La Jornada 27 de noviembre de 1998

11 de diciembre, plazo judicial para que GB decida sobre Pinochet

Afp, Dpa y Reuters, Londres, 27 de noviembre Ť El gobierno británico reiteró al de Chile que el caso de Augusto Pinochet depende de ``un proceso legal y no de negociaciones diplomáticas'', al tiempo que la justicia amplió al 11 de diciembre el plazo para que el ministro del Interior decida sobre la extradición del ex dictador.

En tanto que en España se ordenaba habilitar una prisión y un centro hospitalario de carácter militar en previsión de que Pinochet sea extraditado, el canciller chileno, José Miguel Insulza, pareció no tener éxito en sus gestiones con su homólogo Robin Cook, pues además el primer ministro Tony Blair se abstuvo de recibirlo.

Insulza pidió al gobierno de Gran Bretaña la liberación inmediata del ex gobernante de facto, y presentó una carta de protesta de su gobierno donde reafirma dicha petición, la cual entregó en el número 10 de Downing Street, la residencia del primer ministro, luego de que éste se negó a recibirlo.

Ante esa situación, el canciller chileno (gracias a la dictadura militar vivió 14 años exiliado en México), tras arribar este viernes a Londres, tuvo que conformarse con ser recibido por su colega Robin Cook, ante quien insistió con energía que ``el senador Pinochet debe volver a Chile''.

Cook dijo haber escuchado atentamente a su homólogo, pero le explicó como ya lo había hecho antes por teléfono, que se trata de ``un proceso legal y no de discusiones entre ministerios''.

Añadió que tanto la detención del senador vitalicio como los pasos que se han dado a continuación ``no han sido motivados por razones políticas''.

El Ministerio del Exterior británico emitió un comunicado, luego del encuentro, en el que asentó que ``el próximo paso en el proceso de extradición --del ex general--es una decisión que el Ministerio del Interior tomará independientemente de acuerdo con sus responsabilidades y éste no es un asunto que sea discutido colectivamente por los ministros''.

Tras aseverar que a Insulza se le reiteró que el ministro del Interior Jack Straw actuará en función de sus competencias ``cuasi judiciales'' en este asunto, concluyó que ambas partes subrayaron la voluntad de mantener fuertes vínculos bilaterales y que Londres apoya la ``democracia chilena''.

La reunión duró aproximadamente una hora, e Insulza salió rápidamente por una puerta lateral sin hacer declaraciones.

Sin embargo, grupos de exiliados chilenos, que cubrieron las salidas, lograron darle alcance y gritarle ``Insulza, traidor, defiende al dictador'', mientras corrían detrás del coche en el que el canciller se alejaba.

Portazo al canciller chileno

Un portavoz del primer ministro británico, Tony Blair, ya había advertido que no recibiría a Insulza, quien quería entregarle personalmente la carta de protesta del gobierno chileno, y la fuente agregó que Blair no intervendrá en el caso Pinochet y ``tampoco espera ser consultado'', pues será Straw quien tendrá la última palabra.

Al respecto, el vocero de Blair apuntó que Jack Straw ``ejercerá sus responsabilidades siguiendo la ley sobre la extradición de 1989, que le confiere poderes especiales casi judiciales''.

De hecho, Blair se ha mantenido al margen de este asunto cuando ha sido interrogado públicamente, al declarar que es un caso estrictamente judicial.

En la víspera de la llegada del canciller de Chile, ese país había hecho llegar a Straw un escrito de impugnación contra la solicitud española de extradición.

Y, este día, el mismo Straw no estuvo tampoco para recibir a Insulza, pues había anticipado que no recibiría a nadie y que sólo aceptaría argumentos escritos.

No obstante, más tarde Insulza dio una conferencia de prensa en la que explicó que ante las autoridades británicas pidió clemencia para el ex dictador, presentó argumentos de su avanzada edad y su condición de salud, además de insistir en la falta de jurisdicción para que España lo juzgue.

El canciller, perteneciente al Partido Socialista, insistió en que Pinochet debería retirarse de la política si logra que Gran Bretaña no lo extradite a España, pues consideró que después de lo que ha ocurrido ``no tiene posibilidad de volver a actuar significativamente en la política chilena''.

Comparecencia del senador vitalicio

El magistrado Graham Parkinson recibió en audiencia a los abogados de Pinochet y de la representación acusadora, y resolvió aceptar el pedido de Straw de aplazar la fecha del 2 de diciembre al 11 del mismo mes para que el ministro dé a conocer su veredicto en torno a si permite la continuación del proceso de extradición.

En consecuencia, dijo que Pinochet deberá comparecer el 11 de diciembre, si se da luz verde a la extradición, en lo que sería su primera presentación en su vida ante un juez para que le informe sobre los cargos que pesan sobre él, emitidos por la justicia española sobre genocidio, terrorismo de Estado y torturas.

Parkinson dijo que la histórica comparecencia de Pinochet dependerá también de su estado de salud, y en ese sentido algunos medios de prensa británicos han estado informando que la defensa del ex dictador buscaría argumentar que el ex militar está bajo tratamiento siquiátrico.

Sin embargo, los análisis médicos tienen que ver con la depresión y estrés que sufrió luego de conocer el fallo adverso de la Cámara de los Lores, que el miércoles le denegó la inmunidad diplomática.

Incluso el abogado defensor Michael Caplan se dijo preocupado por los ``informes inexactos'' de la prensa sobre su salud.

Caplan, por otra parte, dijo que el Ministerio del Interior les dio de plazo hasta el próximo lunes para que la defensa de Pinochet le presente sus argumentos en favor de la liberación de su cliente.

Mientras, en Madrid se reportó que el Ministerio de Defensa español ordenó habilitar una prisión militar en Alcalá de Henares, así como un hospital militar en Gómez Ulloa, ante la posibilidad de que el ex dictador chileno sea extraditado, según el diario La Razón, y agregó que el gobierno no hará nada para acelerar la extradición.

La hija del fallecido general chileno Augusto Lutz, Olga Lutz, declaró por su parte ante el juez español Baltasar Garzón su convicción de que su padre --muerto en Santiago en noviembre de 1974-- fue asesinado, luego de que él y otros militares expresaran ante Pinochet su inconformidad por la represión.

``La Dina (Dirección de Inteligencia Nacional) soy yo'', respondió Pinochet indignado, entonces.