--¡Yo! --dice golpeándose el pecho un sombrerudo que se parece a Fox Perot--. ¡Yo soy productor de sorgo y estoy contra la desaparición de Conasupo! ¡Es peor que el aumento a la gasolina y el impuesto al teléfono! ¡Es una nueva sentencia de muerte!
--¿Para usted? --dice el tonto del pueblo.
--Para el campo, mi señor, para el campo. Mire, cada año, cuando se recoge la cosecha de sorgo, automáticamente baja el precio del sorgo, porque pos hay mucho. ¿Sabe lo que hacemos para que no nos cargue pifas? Metemos nuestra cosecha en las bodegas Conasupo y esperamos a que mejore el precio. Si acaba la Conasupo, mi señor, nos van a echar al mar de los tiburones.
--Ni modo, mi señor --dice el tonto, imitándolo--. Es el mercado libre.
--Conasupo --dice el sombrerudo--, es la única red por la que se distribuyen los alimentos en el campo: los agarra de un lado y los lleva a otro.
--Andele --dice el tonto--, ya me dio una idea para mi próximo artículo, ¿no, tú? --se refiere a mí--. ``Conasupo es el sistema circulatorio del campo''. ¿Cómo la ven?
Todos asentimos alrededor de la mesa.
Todos, excepto la dama de los ojos tristes, que ha venido a Tecamacharco desde las tierras bajas de Mixiotepec.
--Si me permiten --dice el ingeniero Armando White, profesor universitario que está descubriendo El Imperio de los Sentidos--, si me permiten, la desaparición de Conasupo es tan criminal como la reducción del presupuesto educativo.
--Sí, pero de efectos más rápidos --lo frena el del sombrero, que a todo esto se graduó en Chapingo--. Dejas de recolectar la producción de granos básicos, dejas de distribuirla, ¿y qué va a pasar? Va a venir una desorganización total, ¿sí?, y cuando alguien se dé cuenta del tamaño de ese desmadre, ni con el Plan DN-3 van a pararlo.
--Recortar el presupuesto de la educación 30 por ciento es renunciar a 30 por ciento de futuro --asienta, sereno, el ingeniero White--. Es como en la milpa, chingao. ¿No siembras 30 por ciento de la milpa? Cosechas 30 por ciento menos...
--Correcto --dice el sombrerudo--, pero estamos hablando de un futuro a cuántos años. ¿Diez? ¿Veinte? Yo hablo del año 2000, del 2001, del 2002. En menos de cuatro años, sin Conasupo, el campo enloquece, mi señor, enloquece y estalla. ¿A quién le están preparando esa bomba de tiempo?
--¿A quién? --dice el tonto.
--A Fox --dice el ranchero.
--A Cuauhtémoc --dice el ingeniero White.
--Al Acuerdo Multilateral de Inversiones --dice, tímida, la dama de los ojos tristes, que asoman por debajo de su frente inclinada.
--¿Al qué? --decimos todos.
--Al AMI (Acuerdo Multilateral de Inversiones) --repite ella--. El AMI va a ser la madre de todos los tratados de libre comercio. Cuando el AMI entre en vigor, McDonald's o Taco Bell se van a meter al campo mexicano a cumplir las funciones que tiene Conasupo. Yo estoy haciendo mi tesis sobre el AMI.
--De lo cual --me digo-- se desprende que la dama de los ojos tristes viene en compañía del ingeniero White.
--Todo está muy bien, pero volvamos al sistema circulatorio, que tiene miga --dice el tonto del pueblo, envuelto, olvidaba decirlo, en una bata gris, proveniente del consultorio del doctor Tellini, con quien el héroe de esta página trabaja ahora en calidad de barrendero, mensajero y recepcionista, de lo cual se desprende su imprevisto interés por los asuntos clínicos.
--¿El sistema circulatorio tiene miga? --advierte el ingeniero White--. Entonces hay que llamar al cardiólogo...
--Déjenme organizar la idea --dice el tonto--. Conasupo es el sistema circulatorio del campo, que actúa dentro del cuerpo social, irriga el tejido social y lo mantiene con vida, o sea, lo alimenta.
--O sea no --dice la dama de los ojos tristes--. Primero lo alimenta y después lo mantiene con vida.
--Ni primero ni después, querida --dice el ingeniero White--. Alimentas y mantienes con vida al mismo tiempo, es simultáneo.
