Ese panorama es parte de la investigación de María Elena Medina-Mora Icaza (DF, 1951), licenciada y maestra en psicología por la Universidad Iberoamericana, doctora en psicología social por la UNAM y autora de innumerables estudios, artículos y libros sobre el abuso y la dependencia de las drogas y alcohol en México.
Uno de los ejes del trabajo de la doctora Medina-Mora ha sido la elaboración de estudios cuantitativos, es decir, encuestas realizadas en diversos medios, como escuelas y hogares, que han dado seguimiento a esa problemática durante los últimos 25 años En ellas se han registrado datos como el uso y tipo de drogas, población que las consume, edades y diversas variaciones y evolución del problema.
``Los cambios en la dependencia a las drogas y el alcohol han sido registrados desde la década de los 70, por lo que se conoce muy bien su evolución. Se ha encontrado que la proporción de población joven susceptible a tener problemas de consumo es la misma que antes, lo que ha cambiado es el tipo de droga -como la cocaína- que ocasiona efectos más visibles y genera más problemas de conducta, y violencia. Las drogas se abaratan y aumenta el consumo. Asimismo, repunta de nuevo el consumo de la mariguana, drogas pro- ducidas en el laboratorio y alucinógenos, lo que ha traído como consecuencia un aumento de trastornos psiquiátricos.''
Otro aspecto abordado por la investigadora ha sido el desarrollo de metodologías e instrumentos de estudio propios para la cultura mexicana, ya que ``en México la situación de consumo de drogas, si bien afecta la salud pública, también se relaciona con otros problemas derivados de la manera en que se les hace frente y tienen que ver con la seguridad, el índice de criminalidad y otros problemas que afectan diferentes esferas de la vida social e institucional. Aunque el número de consumidores sigue siendo menor que en Estados Unidos, el problema en México es muy grande debido a sus consecuencias sociales''.
Otro problema de salud, que plantea Medina-Mora, es el abuso de bebidas alcohólicas, el cual, explica, antes afectaba principalmente a hombres de edad media. Ahora existe un número importante y creciente de adolescentes que consumen alcohol para embriagarse. Ese es un fenómeno mundial, pues la industria es muy agresiva al buscar nuevos mercados en jóvenes y mujeres. Se ha encontrado que cuando los chicos consumen alcohol a edades tempranas, el riesgo de que consuman drogas es más alto.
``El punto más importante en México no es sólo el número de alcohólicos -aunque es grave-, sino la forma en que nos comportamos cuando bebemos. Eso se relaciona con un número significativo de problemas como accidentes automovilísticos, embarazos no deseados, suicidios, prácticas sexuales de riesgo y otras conductas que ocurren cuando el individuo está intoxicado y pierde o tiene disminuida su capacidad para razonar.
``Las consecuencias sociales del alcoholismo y el abuso de drogas son muy importantes. Una persona violenta bajo el consumo de sustancias puede estallar más fácilmente. Asimismo, se incrementa el número de homicidios, se afecta la productividad laboral, además del costo social que significa atender esos padecimientos.''
De acuerdo con la jefa de Investigaciones Sociales del Instituto Mexicano de Psiquiatría, una familia mexicana puede tener un problema de alcohol y tardar 20 años sin solicitar ayuda, lo que genera muchos problemas de angustia en los integrantes, problemas escolares, y de violencia. ``Lo más importante -concluye- es buscar una solución, pedir ayuda y vivir mejor''. (Mirna Servín)c