Crónicas del sur
Atlanta, Georgia Ť El sudeste estadunidense ha generado algunos de los conflictos más feroces de este país, las rebeliones más vibrantes, algunas de las figuras culturales más importantes; tierra donde nacieron los hombres más poderosos de la actual política nacional, donde existen los extremos de la pobreza, la explotación, la desigualdad y la represión, y el lugar que más está cambiando en este país.
Los cuatro políticos más poderosos del país son del sur: el presidente de Estados Unidos (originario de Arkansas), el vicepresidente (Tennessee), el líder (tanto el viejo, de Georgia, como el nuevo, Luisiana) de la Cámara de Representantes y el del Senado (Mississippi). Escritores, desde William Faulkner, Truman Capote, hasta las más grandes mujeres de la literatura contemporánea (Alice Walker, Gloria Naylor), provienen del sur. Lugar de nacimiento de la música netamente estadunidense, el blues y el jazz. Figuras heroicas, como Martin Luther King Jr., lanzaron desde aquí movimientos nacionales que cambiaron la cara de Estados Unidos.
``Somos la región más pobre del país, pero el sur también tiene la tradición más fuerte de rebelión y de cambio -afirma el analista y educador Jerome Scott, director del Proyecto Sur (Project South)-. En la educación aún tenemos el menor nivel de egresados de preparatoria que en cualquier otra parte del país, tenemos el porcentaje más alto de hogares sin plomería interna, y la expectativa de vida de nuestra gente siempre es la más baja''.
Sentado frente a un escritorio repleto de documentos, mensajes y papelería, aquí en la parte pobre de Atlanta, Scott ofrece indicadores: la concentración más alta de cárceles del país, el número más elevado de ejecuciones, los salarios más bajos y la menor generación de nuevos empleos. ``Estamos en primer lugar en casi todos los rubros en los que uno desearía tener el último lugar, y en último lugar en todo lo que se desearía estar en primero'', dice. El sur es sitio para 3 mil depósitos de desechos tóxicos, por mucho la mayor concentración en el país.
El ``sur'' identifica una área que abarca desde las zonas industrializadas de Virginia, Carolina del Norte y Sur, Tennessee, Georgia, Alabama y Mississippi, flanqueado al occidente por Arkansas y Luisiana; esta zona ha sido definida como la primera colonia de Estados Unidos. ``Sufrimos lo que típicamente ocurre con las colonias, una situación en la que todas las riquezas son extraídas para el beneficio de otros en otro lugar'', explica Scott.
Las empresas mineras y textiles que invirtieron en esta parte del país a fines del siglo pasado buscaron monopolizar la economía evitando la diversificación de esta zona, señala Jim Sessions. El director del centro de educación popular, Highlander Center, en donde se elaboraron algunas de las estrategias clave para el movimiento obrero y de derechos civiles durante los últimos 60 años, agrega en entrevista con La Jornada: ``Derrotaron todo intento de diversificación económica porque deseaban un superávit de mano de obra sólo para ellos y también buscaban evitar atraer todo intento sindical''. Así, esta zona se mantuvo controlada y sin grandes opciones durante muchos años. ``Los hombres fueron a trabajar a las minas, las mujeres y los niños a las textileras'', dijo Sessions.
Ahora, un influjo de empresas en el sector de servicios, como los de procesamiento de información, así como también plantas de autopartes --y algunas automotrices-- que huyen de los costos de producción y de sindicatos en el norte, han creado un auge económico en las zonas urbanas aquí en los últimos 15 años, informó Sessions.
Pero las áreas rurales se están vaciando, devastadas por el cierre de minas y el traslado de las textileras a México y otros países del Tercer Mundo, junto con la crisis de los granjeros familiares. ``Los nuevos empleos para los mineros y los textileros son los de ingresos muy inferiores; como guardias de seguridad, en la industria de turismo, o como meseros''. Asimismo, también surge una nueva élite sureña que ambula en el día en sus BMW y Mercedes Benz en ciudades en auge como Atlanta, pero que durante la noche huye a sus comunidades detrás de rejas en los suburbios.
La dinámica economía en las zonas urbanas, una nueva dinámica de clase, y los cambios fruto del gran movimiento de derechos civiles de hace 30 años han cambiado el panorama político del sur. 35 años después de que Martin Luther King marchó por Atlanta, casi toda ciudad y pueblo de importancia en esta parte del sur tiene un alcalde negro, y los negros ocupan puestos políticos clave a nivel local, estatal y hasta federal en representación del ``nuevo sur''.
Atlanta, donde nació la Coca Cola, sede de CNN, y anfitrión de las últimas Olimpiadas, ahora es símbolo de este ``nuevo sur'' a nivel mundial. Pero la iglesia Ebenezer donde predicó King sigue rodeada por una marcada pobreza. Mucho ha cambiado, pero el ``viejo sur'' no ha desaparecido.
Las profundas desigualdades económicas, y siglos de racismo, no se han superado. Aunque el antiguo movimiento de derechos civiles se ha institucionalizado, surgen movimientos de resistencia popular. Sessions refiere movimientos de trabajadores en Carolina del Sur y Virginia, de ambientalistas comunitarios en Tennessee, de iniciativas antiempresariales en Kentucky, un movimiento de iglesias por la justicia social en Alabama y varias iniciativas sindicales en el estado de Georgia.
``El sur --recuerda Jerome Scott-- tiene una tradición más fuerte de cambio que cualquier otra parte del país''. Señala que el sur pasó de la esclavitud a las condiciones semifeudales posteriores a la Guerra Civil, a la segregación, a la era del movimiento de los derechos civiles en menos de un siglo. ``Esta historia de cambio también nos ofrece gran esperanza''.