Teatro de Tepito Arte Acá

Jaime Whaley Ť La gandallez del sistema, producto de años y años de desigualdad e injusticia social, se pone de manifiesto en No hay mal que dure cien años, la más reciente puesta en escena del grupo de teatro Tepito Arte Acá. Farsa cómico-político-musical, como dicen ellos.

Fundada en las vivencias de los habitantes del añoso y bravo barrio capitalino, la obra que se estrenó la semana pasada, y es protagonizada por un sólido grupo de actores, pone de manifiesto el desgastado discurso del sistema político vigente que, a cambio de asegurar que han sido casi siete décadas de paz, relega la falta de participación democrática, la corrupción con los consabidos trastupijes hechos al amparo de la impunidad gubernamental.

La China (Diana Reséndiz), La Chispa (Lupita Amor), el Ruco (Roberto Covarrubias), un teporocho con la sabiduría de la universidad de la calle, y el perredista (Alberto Tello) forman el núcleo de tepiteños jodidos de sueños tasajeados que encaran el agotado rollo de los bien trajeados priístas 1 y 2 (Martín Mondragón y Armando Vargas), los cuenteadores, en medio de una buena escenografía, de pocos recursos, pero bien aprovechada.

Es la segunda oportunidad que tiene el grupo de Tepito... en el foro del teatro Wilberto Cantón, de la Sogem.

Esta vez el elenco es el cuadro básico de los tepiteños, un grupo versátil que no requirió del soporte de figuras con renombre en el ambiente, como ocurrió la primera ocasión con Rumberas, obra que, valga apuntarlo, se sostuvo más allá del centenar de presentaciones en el mismo escenario.

``Heredamos la noción del esfuerzo y la sobrevivencia de las culturas populares, las que se encuentran en constante transformación y en la búsqueda y propuesta de nuevas formas de relación humana'', sentenció Virgilio Carrillo, el autor, tepiteño el mismo, de la calle del Peñón y agrega que ``hablamos de cosas reales, de la historia del día de hoy, con sus decepciones, frustaciones y anhelos de nosotros, los mexicanos. Tocamos a esa clase que nunca ha vendido su punto de vista.

La obra se escenifica los jueves a las 20:30 horas; viernes y sábados a las 19:00 y 21:15, y domingos a las 18:00 y 20:00. El costo del boleto es de $70. 00.