Presupuesto justo para un año difícil: Zedillo
Rosa Elvira Vargas, Puebla, Pue., 27 de noviembre Ť Ante la evidencia de que en 1999 los precios internacionales del petróleo tendrán una caída peor que en estos doce meses, el presidente Ernesto Zedillo aseguró que el gobierno federal diseñó ``un presupuesto justo para un año difícil''.
Así, frente a la discusión que hoy se da en el país, en torno a su proyecto de gasto público para el año entrante, confió en la posibilidad de alcanzar acuerdos para su aprobación, si para ello se realiza un examen libre y serio, responsable y constructivo, y resaltó que tener finanzas públicas sanas no es ya un asunto de divergencia política partidista, cuestión de izquierda o derecha, sino un componente consustancial de toda política económica responsable.
``Una política económica sana -estableció el titular del Ejecutivo- no es dogmática ni ecléctica. Es estrictamente seria, previsora, prudente, responsable''.
El mandatario destacó que constituye un falso debate discutir si es necesario procurar o no finanzas públicas sanas, pues ante ello hoy no existe disyuntiva: mantener un déficit fiscal inmanejable no existe ya como posibilidad, y ``sencillamente'' nunca ha sido factible, porque tarde que temprano eso conduce a un desastre financiero y a una crisis económica.
Para ilustrar lo anterior, dijo que ``desgraciadamente'' a lo largo de un cuarto de siglo los mexicanos se han convertido en expertos en probar que esa regla es infalible y, por ello, al defender una vez más la estructura de su propuesta presupuestal dijo que busca abatir al máximo la inflación y dotar a la economía de fortaleza fiscal y financiera, ``para evitar una crisis de fin de sexenio o de principio de sexenio, como la que a mí me tocó''.
En la clausura de la vigésimo sexta convención nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Zedillo fue enfático en la necesidad de despojar el debate sobre la política económica de connotaciones partidistas o ideológicas, y por ello pidió que toda discusión ``seria y constructiva'' sobre el presupuesto tenga ``muy presentes'' los referentes básicos que determinaron su elaboración, así como los objetivos que plantea.
Así, ubicó entre los primeros el que durante 1999 habrá una severa restricción en los recursos del exterior, y que la competencia por acceder a ellos será ``sumamente intensa''. Adicionalmente está la caída de los precios internacionales del petróleo, ``situación que, ahora podemos decir, será peor que en 1998'', aseguró.
De igual modo, entre los objetivos planteados por la iniciativa, demandó ponderar que el gasto social propuesto garantiza el funcionamiento de las instituciones públicas encargadas de la educación, la salud y la seguridad social; la capacitación para el trabajo, el fomento a la vivienda, los servicios básicos y los apoyos para el campo.
Ciertamente, admitió Zedillo, se han debido tomar, en ese proyecto presupuestal, decisiones difíciles, pues mientras las necesidades son muchas y muy importantes, los recursos son siempre escasos, y ``ahora son más escasos''.
Firme en su convicción de que toda política económica debe procurar finanzas públicas sanas, el jefe del Ejecutivo expuso con largueza que esa es la mejor forma de proteger el crecimiento, pues de lo contrario no habrá mejores recursos para la inversión, dejarán de crearse empleos, habrá más inflación y tasas de interés más altas y, sobre todo, se correría el peligro de ir hacia una nueva crisis que haría ``malograr el esfuerzo que ya hicimos todos''.
``Nos guste o no'', estamos inmersos
en la globalización
Descuidar la salud de los recursos públicos en esta época de globalización, indicó enseguida, provocaría que los mercados castigaran con más prontitud y mayor severidad al país. Y es que, al igual que la responsabilidad, señaló, la globalización no es opcional. ``Estamos en ella, queramos o no; debemos contender con ella, nos guste o no''.
Tener una política fiscal responsable y realista es algo que se practica hoy en todo el mundo como un elemento consustancial de toda política económica, abundó Zedillo. Lo hacen así gobiernos surgidos de partidos liberales, los emanados de los conservadores, socialistas e incluso de los comunistas.
``Prácticamente en todo el mundo las finanzas públicas sanas ya no son un asunto de divergencia política entre partidos o entre gobierno y oposición'', y por ello, confió entonces, entre más rápido quede atrás en México ese ``falso debate, ya superado en otras partes'', más rápido podrán lograrse acuerdos sobre los demás atributos de una política sana, y por ello perdurable y respetable para el crecimiento económico y la justicia social.
A los integrantes del IMEF, que a través de su presidente, Jaime Collazo González, habían hecho explícita su intención de colaborar en la construcción de una política económica de Estado en atención a la convocatoria del propio titular del Ejecutivo, éste les indicó que edificar un país próspero y justo para todos exige anteponer el interés general al particular; y, demanda también de la unidad, esfuerzo y perseverancia de todos.
Detalló entonces que una política económica de Estado requiere, para crear y mantener las condiciones internas para el crecimiento económico dinámico y perdu- rable, alentar la transparencia y la certidumbre jurídica y regulatoria que favorezca la inversión; propiciar la apertura y ampliación de los mercados externos y la sana expansión del interno; velar por el fortalecimiento del sistema financiero; estimular el crecimiento del ahorro interno; destinar recursos a la formación del capital humano y el mejoramiento de la infraestructura básica; favorecer la estabilidad financiera y, en consecuencia, la reducción de la inflación y de las tasas de interés.
Destacó que para el logro de todo ello, un elemento de ``primerísima importancia'' en la política económica implica mantener finanzas públicas sanas y que ese, precisamente, es uno de los atributos del programa para 1999 que su administración ha propuesto ante el Legislativo.
``El gobierno federal -afirmó Zedillo- tiene la obligación de responder al esfuerzo que han realizado todos los sectores productivos. Al proteger el crecimiento económico en la mayor medida posible, se protege el esfuerzo de todos los mexicanos'', concluyó.