Soy loba esteparia y no respondo
a ninguna tribu: Raquel Tibol
``Jamás me he limado las uñas ni los colmillos para expresar lo que considero adecuado''
Angélica Abelleyra Su primer acercamiento con la expresión escrita sucedió cuando tenía 25 años, en Argentina. Eran cuentos que Ediciones Botella al Mar publicó con un título que prometía: Comenzar es la esperanza. Sin embargo, su deseo de volcarse absolutamente hacia la literatura se frustró porque la vida no le dio oportunidad y se le echó encima el trabajo como crítica de arte, madre y viajera. Pero aquella frustración fue cierta sólo en parte. Hoy, a los 74 años, Raquel Tibol considera vigente su vocación por las letras y a pesar de no ejercitar la narrativa propiamente dicha, sí transita por esa vena mediante la crítica de arte, un género desarrollado por ella desde hace nueve lustros de forma ininterrumpida.
Motivo de esa trayectoria como crítica, periodista, curadora y dictaminadora especializada en las artes plásticas, Tibol recibirá un reconocimiento en el contexto de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara el próximo 6 de diciembre, día de cierre de ese encuentro cultural.
Alimentar el espíritu crítico
En torno de su condición de ``ente solitario'' que no responde a ninguna tribu; sobre su concepción de la crítica de arte como un ``género en el limbo, sin asidero específico ni reconocimiento''; de su rechazo por el ``periodismo de la cultura sonriente'' que se practica en México; acerca de sus formas para alimentar la memoria, ``cultivar un enemigo cada día'' y no limarse las uñas para decir lo que quiere, habla Raquel Tibol entre caramelitos que paladea durante la charla.
-¿Qué elementos exige el ejercicio de la crítica de arte?
-Si es la crítica periodística hay un fuelle bastante amplio que uno puede aplicar: la crónica, la crítica, el análisis estético e incluso la antología, a la cual recurrí recientemente por la exposición de los impresionistas.
``Como el público mexicano ha sido muy atacado por las concepciones decimonónicas, me pareció oportuno darle un pequeño instrumento para que se volviera menos complaciente y más crítico. Con este tipo de exposiciones el público se convirtió en benevolente.''
-¿Entonces, una de las tareas del crítico es volver al público crítico?
-Debe dar luces, cuanto más pueda. Y remover en el público, además de la vocación por tener momentos de placer estético, que sepa que en el arte hay elementos que enriquecen su capacidad crítica. Y no en el sentido de criticón sino su capacidad de análisis respecto del entorno no estético. El arte alimenta el espíritu crítico; no es su única finalidad el goce.
-¿Debe el crítico establecer un balance entre espíritu crítico y goce estético?
-Sí. Pero tampoco debe saturar al público sino dosificar sus análisis. Cuando hice radio y televisión por tantos años no hacía la cultura sonriente que es la que predomina. Traté de que no hubiera edición, para empezar, ya que tenía dominio de mi discurso auditivo y visual.
-¿A qué se refiere cuando habla de una cultura sonriente?
-En los noticiarios culturales es evidente que los conductores, hasta cuando difunden la noticia de una muerte, están acostumbrados a extender los labios. Eso lo hacen con cada cápsula porque no han realizado un discurso severo, de carácter analítico. Y esto lo digo no para espantar al público, no hace falta.
``Se puede estimular la mente y el espíritu del auditorio de múltiples maneras, no sólo con la sonrisa. Pero casi siempre que se desarrolla la cultura sonriente equivale a una información superficial, acrítica, que provoca un escucha que estrecha sus posibilidades de comunicación con lo que está viendo.''
-El otro extremo, donde se sitúa usted, ha sido asociado con el lado riguroso, demoledor e incluso poco amable. ¿Qué asume de esa imagen?
-Nunca me he limado las uñas ni los colmillos para decir lo que considero adecuado. Ante el cuidado extremo en el medio cultural mexicano de no perder amigos y anteponer la amistad al ejercicio profesional, yo antepongo una frase higiénica: cultivar un enemigo cada día.
-¿Cree que entre los hacedores de la cultura mexicana hay complacencia?
-Hay amiguismo. El amiguismo en la política, en la cultura y en las relaciones profesionales es un valor muy acentuado en México. Los grupos se defienden entre sí, hay tribus bastantes delimitadas y en ese sentido si no aceptas las reglas del juego de mi grupo, dejas de ser mi amigo. Y yo soy un ente solitario, una loba esteparia, una persona sin grupo y quizá eso me permita libertades, pues no tengo que responder a ninguna tribu.
Periodismo sin pausa
Apenas en febrero pasado el Centro Wifredo Lam, en La Habana, rindió un ``sencillo pero respetable homenaje'' a Raquel Tibol por su tarea en Cuba de difusión del arte isleño y su labor analítica en certámenes como su bienal habanera. Asimismo, en Tabasco, hace dos años le entregaron el Premio Juchimán de Plata por su labor profesional que suma casi medio siglo.
Fue 1953 el año que marcó su incursión en el periodismo mexicano y el espacio para esa reflexión recayó en México en la cultura, suplemento de Novedades. Desde entonces su pluma ha transitado por medios impresos de Venezuela y Perú, y en nuestra tierra ha ocupado decenas de revistas y suplementos como Hoy, Diorama de la Cultura, y Proceso, semanario en el que colabora desde hace 22 años.