--Cuando un tejido deja de recibir alimentación --dice el tonto, con una paciencia similar a la del obispo de San Cristóbal--, se produce un fenómeno llamado necrosis. Se seca. Por eso, extirpar el sistema circulatorio del campo es una cirugía asesina planeada por un médico que no sabe lo que está haciendo.
--No, mi señor --dice el sombrerudo--, estos señores sí saben, pero no les importan las consecuencias. Como dijo aquí la señorita, ¿verdad?, están dando un paso estratégico. Quitan Conasupo y dicen: que las redes locales de comercialización se encarguen de la distribución regional de alimentos. Es como invitar a que todas las tienditas de todos los pueblos, sin capital, sin planeación, sin asesoría, sin organización previa, de la noche a la mañana se conviertan en consorcios agrícolas. Es que nomás no. Es una soberana tontería.
--Igual de tonto --dice el ingeniero White-- es despedir a 8 mil profesores de la UNAM, que sí lo están pensando aunque digan que no es cierto. Yo, por dar una clase a la semana, cobro un cheque de 71 pesos. Y debemos de ser como 6 mil profesores que ganamos lo mismo. ¿Voy a salir a la calle a protestar porque me privan de 143 pesos mensuales? Por favor...
--No --dice el tonto--, vas a protestar porque nadie puede admitir que golpeen de ese modo a la educación universitaria. No sólo le arrancan el sistema circulatorio al cuerpo social del campo, sino que le cercenan 30 por ciento al cerebro del país.
--Bueno --dice la dama de los ojos tristes--, pero qué son, ¿gobernantes o descuartizadores?
--A mí --dice un individuo que hasta ahora no había abierto la boca--, lo que me parece más tonto es que quieran subir el banderazo de los taxis. Yo soy taxista y no estoy de acuerdo.
Llega una nueva ronda de tragos, la segunda, apenas.
--Desde que aumentó la gasolina, la gente viaja menos en taxi --dice el chofer--. Ahorita, el banderazo cuesta 3 pesos en los amarillos y 3.60 en los ecológicos. Echenle ustedes 30 ó 40 por ciento más: el banderazo va a estar a 5 pesos.
--Pero yo leí en el periódico --dice el tonto--, que los taxistas están pidiendo aumentos, que ya no les alcanza, que no sé qué...
--Los taxistas --dice el taxista-- queremos trabajo, no que disminuyan los clientes. Los que piden aumento son los líderes de las coaliciones; nomás les interesa que suban las cuotas.
--Si no me equivoco --digo--, el gobierno de Cárdenas como que está dispuesto a dar el aumento, ¿no?
--Ojalá que no lo haga, va a ser peor; nosotros vamos a ser los más perjudicados.
De pronto, en mi computadora portátil que es vista con extrañeza por quienes deambulan en todo momento por el pasillo de la cantina, aparece la señal de un mensaje. Abro el correo electrónico, rasgo el sobre cibernético, despego el timbre virtual y leo la carta dos veces, la segunda en voz alta:
``Estimado tonto del pueblo. En su artículo del 21 de noviembre hay muchas inexactitudes que le exijo rectificar. Usted habla de una Ley de Egresos, que no existe. Lo que sí existe es una Ley de Ingresos, en la que Gurría nos trata de ensartar los nuevos impuestos, y un Proyecto de Presupuesto de Egresos para 1999. Pero ojalá eso fuera lo peor de su artículo.
``Usted menciona también que la cantidad proyectada por el Ejecutivo federal es de 183 mil millones de pesos para los banqueros. Perdóneme, pero es muy distinto. En el Proyecto de Presupuesto, Zedillo solicita 187 mil millones de pesos para cubrir los intereses de la deuda pública. Esto supone un incremento de 30 por ciento con respecto al año anterior. Con ese 30 por ciento, planea cubrir el costo fiscal del rescate bancario. Pero como bien lo señaló Arnaldo Córdova, todavía no se admite el Fobaproa como deuda pública y el régimen ya programó cómo pagar sus intereses.
``Para el saneamiento bancario, Zedillo solicita 18 mil millones de pesos, cuando en 1997 gastó por ese concepto 2 mil 500 millones. Ese es el dinero que el Ejecutivo desea garantizarles para 1999 a los `oscuros inversionistas', como los llama usted, que a través de los bancos realizaron operaciones fraudulentas para patrocinar la campaña presidencial de 1994. Por lo demás, comparto su razonamiento. Es una deuda política pero no exagere: no es lo mismo 18 mil que 183 mil.
``Atentamente, un lector de Tuxtla Gutiérrez''.
