que no aprendió, Obregon sí, las lecciones de la Primera Guerra mundial: que la caballería no podía hacer ataques frontales contra infantería que estaba fortalecida en trinchera. Esto era un gran error de Villa, el tercer error que cometió durante la lucha contra Obregón fue que Felipe Angeles le aconsejó que se retirara al norte, y el orgullo de Villa de no retroceder jugó un papel negativo.''

¿Factor de inestabilidad?

-Cuando lo mataron, ¿Villa era un hombre peligroso?

-No creo que fuera necesaria su eliminación, pero el gobierno temía que podía volver a la política; temieron que se uniera a De la Huerta, con quien tenía simpatía y por eso probablemente lo eliminaron. Sin embargo, encontré en los archivos de Inteligencia estadunidense un dato muy interesante: Calles, al ser eliminado Villa, dijo: ``Ahora la última condición para que Estados Unidos nos reconozca ha sido cumplida''.

-Ya retirado, ¿qué amenaza podía representar para Estados Unidos?

-No era una amenaza directa. Había dos posibilidades: primero, en el caso de una guerra entre Estados Unidos y México, Villa podría ser un factor muy importante de resistencia.

``De hecho, un secretario de Estado casi para finalizar los años veinte acusó a los gobiernos mexicanos de ser bolcheviques, así que los gobiernos republicanos de Estados Unidos no descartaron por completo la idea de una intervención contra México. Segundo, creían que Villa podía ser un factor de inestabilidad en México.''

-¿Qué le llama más la atención del mito de Villa?

-Que es uno de los mitos revolucionarios más poderosos. Cruzó el océano. Hace unos años tuve una larga conversación con Bruno Kreisky, ex canciller austriaco, en mi tierra natal. Cuando me preguntó en qué trabajaba, le dije que en la biografía de un revolucionario mexicano, que probablemente no conocía: Francisco Villa. Está usted muy equivocado, me contestó y me contó que un año después de que en febrero de 1934 se estableció un régimen autoritario y censor, fue el cine donde se exhibía la película Viva Villa (tomada por la censura como un western), el centro de reunión en el que la resistencia juvenil se reunía a gritar a cada aparición de Villa en pantalla:

``¡Abajo la dictadura de Schuschnigg! ¡Viva la democracia! ¡Viva el Partido Socialista!''