Así, ha desarrollado su oficio tanto en la prensa escrita como en la radio y la televisión. Es autora de 30 libros aproximadamente; ha fungido como curadora de exposiciones en México, Suiza, Francia, Rusia, Estados Unidos y ha servido de dictaminadora en bienales de muchas partes del mundo. Sus juicios analíticos han recaído en múltiples artistas mexicanos, pero los que ha investigado con más constancia han sido Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo y Frida Kahlo.
-¿Aparte de estos artistas se le antoja escribir sobre los más jóvenes?
-Tengo antologías de Pedro Cervantes, Arturo Estrada, Fernando González Gortázar. No me he decidido aún, pero tengo que empezar a reunir, agrupando, artículos sobre Manuel Felguérez, Helio Montiel, Vicente Rojo y Francisco Toledo... y así podría hablar de muchos que tuvieron los comentarios de sus primeras exhibiciones mediante un escrito mío, de modo que no sólo no he descuidado a las nuevas generaciones sino que empujé a Siqueiros a que firmara el libro Mensaje a un joven pintor mexicano y lo induje a interesarse en ellos, con otro espíritu que no fuera la adhesión incondicional o la ayuda sin demasiada iniciativa. Y es que Siqueiros era soberbio con las generaciones que venían detrás de él y ejercía una presión dogmática hacia ellas. Creo que está pagándolo porque muchos de los jóvenes, sus ayudantes, le fueron lo suficientemente infieles como para dedicarse a vivir de las falsificaciones.
El PRI y sus excesos expropiatorios
Nacida en Argentina el 14 de diciembre de 1923, salió de su país en 1952; de ahí fue a Chile, donde se instaló por quince meses y llegó a México el 25 de mayo de 1953. Como extranjera no ejerció ninguna actividad política, pero ingresó a la vida pública mexicana en 1961, año en que adquirió la nacionalidad y participó en muchos grupos sociales; se acercó al Movimiento de Liberación Nacional e incluso redactó algunos de sus documentos teniendo como compañeros de mesa a Víctor Flores Olea y a Enrique González Pedrero; estuvo en la Unión Nacional de Mujeres Mexicanas y en el Comité de Solidaridad con Vietnam. En la revista Oposición, que fundó Arnoldo Martínez Verdugo, ejerció el periodismo político.
-¿Por qué no perteneció a ningún partido político?
-Siempre tuve una actividad grande en el sentido social pero ni en Argentina ni en Chile me atrajo militar en los partidos de izquierda: el perfil de Stalin nunca me gustó desde mi adolescencia ni me han gustado las figuras autoritarias: puede incluir en ellas a Fidel Castro.
``Me molesta que alguien tenga el poder tantísimos años. No es que Cuba debería cambiar sino el gobierno cubano. Además, no obstante que después empezó a cambiar el perfil democrático de los partidos de izquierda, yo estaba entregada a una cosa que no estaba en ellos. O a ver, dígame, ¿cuál de los partidos ha tenido una comisión de cultura avanzada, de punta? Yo quería lo mío.
``El partido que más ha utilizado las artes plásticas en México ha sido el PRI y se ha apropiado de todo lo que se ha hecho de arte en el país. Y, más allá de sus excesos expropiatorios, lo cierto es que es el organismo que más uso y abuso ha
ce del arte. No le ha importado la posición de izquierda, de derecha o de centro de los autores. Pa«dentro todo.''
-¿Cómo alimentar la memoria, como la de usted, que está adiestrada?
-Se alimenta prestando atención a lo que se recibe: sean lecturas o imágenes. Muchas veces vemos sin mirar, así que es imprescindible retener, como proceso intelectual. Y no se trata de retener por erudición, sino para obtener un sustrato de puntos de comparación, de elementos de referencia de una visión culta de las cosas. La cultura es eso: acumulación en la memoria y en la sensibilidad, en la memoria consciente y subconsciente.
--¿Cómo asume la tarea colateral del crítico de arte que legitima los circuitos del mercado y los de la promoción oficial?
--Me distancio higiénicamente de ambas instancias y de sus consecuencias. Me importa un bledo si lo que escribo le favorece al artista mercantilmente, es su boleto. Y me importa cualquier cosa si los funcionarios me toman en cuenta. Hago la escritura como una tarea de comunicación con un público formado por los galeristas, el artista, el público difuso y los funcionarios. Si me toman en cuenta, qué bueno, pero humildemente digo: qué flojera dedicarse a hacer seguimientos a las consecuencias de mis escrituras.
Así las cosas. La amplia trayectoria de Raquel Tibol continuará con dos próximas ediciones para el 99: una visión ampliada de Frida Kahlo, una vida abierta, ahora publicada por la Coordinación de Humanidades de la UNAM (la primera edición fue de Oasis). Asimismo saldrá la coedición INBA-Américo Editores de Los murales de Siqueiros. A mediano plazo, la misma instancia universitaria editará Frida Kahlo, escrituras, libro antologado por Tibol.
``Me empeñé que no estuviera en el marco mercantil para que Frida se defienda sola, con su palabra, después de haber sido tan manoseada en biografías irresponsables, amarillistas o sentimentalonas'', concluye la crítica de arte.