--Publícala íntegra --me dice el tonto, con las orejas coloradas de vergüenza--. En aras del rigor que desde siempre ha caracterizado a esta página, es de sabios rectificar. Admite que nos equivocamos.
--Y gacho.
Un pesado silencio desciende sobre la mesa. Bebemos. Nadie sabe cómo continuar. Hay lágrimas en las pestañas del tonto. A causa de una serie de impulsos eléctricos, miro a la dama de los ojos tristes y recuerdo que hoy, en el Salón México, María Rojo presenta Los presidentes en su tinta, de Rogelio Naranjo. Y entonces descubro que los famosos impulsos eléctricos provienen de la silla misma en que se aplasta mi cuerpo: hecha de hojalata, ha entrado en contacto con una silla igual, situada a mis espaldas en otra mesa cuyos comensales han formado una cadena humana para darse toques.
De pronto, la descarga activa en mi cerebro una nueva evocación literaria. En su Astillero del pasado lunes 23 de noviembre, el columnista Julio Hernández López, flamante director de La Jornada San Luis, en la que tendrá muchos éxitos, escribió: ``Contra lo que hubiesen deseado los antizapatistas, la minicrisis de los catres, como ha llamado Jaime Avilés al episodio del viernes en el que zapatistas y algunos cocopos intercambiaron comentarios ácidos, sirvió para fortalecer la figura y el criterio de algunos de los participantes'' (de la Cocopa). Agradezco la cita, pero discrepo del contexto.
--¿A poco tu pági..?
--En América Latina, la universi...
--Ojalá Cárdenas no aumen...
--Acabar con la Conasup...
--¡Ay, nanita! --grito pegando un salto, mientras la dama, el ingeniero, el taxista y el productor de sorgo chocan tratando de reanudar la charla a la vez.
Pero Bedoya está desolado, y dice.
--Esto es una mesa redonda, ¿no? Bueno, vamos a publicar tal cual todo lo que se ha dicho. Como nos queda ya poco espacio, hagamos una última ronda de intervenciones.
Sintetizo: el ingeniero White dijo que es inaceptable recortar el gasto educativo para enriquecer aún más a unos banqueros que han demostrado ser, además de corruptos, profundamente ineptos, pero vaticinó que no habrá protestas en la UNAM, criterio que fue rebatido.
El productor de sorgo concluyó que la desaparición de Conasupo extenderá la guerra en el medio rural y acelerará la formación de grupos como el EPR.
El taxista quiso recomendarle a Cuauhtémoc Cárdenas que no acepte las presiones de los líderes del transporte, ``al fin que ni modo que le organicen un paro'', en pocas palabras, que sea firme con ellos y se arriesgue: ``No hay pierde''.
La dama de los ojos tristes manifestó su deseo de saber más acerca del ``rigor'' de esta plana, y el tonto le respondió así:
--Cuando un médico reconoce a un paciente, primero se pone a buscar signos. Un conjunto de signos constituye un síntoma; un conjunto de síntomas, da un síndrome. Cuando uno identifica los signos y los síntomas, emite un diagnóstico y, basado en el diagnóstico, establece un pronóstico. Yo, señorita, hago lo mismo cuando observo la política. Hace poco, me confundí al buscar los signos y los síntomas del malestar que hay en el Instituto Federal Electoral, pero pronostiqué una crisis. Algunos se burlaron de mí; sin embargo, ahora el IFE está en crisis. También pronostiqué una rebelión de los diputados del PAN en San Lázaro, y fíjese cómo le fue el jueves a Gurría. Mi página anunció que habría gran excitación en el Popo, y ya ve usted.
Para despedirnos, me limité a pasar los avisos más urgentes: los bailarines de la Unidad Artística y Cultural del Bosque recibieron amenazas de muerte; hoy, en Venecia, la alcaldía y la Asociación Ya Basta celebran un seminario internacional sobre Chiapas y preparan los actos por el primer aniversario de la matanza de Acteal; pese a las inconstitucionales amenazas de Gobernación, al encuentro de la sociedad civil con el EZLN en San Cristóbal acudieron observadores de 18 países; todo indica que no se concederá el amparo a los italianos expulsados; alguien está invitando por Internet a que nadie compre gasolina el próximo primero de diciembre; hay que ver El Maleficio de la Mariposa, de Lorca, montada por José Ramón Enríquez en el CUT, y Moliere, con Héctor Ortega en el Julio Castillo; ya viene el libro de Friedich Katz sobre Pancho Villa: será indispensable sin duda; apenas se fue la Cocopa, volvió la guerra a las comunidades zapatistas...